Las billeteras virtuales ya capturaron el 5% de los depósitos totales del sector privado del sistema financiero, según datos oficiales que exhiben una aceleración de este fenómeno. Mientras que un año antes ese porcentaje apenas llegaba solo al 1,7% de todo el dinero depositado por los argentinos, dos años atrás los fondos guardados en las billeteras (y por lo tanto, fuera de los bancos) eran tan pocos que la información del Banco Central ni siquiera los registraba.
Según el Informe de Pagos Minoristas del BCRA, con datos a junio, en la Argentina hubo movimientos en 14,5 millones de cuentas de pago radicadas en fintech, que totalizaron un saldo de 369.700 millones de pesos. Al mismo tiempo, como muchas de esas cuentas permiten hacer rendir el dinero en fondos comunes de inversión (FCI), las billeteras obtuvieron por esa vía otros 2,5 billones de pesos.
“Ambos conceptos, considerados en forma conjunta, representan el 5,06 % del total de los depósitos del sector privado, que fue de $ 57,1 billones en el mes mencionado”, apuntó el informe del BCRA. De esa manera 5 de cada 100 pesos de argentinos ingresan al sistema a través de las fintech, ya se trate de dinero transaccional, para hacer y recibir pagos en forma cotidiana, o bien de ahorros.
La explicación de esta transformación en los hábitos de los argentinos es esperable ya que está atada a la suba de la inflación a lo largo de 2023, un año en que el IPC nunca estuvo por debajo del 6%, con varios meses por arriba del 12% y un pico del 25% en diciembre. Ante ese escenario, las cuentas remuneradas de las fintech tienen disponibilidad permanente del dinero y permiten recuperar gran parte de esa pérdida del poder adquisitivo, frente a las cajas de ahorro bancarias que rinden 0.
Frente a esa decisión de tantos millones de pequeños ahorristas, los bancos no se quedaron quietos y extendieron su oferta de FCI de “money market”, aquellos que hacen rendir el dinero con “rescate” inmediato dentro del horario bancario. El avance de la inflación maximizó el uso de esos instrumentos en los bancos: frente a un alza del índice de precios de esa naturaleza, cada vez son menos los que aceptan que sus pesos “duerman” en una cuenta sin generar intereses.
El dato se enmarca además en un contexto en el que conviven la interoperabilidad entre ambos universos, los bancos y las billeteras, para hacer pagos digitales cuyo uso no deja de crecer, y al mismo tiempo una dura competencia. Las fintech se preparan para jugar fuerte en algunos negocios que siempre fueron ofrecidos por el sistema bancario en los que el gobierno de Javier Milei quiere abrir el juego.
Allí aparece la posibilidad de cobrar salarios y jubilaciones a través de billeteras, algo que el ya célebre DNU 70/24 autoriza pero nunca fue reglamentado. De hecho, algunos planes sociales ya se pueden pagar por esa vía y no son exclusivos de los bancos. También está en la agenda oficial la anunciada apertura del sistema SUBE, que habilitará pagar el transporte público con tarjetas, billeteras, pagos QR y hasta acercando el celular.
Todas estas medidas pueden transformar de raíz el hábito de los consumidores para pagar, tanto como la inflación lo hizo para colocar los ahorros. Su concreción podría acelerar aún más la porción de depósitos en manos del sistema fintech. También es claro que ayudaría a “agrandar la torta” y hacer que siga reduciéndose el uso del efectivo.
Según el informe del BCRA, en la Argentina están habilitados 160 “proveedores de servicios de pago”, tal el nombre técnico de las billeteras virtuales. Las principales de ellas ofrecen la posibilidad de remunerar los saldos. Tal es el caso de Mercado Pago, Ualá, Personal Pay, n1u, Prex o Lemon, una app de criptomonedas que también brinda intereses en pesos. Brindan intereses del 33% al 42%, según se observa en la infografía (datos al 10 de agosto). Todas ellas vinculan los pesos depositados a un FCI que brinda intereses. Naranja X, en cambio, remunera los saldos con fondos propios, hasta un tope de 400.000 pesos.
Asimismo, el Informe de Pagos Minoristas del BCRA también confirma el crecimiento de los pagos digitales en todas sus variantes, bancarias y de fintech, aún dentro de un contexto recesivo de la economía. Las transferencias inmediatas se incrementaron un 93% en relación a un año atrás, con un total de 556 millones de transacciones por mes. Los pagos con QR interoperable, en sus distintas posibilidades, subieron un 63% interanual. También creció el uso de las tarjetas tanto de crédito (16%), de débito (32%) o prepagas (34%), medido en cantidad de transacciones realizadas en el último año.