El presidente Javier Milei será el orador principal del Día de la Industria, que celebrará este lunes cerca del mediodía la Unión Industrial Argentina. La visita del jefe de Estado a la sede fabril estará enmarcada en el inicio, este mismo lunes, del recorte de la alícuota del impuesto PAIS para las importaciones y fletes, y de la reciente reglamentación del régimen de grandes inversiones que despertó alertas en la entidad.
También estarán en la agenda medidas como la flexibilización de las importaciones de acero como insumo industrial, que despertó alarmas en la industria siderúrgica local o la demorada presentación de una ley pyme, empujada por los empresarios -especialmente los industriales- y comprometida por el Poder Ejecutivo, para equiparar beneficios tributarios del RIGI para inversiones menores a los 200 millones de dólares.
Más allá de la relación política con la Casa Rosada, en términos de actividad sectorial el Día de la Industria tendrá como contexto números de producción fabril que todavía no muestran un piso claro que marque la señal de una reactivación. El Gobierno repite que la peor parte de la recesión ya sucedió, pero que la economía muestra distintas velocidades y que el sector fabril es uno de los más rezagados, a diferencia de otros como el agro o la minería.
En la agenda aparecen medidas como la flexibilización de las importaciones de acero, que despertó alarmas en la industria siderúrgica local o la demorada presentación de una ley pyme, empujada por los empresarios como una suerte de “mini RIGI”
El jefe de Estado hablará cerca del mediodía en la sede de la UIA en el centro porteño, tras un discurso de bienvenida de su presidente Daniel Funes de Rioja. El mandamás de la principal central fabril suele cultivar una buena relación política con todos los mandatarios, aunque la UIA como entidad marca señalamientos y objeciones a algunas iniciativas oficiales.
En la reunión de mediados de agosto, por caso, la Unión Industrial alzó la voz para apurar definiciones sobre una ley pyme, una suerte de “mini RIGI” que surgió como idea entre los técnicos de la entidad fabril y que el Gobierno tomó pero puso en consideración de otras cámaras empresarias antes de presentar un proyecto consensuado en el Congreso. A grandes rasgos, los ejecutivos buscan que el tratamiento impositivo, cambiario y aduanero que tienen las empresas que ingresen al RIGI también tengan un correlato en inversiones menores a los 200 millones de dólares. El Poder Ejecutivo aún trabaja en ese proyecto pero dio en las últimas semanas algunas pistas sobre lo incluirá esa iniciativa.
La reforma laboral también es un tema de actualidad en la relación entre el Poder Ejecutivo y las principales cámaras empresarias: el G6 busca garantizarse que la reglamentación, que deberá ser definida en los próximos días por el Ministerio de Desregulación que conduce Federico Sturzenegger, sancione con dureza los bloqueos a plantas y fábricas en el marco de medidas de fuerza, algo que es rechazado por los sindicatos.
Milei llegará a la Unión Industrial, además, con la novedad de la puesta en marcha de la rebaja de la alícuota del impuesto PAIS desde 17,5% a 7,5% desde este lunes, lo que abaratará el costo de las importaciones y del pago de fletes. Los industriales pulsean por avanzar en una agenda de baja de impuestos más general.
Los últimos números relevados por la UIA muestran cifras en rojo para el sector. La actividad industrial en junio cayó 19,5% interanual y 5,7% respecto de mayo, de acuerdo con el informe que mensualmente realiza el Centro de Estudios de la UIA y que dio a conocer a mediados de agosto.
Ese mes se vio afectado por menos días hábiles y paradas de planta. Con estos datos, el sector industrial acumuló trece meses de caída interanual consecutiva y cerró el primer semestre del año con una baja de 14,1% respecto del mismo período del año pasado. Como comparación, el Indicador de Producción Industrial (IPI) del Indec había mostrado cifras similares: una baja del 20,1% interanual y una variación desestacionalizada de 1,6 por ciento.
El informe de la entidad fabril, por otra parte, había indicado que para julio los números serían mejores, no sólo porque tuvo más días hábiles sino también porque algunos rubros están registrando un tibio rebote. De hecho, algunos indicadores, como los despachos de cemento, en julio crecieron 25,9% versus junio. “Los datos anticipados de julio indican que se habrían moderado las bajas interanuales y que hubo una mejora heterogénea desde los bajos niveles del mes anterior, con una mayor cantidad de días hábiles (22 contra 17)”, señaló en su informe la central fabril.
La reforma laboral también es un tema de actualidad en la relación entre el Poder Ejecutivo y las principales cámaras empresarias: el G6 busca garantizarse sanciones contra bloqueos sindicales
Una encuesta que la UIA hizo entre sus asociados mostró, recientemente, las empresas perciben una situación peor que hace un año, tanto a nivel empresarial (52,3%) como sectorial (69,4%) y nacional (60,6%), aunque con una leve mejora respecto al relevamiento previo. “Al comparar estos datos con las expectativas para este año, queda claro que no se cumplieron: el 40,2% de las empresas esperaba una mejora económica del país para 2024, pero el 60,6% ahora ve una situación peor; de igual manera, el 42,4% anticipaba mejoras en su sector, pero el 69,4% afirma que ha empeorado. A pesar de ello, siguen siendo optimistas para el próximo año: el 62,9% espera una mejora en su situación económica empresarial, el 62,2% en su sector y el 67% en el país”, indicó la UIA.
Dos elementos parecen protagonizar las preocupaciones entre los ejecutivos fabriles: la caída de la demanda por la recesión y el aumento de costos. “Las empresas tienen preocupaciones por los nuevos desafíos del contexto. La caída de la demanda de otras industrias fue la principal preocupación para el 29,5% de las empresas. También hay preocupación por el aumento de costos que afecta al 29% de las empresas”, planteó la encuesta de la UIA.
“Al interior de las empresas que indicaron al aumento de costos como su mayor preocupación, se observó que el principal costo que incide es el salarial (29,1 por ciento). El incremento de los costos energéticos fue la preocupación para el 20,1% de las empresas encuestadas”, concluyó.