El Tesoro sale hoy a colocar deuda en pesos con un doble objetivo: asegurarse el refinanciamiento de los vencimientos, pero además dar un paso adicional para alargar los plazos de las emisiones. La idea es aprovechar la tranquilidad cambiaria y la mayor apuesta de los inversores por activos en pesos para descomprimir el futuro el cronograma de futuros pagos.
Se estima que al menos se colocarán bonos por 7 billones de pesos para hacer frente a los vencimientos de títulos que en su gran mayoría están en poder de los bancos.
Dependiendo de las ofertas, el Tesoro podría tomar pesos adicionales que luego serían utilizados para comprarle reservas al Banco Central y hacer frente a futuros vencimientos de deuda, pero en dólares. La idea del ministro de Economía, Luis Caputo, y del secretario de Finanzas, Pablo Quirno, es utilizar esos fondos para los intereses en dólares, pero los pagos de capital de deuda en dólares se afrontarían con fondos frescos que aportarían los “repo” a ser pactados con bancos internacionales.
El Gobierno busca aprovechar el apetito por instrumentos en pesos, en un contexto de estabilidad del tipo de cambio. Claro que los plazos ahora son más largos, lo que exige a los inversores una apuesta adicional
Para promover un alargamiento de plazos, el Tesoro resolvió ponerle máximos a las emisiones de Lecap, particularmente aquellas que vencen hasta marzo de 2025. Eso significa que si los bancos o fondos comunes que se presenten en la licitación piden un monto demasiado grande de estas colocaciones podrían recibir un monto menor al exigido. Es decir, quienes opten por plazos muy cortos podrían finalizar en un prorrateo que luego les complique las colocación de esa liquidez.
La colocación del Tesoro incluirá varios bonos que ajustan por CER como alternativa, pero con vencimientos que llegan hasta el 2027. Esto significa que para quienes decidan alargar los plazos tendrán la oportunidad de suscribir un Boncer que les dará cobertura por la evolución de la inflación.
El Gobierno busca aprovechar el apetito por instrumentos en pesos, en un contexto de estabilidad del tipo de cambio. Claro que los plazos ahora son más largos, lo que exige a los inversores una apuesta adicional. Es relativamente sencillo hacer “carry trade” con colocaciones a 30 o 60 días de plazo, pero se complica cuando el horizonte va mucho más allá, incluso hasta el 2027.
La semana pasada fue el ex ministro de Economía, Domingo Cavallo, quien señaló que el cepo cambiario “facilita la renovación de la deuda en pesos, pero complica la de dólares”. Algo de esto se va a ver en la jornada financiera de hoy.
La “bicicleta financiera” de invertir en pesos funcionó de manera extraordinaria en estos últimos dos meses
Justamente las restricciones cambiarias llevan a que los bancos y otros inversores no tengan otra alternativa que quedarse en instrumentos en pesos. Por eso, cada licitación que realiza el Tesoro tiene un nivel mayor de ofertas y se opta por tomar más pesos del mercado que los necesarios.
Pero al mismo tiempo los controles cambiarios llevan a que sea más difícil acumular reservas para el Banco Central. Se trata de uno de los aspectos más sensibles que deberá encarar el equipo económico en los próximos meses: las dudas que existen sobre la capacidad de pago del Gobierno ante vencimientos en dólares que superan los USD 10.000 millones el año próximo, solo con inversores privados.
La “bicicleta financiera” de invertir en pesos funcionó de manera extraordinaria en estos últimos dos meses. Las Lecap pagan casi 4% mensual, pero al mismo tiempo también se registraron fuertes ganancias en dólares por la caída de la cotización en los últimos dos meses. Los dólares financieros habían tocado los $1.500 a mediados de julio, pero ahora están cómodamente por debajo de los $1.300. Esto significa que para quienes apostaron por este tipo de activos hubo doble ganancia, tanto por la tasa de interés en pesos como por el cálculo de rentabilidad en moneda dura, que se multiplicó.