En su listado de promesas tuiteras de “cosas que ya están pasando y se van a exponenciar en los próximos meses”, el ministro de Economía Luis Caputo aseguró que “el crédito privado va a explotar”. Del extenso menú de pronósticos, tal vez sea el que ofrece resultados más concretos. Los préstamos al sector privado dieron un fuerte salto en agosto del 12,4%, con mayor crecimiento en las líneas destinadas al consumo de las familias que en aquellas orientadas a las empresas.
Las principales subas del mes, en valores nominales frente a una inflación que se estima algo por debajo del 4%, se registraron en las líneas que reflejan una leve recuperación del consumo: los préstamos prendarios (21,8%), para la compra de automóviles, y personales (20,4%). También se anotan aquí las tarjetas de crédito, con un 10,6%.
Los créditos hipotecarios, que comienzan a cerrar con mayor frecuencia las colocaciones en UVA, subieron un 15,7%, aunque todavía tienen un largo camino por recorrer para ser evaluado. La mayoría de los bancos empezó a promocionarlos en mayo y el trámite promedio no lleva menos de 60 días.
Por el lado del financiamiento a empresas, el descuento de documentos tuvo un buen desempeño, con una suba del 16% en el mes. También se registró en este segmento el único número negativo: a contramano del resto de los créditos, los adelantos en cuenta corriente cayeron un 4%. Se trata de la forma más habitual de financiamiento de corto plazo para cualquier comercio o empresa, pero la recesión la hizo retroceder.
Los datos de crecimiento del crédito en el mes que terminó, informados por el Banco Central, se vinculan a dos cuestiones. Por un lado, el apretón monetario del BCRA y la reducción de sus pasivos monetarios lleva a que los bancos tengan muchos pesos disponibles y se vean casi obligados a colocar préstamos.
Otro punto clave para poner en perspectiva este crecimiento inusitado, con cifras del 15 o 20% en solo un mes, es que el nivel de crédito parte de niveles bajísimos, con lo que una moderada reactivación puede generar un salto muy fuerte. “La fuerte recuperación del crédito en los últimos meses se da desde un piso muy bajo: medido precios constantes, el stock resulta la mitad del de 6 años atrás, el último pico antes del desplome de la actividad”, señaló en un informe la consultora LCG.
El informe también apunta que existe además un “sesgo normativo” por parte del BCRA para acelerar el otorgamiento de préstamos, lo que estimula su demanda “incluso sin un vínculo a la expansión de la producción”. Por distintas razones, hay empresas para las cuales comienza a ser conveniente tomar esos fondos, tanto como lo es colocarlos desde el punto de vista de los bancos.
También, para contextualizar la suba en el financiamiento del consumo, la consultora recuerda la incidencia “del bajo poder adquisitivo del salario y el nivel de tasas relativamente bajo, que se mantendrían en lo que queda del año”.
En términos reales, según LCG, el crecimiento de los préstamos al sector privado llegó al 10,5% mientras que en la comparación interanual, se ubicó en el -7,5% todavía por debajo del año pasado. La comparación con agosto de 2023, en plena campaña electoral, muestra caídas en todos los segmentos, tanto en los préstamos a empresas (-4.3%), al consumo (-4%) y en especial con los que tienen garantía real. En este último sector, que agrupa tanto hipotecarios como prendarios, la caída interanual es del -32,2%, otra cifra que ayuda a ubicar que el crédito arranca desde muy abajo.
Reemplazar las Leliq y los pases del Banco Central por créditos al sector privado trae a la realidad aquello que tanto proclama en sus discursos el Presidente Javier Milei, “que los bancos trabajen de bancos”, y dejen de tener como principal cliente al Estado.
En esa línea se ubicó el Banco Nación, el principal del sistema, que informó que “en agosto otorgó créditos por el equivalente a USD 1.700 millones a empresas y familias de todo el país, sumando así más de USD 9.000 millones en lo que va de 2024. Estos resultados, medidos en pesos, implican un 635% de aumento con relación a agosto de 2023 y permitieron estimular la actividad económica”.
El Nación no dejó pasar la oportunidad para reforzar uno de sus planes inmediatos: convertirse en Sociedad Anónima, algo considerado dentro del DNU 70/24. “Para que el BNA pueda sostener el crecimiento de los créditos, es imprescindible la transformación de nuestra entidad en sociedad anónima, tal cual establece la Ley de Bases. La mayor transparencia y eficiencia que ganará el Banco redundará en la multiplicación de la oferta de préstamos”, enfatizó el presidente de la entidad, Daniel Tillard.