Salida del cepo mata escasez de dólares. Esa podría ser una primera conclusión ramplona de la última semana financiera en la que se consolidó un claro cambio de humor del mercado. Factores globales que contribuyeron a la mejora, como la expectativa de baja de tasas de la FED este mes, y también decisiones oficiales que lograr contrarrestar el impacto negativo que tan solo una semana antes habían encendido todas las alertas ante las complicaciones políticas que enfrentó el Gobierno en el ámbito que le resulta más hostil: el Congreso.
La promesa firme e inmediata de un veto sin vacilaciones a la nueva fórmula jubilatoria que aprobaron los legisladores ayudó a contener la crisis pero fue sin duda la confirmación de que a partir del lunes el impuesto PAIS cae a 7,5% para la importación de bienes y fletes lo que marcó el punto de giro. Ansioso por señales que indicaran el camino de salida del cepo, los inversores leyeron en la medida que el ministro de Economía, Luis Caputo, y el propio Javier Milei entregaron en su momento como moneda de cambio para la aprobación de la Ley Bases y el Paquete Fiscal, un primer cartel indicativo.
Esto a pesar de que se prevé un duro impacto para las reservas del Banco Central: la demanda de dólares para el pago de importaciones se sosegó en agosto a tal punto que permitió un resultado anormal para ese período en el que la entidad monetaria logró comprar USD 380 millones. Ese aplacamiento es atribuido, precisamente, a la espera de la baja del impuesto por lo que se prevé que esos pagos empiecen a cursarse en las próximas semanas.
Al mismo tiempo, aumentará la presión por el nuevo calendario de acceso al mercado oficial vigente desde el 1° de agosto y que, en la práctica, empieza a impactar a partir de esta semana ya que la primera cuota es a los 30 días.
De ahí que distintos análisis financieros prevén que en septiembre la demanda de dólares crezca 150% respecto al mes pasado y podría alcanzar los USD 7.500 millones. Si bien el equipo económico había prometido una mejora del balance cambiario después del saldo negativo de julio, lo cierto es que septiembre será, como mínimo, desafiante.
De todos modos, Caputo arranca el mes con el pie derecho. El riego país finalmente empieza a ceder –el viernes cerró en 1.433 puntos básicos– y se acopla a la tendencia del dólar financiero donde la intervención no sólo tiene el efecto esperado sino que acostumbró a los operadores. Es que una nueva presunción crece en el mercado: el Gobierno resignó la prioridad de acumular reservas para levantar el cepo pero no se resignó a su eterna vigencia. La búsqueda de dólares por otros vías –”las negociaciones son permanentes”, admitió a Infobae un banquero de uno de los bancos extranjeros más grandes que opera en el país– dan cuenta de ello, lo mismo que la obsesión por acelerar la baja de la inflación “destruyendo” pesos.
Medio en sorna, en el Gobierno dicen que “el mercado la empieza a ver”. No está tan claro. “Aún en esta calma, el tipo de cambio sigue en el centro de la escena. La razón es simple: el mercado sigue ansioso por definiciones respecto a cómo se saldrá del cepo, un esquema sobre el que hay consenso pleno que no es sostenible indefinidamente.
El riego país finalmente empieza a ceder –el viernes cerró en 1.433 puntos básicos– y se acopla a la tendencia del dólar financiero donde la intervención no sólo tiene el efecto esperado sino que acostumbró a los operadores
Los motivos detrás de esta visión pueden resumirse en tres puntos: la economía necesita recomponer el stock de reservas internacionales y con cepo no se puede; la economía necesita impulsar la inversión y con cepo se logra lo contrario; la economía necesita crecer sobre bases sostenibles en el tiempo y con cepo se exacerba el crecimiento de corto plazo” sintetizó la Consultatio. El breve punteo da en el blanco de las tres cuestiones esenciales que el Gobierno busca por ahora minimizar pero que sabe ciertas. Por eso busca dólares y negocia préstamos; por eso implementó el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones -paraguas en el que no existe el cepo- y por eso, también, apunta a acelerar la baja de impuestos y reducción de costos. Todo mientras no levanta el cepo.