Las negociaciones comenzaron hace varios meses. Las empresas siderúrgicas sabían perfectamente cuál era el camino que el Gobierno tomaría respecto de las importaciones y la reducción de costos, en un contexto en el que la prioridad es mejorar los precios internos y justamente reducir el “costo argentino”. Por eso, la medida anunciada este jueves pasado el mediodía no los tomó por sorpresa. La esperaban, pero seguían negociando. Y claro que hasta último momento nunca saben cuál será el verdadero impacto, ya que para eso deben esperar que la resolución sea publicada en el Boletín Oficial.
El ministro de Economía, Luis Caputo, anunció vía redes sociales este jueves al mediodía que “se eliminan trabas burocráticas para la importación de acero, aluminio y materiales para la construcción, y se digitaliza el Repostock. Las medidas apuntan a reducir el costo argentino, alentar la competencia, bajar los precios y promover las exportaciones de más de cinco mil empresas”.
La decisión vinculada básicamente con la importación del acero en sus diferentes formas será oficializada entre el viernes y el lunes mediante una resolución del Ministerio. Fuentes del sector aclararon, sin embargo, que había una reunión prevista para el martes de los dirigentes de la Cámara Argentina del Acero con los funcionarios del Ministerio, por lo que hasta que no salga la norma prefieren evitar comentarios oficiales.
Sin embargo, Infobae consultó a varias empresas de la industria siderúrgica y aunque coincidieron en que antes de evaluar el impacto primero deben conocer específicamente cuáles serán las posiciones arancelarias que tendrán esta flexibilización en los controles aduaneros, anticiparon que le vienen remarcando al Gobierno desde que comenzó la negociación, ya hace varios meses, que China hoy representa una amenaza importante y que son varios los países de la región que están aplicando medidas antidumping y subiendo aranceles para evitar el ingreso de productos a precios viles.
“La 404 -reglamento técnico que regía para la construcción- funcionaba bien. Acá lo que importa es que competencia sea en condiciones de equivalencia. Si voy a importar un producto y me van a reconocer esa declaración jurada, sería importante que haya condición de equivalencia si quiero exportar a esos países”, dijeron en una de las empresas. Y agregaron: “Además, el riesgo de que entre acero chino con precio desleal es latente y se lo hemos manifestado al Gobierno.. Dijeron que las instituciones iban a funcionar y que si hay dumping, tomarán las medidas pertinentes”.
El presidente del Grupo Techint, Paolo Rocca, se ha referido en varias oportunidades a esta amenaza, y recientemente lo repitió en un congreso de Acero Brasil, realizado en San Pablo. En ese contexto, dijo que competir con China se volvió “sustancialmente imposible” debido a la “absoluta asimetría” de las relaciones económicas y comerciales entre las economías de la región y el gigante asiático. Además, agregó: “Las importaciones chinas ayudan a controlar la inflación en nuestros países, pero tienen un impacto negativo en nuestros sectores industriales; y tienen efectos aún peores sobre la inversión y el crecimiento”.
La medida anunciada este jueves por Caputo, y ampliada por el equipo de Producción que comanda Juan Pazo, consiste específicamente en que se modifica el reglamento técnico del acero, que simplificará y bajará los costos del proceso de importación de este insumo clave para la economía. También simplificamos la importación y eliminamos controles arbitrarios sobre otros insumos para la construcción.
¿Qué implica la nueva medida?
A partir de esta resolución, explicaron desde la cartera económica, las empresas que deban certificar la importación de acero y materiales para la construcción podrán presentar declaraciones juradas con certificaciones internacionales válidas en todo el mundo, que serán equivalentes a las del Instituto Argentino de Normalización y Certificación (IRAM), y “evitar así complejos trámites que generaban meses de demora y costos adicionales para la producción”.
Para el Gobierno, estas medidas implicaban normas paraarancelarias, que buscaban frenar el ingreso de producto importado. De hecho, fue así como se lo explicaron a las empresas siderúrgicas meses atrás, cuando arrancó la negociación para avanzar por este camino.
“El Gobierno nos dijo que había 57 reglamentos técnicos que funcionaban como trabas paraarancelarias y que tenían que ser revisados. Entre ellos, el 404, que rige para la construcción. Les dimos las razones por las que todos los países del mundo tienen disposiciones vinculadas a esos reglamentos técnicos, y apuntan a asegurar la seguridad del material de construcción que se importa”, dijeron en una de las compañías de la industria.“¿Pero quién va a controlar que lo que entre cuente realmente con esa seguridad internacional”?, se preguntó otra fuente del sector.
Sobre la amenaza del ingreso de productos chinos, por ahora son meras advertencias, ya que no se está produciendo un ingreso masivo de productos de acero del gigante asiático. Pero en el sector consideran que no sólo el mercado está deprimido todavía, sino que podría aumentar el ingreso a medida que sea cada vez más sencillo importar, lo que no ocurrió en los últimos años.
“Ellos quieren incluir los productos finales. Los techos de chapa acanalada, por ejemplo. Influye pero no influye a la chapa. Hay que ver hasta qué nivel de partida arancelaria llegan”, dijeron en otra empresa del sector, al tiempo que agregaron que “hay muchos países que tienen estas normas (los reglamentos técnicos) porque implican seguridad. Tampoco se puede traer cualquier cosa”.
Según precisó el Gobierno, con esta decisión, el 31% de las importaciones de acero ya no tendrá intervención aduanera y habrá mayor oferta, lo que redundará en más competencia y baja de precios. La medida alcanza a los principales productos de acero para la construcción como chapas (techos, cerramientos, estructuras portantes), perfiles, hierro redondo para hormigón, mallas y vigas, y tubos.