Con el fin de agosto, se corta la racha compradora del Banco Central y la demanda de dólares podría más que duplicarse

Los factores que provocarán el cambio de tendencia, La necesidad de acumular reservas para cumplir con una de las metas con el FMI

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Uno de los principales cambios
Uno de los principales cambios fue que el BCRA decidió acortar los plazos para las empresas que quieran acceder al mercado de cambios para pagar importaciones (Shutterstock)

El Banco Central cerró la semana con una compra de apenas USD 1 millón, con lo cual acumula en lo que va del mes algo más de USD 220 millones. La cifra contrasta con el resultado negativo de los dos meses anteriores, aunque también con los saldos fuertemente positivos de principios de año. Toda la atención queda puesta, a partir de ahora, en la suerte que corra el ente monetario en el mercado a partir de la semana próxima.

Las perspectivas son algo ambivalentes por lo que el equipo económico se volverá a enfrentar a un período complejo. Si bien la estacionalidad empieza en septiembre a jugar algo más a favor, particularmente gracias a la balanza energética, se espera que la demanda presione mucho más.

Esto porque el anuncio de reducción de 10 puntos porcentuales del Impuesto PAIS a partir de septiembre -aún nadie confirmó oficialmente que sea a partir del 1 de mes- calmó la ansiedad de los importadores por hacer pagos y prácticamente congeló la demanda.

De ahí el escaso volumen que se percibió durante todo el mes, con una operatoria atípica para el Central para está época del año, desvío que se corregiría rápidamente ya que se calcula que el acceso a divisas al tipo de cambio oficial podría más que duplicarse en septiembre. Esto volvería a dejar al BCRA en una posición vendedora, tal como habitualmente ocurre en el tercer trimestre del año.

Eso es, al menos, lo que destacaron en Consultatio, donde advirtieron que la demanda de dólares podría aumentar 150% a partir de la entrada en vigencia de la reducción impositiva.

La demanda de dólares podría aumentar 150% a partir de la entrada en vigencia de la reducción impositiva (Consultatio)

“El desempeño del BCRA ha sido atípico en los últimos días, ya que ha vuelto a ser comprador neto en el MULC -mercado único y libre de cambios-, a pesar de estar en un período históricamente desfavorable. En promedio, durante el tercer trimestre de los últimos 15 años, el BCRA ha vendido aproximadamente USD 824 millones, lo que equivale a USD 275 millones mensuales. Sin embargo, en lo que va de agosto, ha acumulado compras por USD 458 millones de dólares”, apuntaron en Consultatio, donde atribuyeron ese cambio de tendencia a una mejora en la dinámica de la balanza comercial energética y al atraso del pago de importaciones. Esto último es lo que, creen, generará un cuello de botella.

“Creemos que la sorprendente dinámica (del BCRA en agosto) tiene fecha de expiración”, advirtió la consultora, en parte porque se flexibilizó el cepo para los importadores, que ahora tienen un calendario más acotado de acceso al mercado, además de que con la baja del impuesto confirmada, buscarán pagar la importaciones devengadas. Eso llevaría a una demanda por parte de los importadores de unos USD 7.500 millones sólo en bienes, lo que implicaría que el Central volvería a una posición vendedora.

El impacto negativo que esa nueva dinámica pueda tener en el mercado dependerá, en alguna medida, de los posibles refuerzos de reservas por otras vías.

De hecho, el equipo económico había anticipado ingresos por USD 1.200 millones por parte de organismos multilaterales, de los cuales hasta ahora se desembolsó sólo la mitad.

Por otra parte, si bien es cierto que con su nueva política de emisión cero e intervención en el dólar financiero, el Gobierno relega la prioridad de acumular reservas, lo concreto es que a fin de mes deberá cumplir la meta con el FMI. Ese objetivo está fijado en una acumulación de reservas netas de USD 8.700 millones, el cual no es tan lejano pero, a la fecha, implica que el Banco Central todavía debe reunir unos USD 1.000 millones para cumplirla.

El Gobierno hizo todos los deberes, pero no necesariamente al pie de la letra del Fondo, lo que implica que las tratativas se encuentran hoy mucho más frías de lo que se esperaba inicialmente

En cualquier caso, la aprobación de los objetivos de septiembre se producirá recién a fin de año, por lo que estará atravesada por las negociaciones del nuevo acuerdo. Incluso las metas de junio, sobrecumplidas, todavía están a la espera de su aprobación formal, lo que se asume ocurrirá cuando luzca más claro el panorama del tercer trimestre.

Es que el Gobierno hizo todos los deberes, pero no necesariamente al pie de la letra del Fondo, lo que implica que las tratativas se encuentran hoy mucho más frías de lo que se esperaba inicialmente. A tal punto que el ministro de Economía, Luis Caputo, aseguró que las charlas “ni empezaron”.

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