El Fondo Monetario Internacional (FMI) dio este jueves definiciones importantes tanto para el presente como para el futuro de la relación con la Argentina, uno de sus principales deudores, y se mostró conforme con el desempeño del programa que lleva adelante el presidente Javier Milei. El país aún no presentó una hoja de ruta para ir hacia un nuevo acuerdo que contemple fondos frescos para fortalecer las reservas del Banco Central, pero en ambas veredas se mantienen sin apuros.
El organismo comunicó a través de su portavoz, Julie Kozack, que el director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Rodrigo Valdés, se corrió de las negociaciones con el país. Milei había apuntado contra el economista chileno por una supuesta “mala intención” con su gestión y ahora dejó de ser el principal negociador del otro lado del mostrador. También habló sobre una “incipiente” recuperación de la actividad y los salarios, respaldó la postura del gobierno frente a la reforma previsional que impulsó la oposición en el Congreso, destacó la implementación del programa oficial, no hizo mención a que el ajuste “no recaiga sobre los más vulnerables” y ratificó que hay una discusión en el Directorio para cambiar la política de sobrecargos.
Las conversaciones entre el FMI y la Argentina quedaron a cargo de Luis Cubeddu, director adjunto del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo y Ashvin Ahuja, jefe de misión para Argentina, quienes reportan directamente a la gerencia encabezada por la directora, Kristalina Georgieva, y su segunda, Gita Gopinath.
Fuentes al tanto de las conversaciones señalaron a Infobae que la principal crítica de Valdés al gobierno argentino era la política de atraso del dólar oficial y de intervención con reservas sobre los tipos de cambio paralelo, algo que en el organismo no suelen ver con buenos ojos.
El ministro de Economía, Luis Caputo, no realizó aún ningún pedido formal para comenzar a negociar un nuevo acuerdo de Facilidades Extendidas (EFF), para lo que se necesita presentar una hoja de ruta concreta, que sea aceptada primero por el staff del FMI, luego por los países del Board, en especial de Estados Unidos (próximo a elecciones presidenciales), y someterse a evaluaciones trimestrales. La visión oficial es continuar con su programa económico “con o sin respaldo del Fondo”, aunque hay un reconocimiento que con USD 10.000 o USD 15.000 millones de fondos frescos sería más fácil desarmar el cepo cambiario.
Durante la conferencia de este jueves Kozack también se refirió a la novena y última revisión del acuerdo vigente. “Las autoridades argentinas, como saben, han seguido implementando el programa; los datos hasta mediados de 2024 sugieren que se cumplieron los objetivos fiscales y de reservas y que las autoridades continúan abordando los desequilibrios de larga data que enfrenta el país”, dijo.
La portavoz sostuvo que la implementación del programa de Milei resultó en una reducción considerable de la inflación, pero además habló sobre “señales de una recuperación incipiente de la actividad económica y los salarios reales”.
Por otro lado, el organismo no retomó un pedido que había realizado en varias oportunidades este año: que el ajuste no recaiga “sobre los más vulnerables”. De hecho, se puede interpretar un respaldo del organismo al veto presidencial sobre la reforma jubilatoria.
“Tomamos nota de los acontecimientos recientes en el Congreso y seguimos enfatizando la importancia de cumplir con los objetivos fiscales para respaldar una mayor reducción de la inflación y mejorar la credibilidad general de la política”, dijo Kozack.
“Estamos de acuerdo con los objetivos del gobierno de fortalecer la sostenibilidad general del sistema de pensiones y al mismo tiempo proteger el valor real de las pensiones, especialmente para los jubilados de menores ingresos”, concluyó la portavoz.
En la conferencia de prensa también se confirmó que el Directorio del Fondo comenzó una revisión sobre su política de sobrecargos, una discusión que los miembros del organismo concedieron a un grupo de países que viene presionando en foros internacionales. La Argentina afronta un sobrecosto de USD 1.000 millones anuales por tener un préstamo que excedió, por mucho, su cuota.
“La revisión tiene como objetivo que el FMI pueda seguir brindando financiamiento a miembros”, dijo Kozack. La idea que sobrevuela es que haya una posición tomada antes de la última reunión plenaria del FMI en Washington en la semana del 21 al 26 de octubre.