El gobierno de Javier Milei avisó en su proyecto de Presupuesto que en 2025 aplicará los aumentos que dejará pendientes este año sobre el Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL), como parte de su hoja de ruta para sostener el equilibrio fiscal y en busca de compensar buena parte de la recaudación que se perderá tras la salida de vigencia del Impuesto PAIS.
Las postergaciones del ICL tuvieron como objetivo contener los precios de la nafta y el gasoil para evitar un impacto no deseado en la inflación, ya que las petroleras -YPF, Shell, Axion y Puma- trasladan a los surtidores las actualizaciones del tributo. Según comentaron a Infobae desde un despacho oficial, los próximos incrementos se pondrán en marcha “intentando cuidar al consumidor”. El objetivo principal es apuntalar la desaceleración de la inercia inflacionaria.
La hoja de ruta que presentó el Presidente ante el Congreso prevé que en el próximo ejercicio el ICL aporte $5.539.780,6 millones ($5,54 billones) en ingresos, un salto del 155,2% respecto al acumulado que dejaría este año, y casi la totalidad de lo recaudado por el Impuesto PAIS en los primeros ocho meses del 2024 ($4,951 billones). Pasaría de representar 0,38 puntos del PBI a 0,73 puntos del PBI, casi el doble. Vale destacar que se trata de un tributo coparticipable.
“La variación se explica, principalmente, por las actualizaciones pendientes de las sumas fijas para determinar el impuesto. Estas actualizaciones se incorporarán gradualmente durante el año 2025″, señaló el Poder Ejecutivo.
Según los precios registrados en el portal Surtidores, la nafta súper de YPF -líder absoluto del mercado local- en CABA cuesta $1.059 desde el primero de septiembre y la premium $1.309 por litro. El gasoil super vale $1.084, mientras que el diesel premium, $1.334 por litro.
En el caso de la nafta súper, se observa un aumento acumulado de 240% desde noviembre del año pasado, del 91% desde diciembre y del 51% en lo que va del año. En ese proceso jugaron tres factores: el traslado de la devaluación, la liberalización inicial de los precios para acercarse a los internacionales y la recomposición parcial del atraso que acumuló el ICL durante los últimos años.
El ministro de Economía, Luis Caputo, decidió luego frenar el ritmo de incrementos en la nafta y el gasoil a través de dos frentes, con el objetivo de evitar un impacto intolerable para los bolsillos. Primero instruyó a YPF a que mantenga sus incrementos promedio a nivel nacional en línea con el crawling peg del 2% mensual más algún punto adicional para recomponer su margen.
El otro punto tuvo que ver con el diferimiento en las actualizaciones del tributo que pagan los combustibles. el cual se encuentra indexado a la variación trimestral de la inflación que informa el Indec. Caputo difirió en mayo, junio, julio, agosto y septiembre los incrementos del ICL previstos en el Decreto 466/2024. Este mes correspondía aplicar sobre el tributo un incremento correspondiente a la variación del IPC correspondiente al último trimestre del 2023 y al de los dos primeros trimestres de 2024.
Una fuente del Gobierno detalló a este medio que el impuesto en la nafta debería llegar a los $320 y faltan $130 para alcanzar ese objetivo, lo que llevaría la súper a la zona de los $1.190 solo por el componente impositivo. En el caso del gasoil, el impacto impositivo debería llegar a $200, por lo que faltan aplicar $90 que llevarían el litro a los $1.400 en la Ciudad.
“Como la inflación es el objetivo a vencer, se va atrasando un poco la actualización”, había explicado a Infobae una fuente oficial. Quedarán pendientes además los ajustes sobre el ICL que resulten de cómo termine la inflación del tercer y cuarto trimestre.
La intención de retomar los incrementos en el tributo a los combustibles prevista en el Presupuesto tiene que ver con una mirada oficial sobre un eventual éxito en el proceso de desinflación buscado. Eso permitiría, entienden en el gobierno, bajar o eliminar impuestos distorsivos - como el PAIS- y “normalizar” los más tradicionales, como es el caso del ICL.
El efecto de los incrementos se observó en la caída del consumo, según los datos de la Secretaría de Energía que analizó la consultora Politikon Chaco. Las ventas de combustibles cayeron en julio 5,3% interanual y sumaron ocho meses consecutivos en retroceso, aunque hubo un alza del 11,5% respecto de junio.
También se vio una migración de la demanda a combustibles más baratos. “Analizando las ventas por tipo de combustible, en julio el mayor volumen de ventas estuvo en las naftas, con el 54% del total comercializado contra el 46% del gasoil. En referencia a sus desempeños, la nafta exhibió una baja del 5,9% interanual con marcada disparidad según el segmento: la nafta súper cae 1,8% interanual pero las premium lo hacen en -16,8%. Respecto al gasoil, el resultado global fue de caída del 4,5% interanual: dentro de este, el común cayó 6,1% y el premium lo hizo en -1,2%”, señaló Politikon Chaco.