El director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Valdés, se corrió de las negociaciones con la Argentina, según informó este jueves el organismo durante una conferencia de prensa. El economista chileno había sido hasta ahora el principal negociador con el país y fue acusado por el presidente Javier Milei de tener “mala intención” con su gobierno.
Las conversaciones quedaron a cargo de Luis Cubbedu, Director Adjunto del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo y Ashvin Ahuja, Jefe de Misión para Argentina, quienes reportan directamente a la gerencia encabezada por la Directora, Kristalina Georgieva, y su segunda, Gita Gopinath.
“Para apoyar mejor el compromiso constructivo en curso con las autoridades argentinas, el director del Hemisferio Occidental, Rodrigo Valdez, ha delegado completamente las negociaciones del programa a Luis Cubeddu, el subdirector del departamento del Hemisferio Occidental, y Ashvin Ahuja, el jefe de la misión de Argentina, cuyo trabajo es supervisado directamente por la administración del fondo”, explicó la portavoz del FMI, Julie Kozack.
Recientemente, Milei había cargado públicamente contra Valdés en duros términos por su supuesta complicidad con el ex ministro de Economía, Sergio Massa, y según consignó este medio estaban en marcha conversaciones del Gobierno argentino con representantes del organismo para correrlo de las discusiones.
“Rodrigo Valdés tiene mala intención manifiesta. No quiere que le vaya bien a Argentina. Él tiene otra agenda”
“Hubo complicidad del jefe de la misión Argentina del FMI con el Gobierno anterior. Rodrigo Valdés tiene mala intención manifiesta. No quiere que le vaya bien a Argentina. Él tiene otra agenda. Nosotros somos sobrecumplidores con todos pero prefirieron apoyar el desastre de Massa. ¿Por qué el FMI le permitía todo a Massa? Nosotros sobrecumplimos todos y todo el tiempo están poniendo peros. Avalaba todo el desastre de Massa y a nosotros nos hace los que nos hizo”, disparó Milei.
Sobre si estos dichos podrían perjudicar la negociación con el organismo internacional, el jefe de Estado respondió: “No es mi jefe, mi jefe es el pueblo argentino. Es una decisión del FMI, vaya a saber uno porqué el FMI nos pone a un Foro de San Pablo ahí adentro. Nosotros sobrecumplimos todo y todo el día están poniendo peros. El FMI tenía un conjunto de metas, nosotros pusimos metas más fuertes y sobre cumplimos las nuestras”.
El camino del programa Extended Fund Facility (EFF) llega a su fin en las próximas semanas, ya que tendrá lugar la última fecha de corte de objetivos de reservas, fiscales y de emisión monetaria del programa que comenzó en 2022 bajo el gobierno de Alberto Fernández y fue continuado, en este último año de vigencia, por el de Javier Milei.
Las metas de acumulación de divisas en el Banco Central y de superávit fiscal serán las más observadas, ya que el objetivo monetario, que implicaba un límite en el financiamiento del Tesoro a través del BCRA, fue cumplido por haber cortado el Poder Ejecutivo a cero esa vía de expansión monetaria.
Según un relevamiento de la consultora PxQ a fin de junio el sector público había alcanzado un superávit primario, antes del pago de intereses de deuda -que es el número que toma en consideración el FMI- de $6,9 billones. La meta para esa fecha de corte era de $4,6 billones.
Con el último dato disponible, a julio, el excedente primario de $7,8 billones quedó bien por encima de esa pauta prevista en el programa. Ese número es el que será observado en el ida y vuelta técnico que arrancó en los últimos días. Esas conversaciones podrían canalizar un desembolso, el anteúltimo de este programa, por USD 540 millones.
Pero a fin de mes finalizará entonces el esquema de metas. La de reservas, tal como reflejó Infobae, le requerirá un esfuerzo extra de acopio de dólares al Banco Central. La fiscal tiene mejor perfil, ya que con los datos hasta julio el nivel de superávit primario, antes del pago de intereses de deuda y que es el número que tomará en consideración el FMI, está $167.000 millones por encima de la meta de septiembre.
En los despachos oficiales prefieren no arriesgar si la negociación por venir será más o menos friccionada, pero aseguran, a la defensiva, que el Fondo plantea objeciones al plan económico a pesar de tener el Gobierno las metas cumplidas, y ven una vara distinta en comparación con la administración del Frente de Todos, que terminó el mandato con un programa fuera de cualquier zona de cumplimiento de objetivos.
Claro que hay una diferencia y es que el FMI se pondría más duro en sus exigencias ante la posibilidad de aumentar su exposición de deuda con la Argentina, algo que deberá poder justificar ante su directorio y los países accionistas. La burocracia del Fondo Monetario volverá a la actividad tras el receso de verano en los Estados Unidos y retomará su agenda, que tendrá rápidamente una escala en Buenos Aires.
En ese marco, el mercado aún mantiene un manto de dudas sobre la continuidad del programa económico y eso se refleja en el riesgo país. ¿La nueva fase llegará o no con aporte de dólares por parte del Fondo Monetario? y aún más relevante: ¿Qué pedirá el FMI a cambio de fondos frescos?
Distintos informes de mercado abordaron precisamente esa cuestión y buscaron respuestas en los últimos acuerdos firmados por el organismo. Un informe de la consultora 1816 planteó que “a priori pensamos que no habrá un nuevo programa (que es lo que haría falta para tener desembolsos a partir de 2025) salvo que se libere el mercado de cambios, prior action requerido por el Fondo para aprobar desembolsos recientes a Egipto y Etiopía”.
En un informe más amplio, PxQ aseguró que “El ‘manual’ del organismo no es muy distinto al del pasado: la llegada de financiamiento se condiciona a la implementación de una unificación cambiaria, eliminación de controles de la cuenta comercial y de capital, implementación de reglas claras de intervención y política monetaria contractiva (suba de tasa de interés) para contener el efecto inflacionario”.
“El Fondo va a pedir algún esfuerzo extra para conceder nuevos desembolsos. Basándonos en los arreglos con los tres países, eliminar los controles de cambios muy probablemente sea una condición ineludible para acceder a un nuevo acuerdo y más desembolsos. Como el gobierno ya tiene como objetivo levantar el cepo y eliminar el impuesto país, esta no debería ser una traba. También será importante cumplir las metas en las dos revisiones que restan del programa actual”, planteó por su lado FMyA.