El ministro de Economía, Luis Caputo, acelerará en septiembre la “motosierra” para dar una señal en el principal ancla del programa: el ajuste fiscal. Es así que definió para septiembre nuevos aumentos los servicios de luz, de gas, los combustibles y el agua. A eso se sumará una quita de subsidios en las boletas de energía para los 1,7 millones de usuarios con tarifa social que no se anotaron en el Registro de Acceso a los Subsidios a la Energía (RASE) para continuar con la bonificación y en una parte de las subvenciones al boleto de colectivos en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
La visión oficial es que la desaceleración de la inflación, que se mantiene en torno al 4% promedio mensual desde mayo, se profundizará en septiembre con la reducción del impuesto PAIS en la importación de bienes, del 17,5% al 7,5%, y el pre anuncio de la reducción de algunos otros tributos, compensado en parte con el paquete fiscal que sancionó el Congreso.
El gobierno en paralelo mantiene una disputa con CABA por la coparticipación y en el ámbito legislativo enfrenta una posible reforma jubilatoria que va contra el objetivo de equilibrio fiscal. “Esto es un tema político donde ellos quieren voltear al gobierno”, dijo este miércoles Caputo sobre el incremento a jubilados que pide la oposición en declaraciones radiales.
Tal como publicó Infobae, el ministro de Economía decidió que en septiembre habilitará aumentos del 4% promedio en las tarifas de luz y de gas. El combustible subirá el próximo domingo un 2,5% promedio en todo el país y los servicios de Agua y Saneamientos Argentinos (AySA) se actualizarán un 4,48% en AMBA debido a la fórmula de indexación vigente que tiene la empresa estatal.
La Secretaría de Transporte de Franco Mogetta, en la órbita de Caputo, también ratificó este lunes que desde el 1 de septiembre dejará pagar los subsidios por el boleto integrado de la Red SUBE en las líneas de colectivos que circulas exclusivamente en la provincia de Buenos Aires y la Ciudad, mientras que además cortará las subvenciones a las tarifas de las 31 empresas que son de jurisdicción porteña. La medida implicará un impacto en el bolsillo de muchos usuarios del AMBA, en particular los que realizan más de un viaje de ida o de vuelta en su jornada, y en las empresas advierten que puede poner en riesgo la continuidad del servicio. El ahorro del Tesoro nacional sería de unos $15.000 millones mensuales.
El beneficio del boleto integrado se aplica de forma automática en el momento del viaje solo para las tarjetas registradas y en un rango de dos horas: el primero se paga con tarifa plena, el segundo con descuento del 50% y el tercero con 75% de rebaja.
“El Gobierno Nacional definió terminar con los favoritismos hacia algunas jurisdicciones en relación a los recursos destinados a financiar al transporte y garantizar el federalismo y la igualdad de condiciones en todos los distritos”, afirmó Transporte en referencia a la eliminación de subvenciones desde Nación al interior que se hicieron en febrero. El boleto de colectivos aumentó 600% desde que asumió Javier Milei y hay 5,3 millones de usuarios que reciben un descuento del 55% por la tarifa social.
El 4 de septiembre vence el plazo para que los usuarios residenciales de los servicios públicos de electricidad y gas natural que reciben la tarifa social se anoten en el RASE y eviten dejar de tener subvención, es decir, pagarán más cara la energía. Son 1,7 millones de usuarios que dentro de la segmentación y ante la consulta de Infobae la Secretaría de Energía no precisó cuando se anotaron. El plazo se había prorrogado en agosto por 30 días.
La visión de Caputo es que la baja de impuestos permitirá apuntalar la desaceleración de los precios minoristas, pero el ministro de Economía tampoco quiere enviar una señal de que abandona el principal ancla para conseguir ese objetivo. “[La inflación] va a bajar por la reducción del impuesto PAIS más medidas que anunciaremos esta semana y otras a mediados de septiembre que también van a contribuir el costo argentino”, afirmó este viernes el titular del Palacio de Hacienda.
“Mientras nos mantengamos en el orden macro esa baja se va a continuar porque la inflación es un fenómeno monetario. Tengamos en cuenta que la Argentina es un país que ya no emite más pesos”, remató.
La consultora Analytica advirtió en un informe reciente que la recaudación por impuesto PAIS fue del 0,7 puntos del PBI en el primer semestre, más de la mitad del superávit primario acumulado en ese período. “En julio llegó al 5,9% de la recaudación total, alcanzando 6,2% desde diciembre”, explicaron en referencia a que desde la llegada de Milei la alícuota del tributo subió del 7,5% al 17,5 por ciento.
“Estimamos que la disminución de la alícuota de este impuesto a la importación de bienes representará menores ingresos por $1,5 billones entre septiembre y diciembre, caída en un 40% compensada por el retorno del impuesto a las Ganancias a la cuarta categoría, con un aporte estimado de $0,6 billones”, detalló la consultora.
El otro riesgo es que la apreciación del tipo de cambio, por la baja en la alícuota al 7,5%, en un contexto de flexibilización en el cepo a las importaciones y mayor demanda turística, será adecuada para el mercado en un contexto de reservas negativas y abultados vencimientos de deuda. La curva de pesos y las licitaciones del Tesoro muestran que el mercado se mueve en línea con la desinflación que promete el gobierno. Caputo sostiene que no habrá nueva devaluación, que el peso se fortalecerá y que la brecha cambiaria se cerrará “desde arriba”.
Los analistas suelen destacar la “corrección” que realizó el gobierno de Javier Milei sobre las cuentas públicas y, a pesar de contra marchas, en precios relativos. Es cierto que en ese marco también creció fuertemente el deterioro social, con una pobreza que escaló al 55% hasta el primer trimestre de 2024 según cálculos de la UCA en base a estadísticas del Indec por el impacto de la devaluación de diciembre pasado.