En los primeros seis meses de 2024, los bancos argentinos alcanzaron ganancias récord, acumulando un total de $6,1 billones de resultado positivo en todo el sistema. La cifra representa más del doble de lo obtenido en el mismo período del año anterior, cuando las ganancias sumaron $ 2,62 billones. El principal factor que influyó en el resultado fue la importante tenencia de títulos ajustados por CER en las arcas de las entidades financieras, que se beneficiaron de la aceleración inflacionaria a comienzos del año. Ese efecto debería moderarse en adelante, pero el repunte del crédito puede empezar a traccionar.
“En los primeros 6 meses de este año las entidades financieras acumularon ganancias por $ 6,10 billones, muy por encima de los $ 2,62 billones del mismo periodo del año pasado, midiendo en pesos actuales”, consignó un informe de Econviews basado en datos del Informe Sobre Bancos de junio que elabora el Banco Central (BCRA).
La deuda CER, que ajusta su valor en función de la inflación, resultó ser particularmente rentable en un contexto de aceleración inflacionaria como el que se vivió a principios de año.
Los bancos, al mantener en sus balances una mayor proporción de activos ajustados por CER en comparación con sus pasivos, se beneficiaron de la alta inflación. Mientras que la mayoría de sus obligaciones no se ajustaban en la misma medida, los ingresos derivados de estos activos inflacionarios aumentaron considerablemente, lo que se tradujo en una expansión significativa de sus márgenes de ganancia. Este descalce entre activos y pasivos, en un entorno de alta inflación, permitió que las ganancias crecieran de manera notable, ya que los ingresos por la revalorización de los títulos CER superaron ampliamente los costos asociados.
“Mucho del resultado de este año tiene que ver con ganancias generadas por la tenencia de títulos CER (...). La aceleración inflacionaria de los primeros meses del año terminó impactando de manera positiva, ya que en sus balances los bancos tienen pocos pasivos ajustables por inflación y muchos activos”, agregó Econviews.
Sin embargo, este efecto tiene un componente temporal. A medida que la inflación se estabilice o desacelere, el beneficio extraordinario derivado de estos activos ajustados por CER podría reducirse, lo que implicaría que los bancos ya no podrían depender en la misma medida de este mecanismo para sostener sus ganancias. Por lo tanto, aunque el CER fue clave para las cifras récord de 2024, su contribución en el futuro podría disminuir, obligando a las entidades financieras a enfocarse más en su negocio tradicional de intermediación financiera para mantener sus niveles de rentabilidad.
“Por primera vez en cuatro años, en junio el ingreso neto por intereses fue positivo. Esto significa que los bancos empiezan a recuperar su negocio tradicional” (Econviews)
Pero más allá de que los bancos se pararon bien para apostar por la inflación, uno de los datos más curiosos de las cifras del primer semestre es que volvieron a prestar plata. Los bancos, de a poco, vuelven a funcionar como bancos. La política monetaria y la eliminación de la tasa mínima para los plazos fijos redujeron significativamente los costos de fondeo para las entidades financieras, lo que, junto con un repunte en el crédito al sector privado, impulsó la intermediación financiera: tomar depósitos y dar préstamos.
Esta mejora en el crédito, combinada con una disminución en la morosidad y un mayor protagonismo del sector privado en el mercado de crédito, permitió a los bancos recuperar su negocio tradicional de intermediación financiera.
“Por primera vez en cuatro años, en junio el ingreso neto por intereses fue positivo. Esto significa que los bancos empiezan a recuperar su negocio tradicional que es el de tomar depósitos y prestarle al sector privado y dejan de ser entidades dedicadas a financiar déficits fiscales”, consignó Econviews.