Entre octubre de 2023 y mayo de este año se perdieron 142.000 puestos de trabajo formales y así como hubo sectores más golpeados que otros, la dinámica del empleo fue dispar en las distintas provincias. Algunas tienen más margen de recuperación con la llegada de inversiones, mientras que otras dependen de la evolución del consumo.
La consultora Econviews calculó, en base al Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), que las mayores pérdidas de empleo se registraron en el sector privado, con 131.000 trabajadores. El sector público redujo su planta en 38.000 personas y las bajas en el monotributo social, casas particulares y autónomos ascendieron a 45.000. Esta caída fue parcialmente compensada por 80.000 altas netas en el monotributo.
Por rama de actividad, la más afectada por la recesión es la construcción, que perdió 73.000 puestos formales entre octubre y mayo. “Tradicionalmente es un sector pro-cíclico, que sufre más en las recesiones. La parálisis de la obra pública lo sumergió en una crisis profunda. La construcción cayó 31,4%, un desplome sólo superado por 2001-02 y por la pandemia”, indicó la consultora.
El segundo sector más golpeado fue la industria manufacturera con 25.000 empleos perdidos. Entre la apreciación cambiaria, la caída del consumo y la baja y eventual eliminación del impuesto PAIS, favoreciendo la importación de insumos y bienes terminados, el panorama no es alentador.
El agro, la minería y el petróleo juegan un partido aparte ya que están creando empleo neto a pesar de la crisis. En el caso del agro, el sector generó 11.000 nuevos asalariados desde octubre del año pasado, luego de la sequía histórica de la campaña 2022/23.
En cuanto a minería y petróleo, si bien su participación dentro del empleo asalariado total todavía es baja (1,5%), viene creciendo desde 2021 y ya aumentó 12%.
Por jurisdicciones, las provincias que más empleo formal privado perdieron en los últimos seis meses fueron Formosa (-11,4%), Tierra del Fuego (-10,9%), La Rioja (-9,1%) y Santa Cruz (-7,8%). Les siguieron Buenos Aires y Santa Fe (-2,5%), Córdoba (-1,7%), CABA (-0,8%) y Mendoza (-0,3%).
En contraposición, provincias como Neuquén y Salta registraron un crecimiento en la cantidad de puestos de trabajo del 0,2% y 1,6%, respectivamente.
De hecho, en los últimos 5 años estos distritos tuvieron un aumento en el empleo del 25,8% y 10,4% debido al crecimiento de inversiones vinculadas al petróleo, gas y minería (cobre, litio y oro, principalmente).
Catamarca también tuvo una importante expansión del empleo privado durante el último lustro (+18,4%) por la llegada de inversiones mineras. Sin embargo, desde octubre perdió un 5,3% de trabajadores asalariados.
Expectativas
En perspectiva, el economista Nadin Argañaraz, consideró que “el ajuste fiscal que está llevando adelante el Gobierno Nacional y que por carácter transitorio también están haciendo las provincias, tanto en obra pública como en transferencias de capital y en infraestructura, tiene un impacto en el empleo. El caso más notorio es Formosa, donde en mayo el trabajo asalariado cayó 18,1% interanual”.
Hacia adelante, “habrá que ver si las nuevas inversiones, en energía, petróleo, infraestructura y minería; cuando arranquen, compensan esa pérdida de empleo en sectores directamente relacionados, como es el caso de la construcción. Ahí es donde uno puede pensar en un impacto diferencial”, señaló el especialista.
Las jurisdicciones que más potencial tienen para crecer y recuperarse en ese sentido, según Natacha Izquierdo, economista de Abeceb; son Neuquén, impulsada por Vaca Muerta, y Mendoza y la región del noroeste, por la minería. Pero no solo se incrementaría el trabajo en estos sectores en particular, sino que también en todo el ecosistema asociado, traccionando el empleo en la construcción y los servicios.
Asimismo, Izquierdo mencionó a Río Negro, la provincia elegida por YPF y Petronas para llevar a cabo la planta de Gas Natural Licuado (GNL), considerada una de las obras de infraestructura más importantes de la historia argentina y que demandará una inversión de entre 30.000 y 50.000 millones de dólares. La magnitud del proyecto generará un efecto derrame sobre el resto de la región Patagónica tanto por la necesidad de mano de obra como de insumos.
A su vez, ya comenzó la construcción del oleoducto que conectará Vaca Muerta con el Golfo San Matías, en Río Negro. Se trata de una obra estratégica que permitirá incrementar la producción no convencional de petróleo además de crear una plataforma exportadora en una segunda etapa. El proyecto requiere una inversión superior a los USD 2.000 millones.
Por su parte, en Salta hay 8 firmas mineras que preparan proyectos por USD 9.000 millones a partir de la adhesión de la provincia al Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI).
Cabe destacar que las exportaciones de ambas provincias crecieron fuertemente en los últimos 5 años. Las de Salta pasaron de USD 854 millones en 2018 a USD 1.120 millones en 2023. Neuquén aumentó 30 veces sus ventas al exterior, pasando de USD 123 millones en 2018 a USD 3.024 millones.
En tanto, “el agro es un sector dinámico que obviamente tiene sus vaivenes por factores climáticos, pero no vemos que vaya a haber un crecimiento exponencial”, dijo Izquierdo. Y afirmó que la recuperación comenzará lentamente en 2025, en función de nuevas inversiones.
Por otra parte, Argañaraz aseguró que “la caída del poder adquisitivo del salario en el sector público impacta negativamente en muchas provincias de manera directa en el comercio, que es intensivo en mano de obra. Entonces, es difícil prever una recuperación del empleo en ese sector”.
“Habrá que ir viendo, a mi criterio, la evolución del crédito, que ya lleva tres meses creciendo en términos reales. Eso seguramente va a impactar primero en el consumo de bienes durables, como autos y electrodomésticos. La cuestión está en cuánto compensa la baja del consumo por la caída del salario real y cuánto impacta en el comercio y en consecuencia, en la industria”, agregó.
“La recuperación va a ser lenta, en línea con la actividad privada, porque el sector público no va a ser un demandante de empleo ni directo ni indirecto”, concluyó.