Tras un agosto atípico para el Banco Central, en el que a contramano de lo que suele ocurrir a esta altura del año ˜al menos con plena vigencia de restricciones cambiarias˜, pierde reservas, la entidad logró encadenar una extensa seguidilla de compras relativamente menores en comparación con las de los primeros meses del año pero que marcan una enorme mejora respecto del resultado del bimestre anterior.
Así, el mes cerrará este viernes con un saldo comprador en torno a los USD 500 millones, lo que es una excelente noticia aunque más bien transitoria.
Dos factores explican por qué difícilmente se repita el mes que viene un saldo positivo. Por un lado, el desempeño de este mes estuvo distorsionado por anuncios oficiales que afectaron la demanda privada, mientras que el mes próximo, las medidas anunciadas entrarán en vigencia y/o tendrán pleno impacto en el mercado de cambios oficial, con el efecto inverso.
Mientras en agosto la presión sobre las divisas fue baja, ante una oferta razonable, se prevé que en septiembre la demanda de dólares aumente por encima de lo normal para el período, normalizando los pedidos de acceso postergados desde las últimas semanas.
En el equipo económico no lo advierten como un factor decisivo y relativizan el impacto. De hecho, según estableció a fines de julio, desde el 1° de este mes, los importadores ya no tendrán el calendario de 4 cuotas para acceder al mercado sino que lo harán en sólo dos, con un plazo máximo de 90 días. Eso hace que, a partir de este viernes, se comience probablemente a gestar el cuello de botella.
Con todo, la presión no se sentirá a pleno hasta que el Gobierno implemente la reducción del impuesto PAIS tal como prometió hace dos meses y confirmó en los últimos días.
“El BCRA aceleró notoriamente su ritmo de compras en las últimas semanas, lo que se explicó completamente por una fuerte desaceleración de la demanda privada. Esto es un fenómeno transitorio. A partir de este viernes, comienzan a solaparse las cuotas del ‘viejo’ esquema con las primeras del ‘nuevo’, puesto en vigencia el 01/08. Vale recordar que más de la mitad de las importaciones pasarán de pagarse en un esquema de cuatro cuotas de 25% en 30/60/90/120 días a uno de dos cuotas de 50% en 30/60 días”, recordaron en el panorama semanal de consultora financiera PPI.
También destacaron que si bien algunas empresas podrían haber postergado sus importaciones a la espera de la baja del impuesto PAÍS, que implica un tipo de cambio efectivo 8,2% menor, no todos los sectores, por la naturaleza del negocio de cada uno, habrían podido hacer lo mismo. En cualquier caso, para PPI, “la demanda privada ya habría hecho piso y desde aquí sólo puede acelerarse, lo que se traduciría en una performance más magra del BCRA”.
En Consultatio no sólo coinciden con esa apreciación sino que la cuantificaron y estimaron que los privado podrían buscar hasta USD 7.500 millones en el mercado oficial, sólo por la compra de bienes. Sin embargo, también la oferta de divisas puede acelerarse en septiembre. La principal fuente de ese mayor flujo es la energía, rubro que ya revirtió el déficit anotado en junio y se prevé que aporte en términos netos hasta fin de año al menos unos USD 1.500 millones. Esa cifra se sumará a los USD 2.800 millones que ya aportó en los primeros siete meses del año.
Aunque no contribuirá a alimentar el mercado oficial ni las reservas netas, también se prevé que los dólares del blanqueo calmen tensiones en torno a la disponibilidad de divisas del BCRA hasta fin de año.