El ex ministro de Economía Alfonso Prat Gay planteó dudas sobre la hoja de ruta económica del Gobierno, aseguró que con la promesa de ajuste fiscal él habría desarmado el cepo cambiario desde el primer día y que esa medida conllevará un “pequeño sobresalto”. Además, señaló que la inflación ingresó en un terreno en el que se resistirá a una baja adicional.
El ex funcionario, quien también fue presidente del Banco Central, participó de una charla organizada por IAE Business School, la escuela de negocios de la Universidad Austral, y dio su impresión sobre cómo debería ser la salida del cepo. “No tiene sentido comparar con nuestro caso (durante el gobierno de Cambiemos); salimos en una semana porque no teníamos mucha opción, teníamos reservas negativas parecidas a ahora y no había tantos pesos atrapados como hay ahora”.
“Siempre hay un sobresalto cuando salís del cepo. El Gobierno no definió qué quiere hacer con eso. Si hubiese sido ministro y Milei me decía ‘vamos a hacer este ajuste y mantenerlo’, hubiese salido el primer día. Quedaron a mitad de camino”, aseguró Prat Gay.
“En cuanto salgan (del cepo) va a haber un pequeño sobresalto y no es políticamente digerible para un Gobierno que promete que la inflación va a ser más baja mañana que hoy. Quizás no lo pensaron lo suficiente” (Prat Gay)
A su vez, el economista agregó: “A Macri le pasó lo mismo, hizo un shock cambiario y monetario y fue gradual en lo fiscal. Acá tenemos shock fiscal y gradualismo cambiario y monetario, del cual va a ser dificil salir. En cuanto salgan, va a haber un pequeño sobresalto y no es políticamente digerible para un Gobierno que promete que la inflación va a ser más baja mañana que hoy”. “Quizás no lo pensaron lo suficiente”, apuntó.
“El camino es largo, le tengo miedo a los triunfalismos. Estuve en Ucrania la semana pasada. Con todo lo que sabemos que pasa allá, la inflación anual es de 5%. Me preocupa si festejamos un 4% de inflación mensual. Me preocupa que en los últimos meses la (inflación) subyacente mostró señales de estabilidad cuando quedan muchos ajustes por hacer, como el cepo o las tarifas. Va a ser una batalla larga”, dijo Prat Gay, en conversación con el economista Santiago Bulat.
Según Prat-Gay, hoy evidentemente para el Gobierno es un aliciente mostrar que hay un ritmo de inflación mucho más bajo que un año atrás. “La pregunta es, ¿qué viene después? La sociedad reclama más. ¿En qué momento se recupera la economía? El Gobierno necesita la recuperación para que se extienda la paciencia y que se empiece a ver una reasignación del ajuste fiscal, una recuperación de los ingresos para orientar un poco más los capítulos del gasto”, planteó el ex ministro.
“Al Gobierno le viene bien una recesión porque baja las importaciones y baja la presión de demanda sobre la inflación. No veo nadie que me diga cuál es el punto de equilibrio, no veo una idea de equilibrio general. Milei es el economista en jefe del gobierno pero es un experto en teoría monetaria, no un macroeconomista. Falta transmitir eso. Esa hoja de ruta es importante porque la sociedad necesita saber cuáles son los próximos pasos. Milei se sigue peleando con el pasado, pero no nos dice cuál es el futuro”, cuestionó.
“Me preocupa si festejamos un 4% de inflación mensual. Me preocupa que en los últimos meses la (inflación) subyacente mostró señales de estabilidad cuando quedan muchos ajustes por hacer” (Prat Gay)
Respecto de qué visión tienen los inversores en el exterior, mencionó que la pregunta que sobrevuela es “si esto es un espasmo y no algo de la sociedad argentina”; por eso muchos prefieren “esperar”. “La reforma estructural que perdura es la que está en una ley. No hay que convencer solo a los trolls que están muy activos en redes sociales, sino también a la sociedad”, apuntó.
Sobre el ajuste fiscal que lleva adelante el Gobierno, Prat Gay aseguró verlo “muy sólido en lo político”. “(Milei) Ganó la discusión interna, tengo mucha relación con diputados y senadores, salvo los kirchneristas más recalcitrantes, no hay ninguno que te diga que no hay que defender el superávit. Es una parte nomás. La cuestión social es cuánto se puede sostener este nivel de jubilaciones o salarios públicos o desinversión pública. En algún momento eso tiene un costo. Y en lo técnico, hay intereses escondidos en bonos que capitalizan, pero es un detalle en comparación con la magnitud de la corrección fiscal”, consideró.