Las empresas argentinas prevén para 2025 un aumento significativo en las inversiones con miras a una potencial mayor rentabilidad. Así se desprende de la vigésima primera encuesta anual sobre inversión y financiación realizada por la consultora EY Argentina y el Instituto Argentino de Finanzas (IAEF), en la que participaron más de 100 de las principales empresas del país.
Según el estudio, los sectores energético y agrícola presentan el mayor potencial de crecimiento, impulsando tanto el desarrollo económico como las exportaciones. En un contexto donde se anticipa una desaceleración de la inflación, los directivos financieros esperan un incremento en las ventas y beneficios de sus empresas para 2025.
La encuesta reveló que las inversiones aumentarán en comparación con 2024, año en el que se concentraron en activos fijos, incorporación de tecnología y aumento del capital de trabajo. Sin embargo, el 61% de los encuestados señaló que estas inversiones no resultaron en una mayor demanda de mano de obra.
La encuesta fue difundida en el inicio de la 45° Convención Anual del IAEF que empezó este jueves en Mendoza, donde está previsto que mañana participe el presidente Javier Milei. Entre este jueves y mañana se prevé que la participación alcance a unas mil personas.
“Las respuestas nos indican que una mayor estabilidad macroeconómica y una desaceleración en la inflación generarían un aumento en la inversión”, explicó Pablo de Gregorio, socio de EY Argentina. Respecto a las fuentes de financiamiento, un 28% de las empresas acudió a bancos locales, un 23% se autofinanció y un 14% recurrió al mercado de capitales. El resto buscó apoyo financiero en sus casas matrices (13%), proveedores (10%) y entidades extranjeras (6%).
La simplificación tributaria y administrativa, junto con un acuerdo entre gobierno, sindicatos y empresas, emergen como las principales acciones estatales que mejorarían la competitividad empresarial y facilitarían los planes de inversión, según los ejecutivos encuestados. Además, un plan económico claro y sostenible (24%), una política cambiaria estable (23%) y una reforma tributaria que estimule la inversión (20%) se mencionan como medidas favorecedoras.
“A partir de los resultados de la encuesta, queda claro que son necesarios cambios profundos para estimular la inversión y el desarrollo,” añadió De Gregorio. Entre las políticas que podrían mejorar el clima de inversiones se encuentran la reducción de cargas sociales a cambio de nuevas contrataciones (30%), reducción de alícuotas para la reinversión de utilidades (27%), amortización acelerada de inversiones de capital (20%) y exenciones fiscales para inversiones estratégicas (15%).
Por otro lado, las tendencias globales podrían influir en la planificación de inversiones. Las altas tasas de financiamiento (33%), el crecimiento de los populismos o nacionalismos extremos (21%), la volatilidad de los precios de los commodities (20%) y el aumento de la pobreza y la desigualdad en países emergentes (14%) son factores a considerar según los ejecutivos de finanzas.
Finalmente, para los inversores es fundamental contar con reglas de juego claras que promuevan un crecimiento sostenido y permitan aspirar a una mejor Argentina, según concluyó la investigación de EY Argentina.
Arrancó el encuentro del IAEF
El tradicional encuentro anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas que comenzó hoy será la última actividad de la semana que tendrá el presidente Milei, en la que levantó el perfil para defender el rumbo del gobierno, no sólo económico, sino también político. Participarán funcionarios del gobierno nacional, economistas, empresarios y sindicalistas que se dieron cita en el Sheraton Mendoza.
Si bien habrá al menos una treintena de actividades, la mayor atención se concentrará en los paneles en los que estarán el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, y su par de Perú, Julio Velarde; los ministros Patricia Bullrich (Seguridad) y Federico Sturzenegger (Desregulación); el secretario de Finanzas, Pablo Quirno; y los gobernadores Alfredo Cornejo (Mendoza) y Rolo Figueroa (Neuquén), entre otros.
En su discurso de apertura, Diego Cazorla destacó la importancia de haber reunido en Mendoza diversas personalidades del sector público y privado para debatir sobre el futuro de Argentina. La presencia de economistas, funcionarios y figuras clave del sindicalismo y la justicia reflejó la necesidad de escuchar una multiplicidad de voces para abordar el lema propuesto: “Cambiar para Integrar” El desafío de construir el sueño argentino.
Cazorla también hizo hincapié en el apoyo popular reciente al cambio profundo en el país. Señaló que, a pesar de los desafíos inherentes a este proceso de transformación, los argentinos habían decidido apostar por una alternativa que buscaba romper con los fracasos del pasado. Según el presidente del IAEF, a partir de ese giro “no había vuelta atrás”: el crecimiento económico sostenido era la única vía para garantizar un futuro próspero a mediano plazo.
Sin embargo, advirtió que este crecimiento sólo será posible si se logran ciertos acuerdos políticos que permitan dejar de lado los intereses sectoriales y personales, priorizando el bienestar común. “La política tiene la obligación de alcanzar acuerdos razonables”. En términos económicos, el discurso enfatizó la importancia de recuperar la confianza en Argentina como un destino confiable para la inversión privada. Cazorla advirtió sobre los errores cometidos en el pasado, donde la irresponsabilidad fiscal y la falta de compromiso con los acuerdos internacionales habían afectado la reputación del país.
Sin embargo, resaltó los avances recientes en áreas clave como la política monetaria y la reducción de la inflación, que habían sentado las bases para una economía más sólida. En este contexto, elogió la aprobación de la Ley Bases y el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones se destacaban como medidas estratégicas que abrían oportunidades para un desarrollo más federal. “Hoy enfrentamos las consecuencias de la confianza perdida, pero estamos avanzando”, admitía.
Cazorla subrayó la urgencia de reformar el sistema educativo, ya que sin una educación de calidad sería imposible garantizar la igualdad de oportunidades en el futuro. Además, remarcó el potencial del país en sectores como la agroindustria, la energía y la economía del conocimiento, que debían ser los pilares del crecimiento. Y concluyó con un llamado a la unidad nacional, instando a dejar de lado las diferencias y apostar por un camino de cambios profundos, con la esperanza de que las futuras generaciones recibieran el país que merecían. “Es hora de sumar, de unirnos, y de trabajar por la Argentina que queremos”, exhortó.