El economista y consultor Ricardo Arriazu, uno de los más escuchados por el presidente Javier Milei y quien fue en distintas ocasiones mencionado por el jefe de Estado como uno de sus colegas que “la ve”, aseguró que será decisivo para el Gobierno evitar una devaluación y garantizarse que el dólar seguirá estable: “No alcanza con estabilizar el peso”, para bajar la inflación, apuntó. “Si el Gobierno devalúa se acabó el programa, se acabó Milei, se acabó todo”, dijo.
En un almuerzo organizado por el Rotary Club de Buenos Aires, el economista advirtió que el Poder Ejecutivo deberá apurar, en esta fase de gestión, la puesta en marcha de reformas estructurales -entre las que mencionó una laboral, jubilatoria y tributaria- porque, de lo contrario, “van a aparecer los problemas de nuevo” para el plan económico.
En ese sentido, Arriazu, director de la consultora que lleva su nombre, alertó que la hoja de ruta oficial “vuela por el aire”, si cediera a implementar una nueva devaluación del tipo de cambio oficial. “El ancla cambiaria es la clave del programa y es sobre lo que todo el mundo se queja. Si muevo ese 2% (mensual), todo sube y entrás en la calesita de precios relativos. Es duro pero no hay una alternativa. El plan tiene que ser consistente; si no, vuela por el aire”, dijo el economista.
Respecto a la suba de precios, el economista evitó hacer proyecciones para los próximos meses pero mencionó que “en la mayoría de los países es un fenómeno monetario y pararla es muy sencillo: hay que dejar de emitir y eliminar el déficit fiscal”. En el caso argentino, que consideró como el de una economía bimonetaria, continuó: “Si sube el dólar suben automáticamente todos los precios. No basta con estabilizar el peso mientras el dólar sea unidad de cuenta. Hay que estabilizar el dólar. ¿Cómo? El Gobierno comprando y vendiendo”, detalló.
“Cuando el dólar deje de ser unidad de cuenta me importa un pepino lo que pase con el dólar. Este programa tiene dos anclas. Para bajar la parte fiscal, eliminar déficit total incluyendo intereses. Es una ventaja que el Presidente quiera hacerlo. La segunda parte (respecto a lo cambiario) es un programa tipo década del 60′ de Álvaro Alsogaray y (Adalbert) Krieger Vasena: un salto y luego estable. Es la clave del programa y lo que todo el mundo se queja”,
Sobre las reformas estructurales que considera necesarias, Arriazu dijo que “ahora se aprobó un pedacito (en referencia a la Ley de Bases) pero falta mucho, si no se hace esto no dura porque van a aparecer los problemas de nuevo”. En ese plano, agregó que no hay aún condiciones para levantar el cepo cambiario. Aunque reconoció que si no existiera, “la economía podría crecer mucho mejor”, planteó.
“La inflación y la devaluación son una estafa”, definió. “La primera vez que me estafan me sorperendo, la segunda vez me trato de proteger. ¿Cómo hicieron los argentinos? Teniendo los ahorros afuera. ¿Somos malos patriotas? No, estamos cansados de ser estafados. Ahí se generan otros problemas: cuando el Gobierno ve que me quiero proteger, control de cambios. Yo tengo que decidir si hago algo ilegal para protegerme de algo inmoral. La mayoría toma la decisión de protegerse”, planteó.
“El gobierno me pone impuestos para financiar gastos improductivos: aparece la evasión. Pone restricciones arancelarias: aparece el contrabando”, siguió. “Hay que comenzar eliminando la inflación. ¿Cómo se elimina? Mi posición es bastante contraria a la de mis colegas. Argentina es bimonetaria. El peso se usa para pequeñas transacciones, pagar sueldos y para medir la inflación y el dólar para todo el resto de la economía y es la verdadera unidad de cuenta”, postuló Arriazu.
Sobre la persistencia de un indicador como el riesgo país en niveles cercanos a los 1.500 puntos, el economista aseguró que “el (inversor) de afuera quiere ver” cómo se desenvuelve la nueva etapa de política económica. “Hubo un error en junio en bajar la tasa de interés hizo subir la brecha y perder reservas. Desde ahí cambió la política monetaria y cambiaria. El de afuera dice ‘están usando mi plata para defender la brecha y no me van a pagar a mí’”, dijo, una posición que aseguró no compartir.
“Lo importante es que ganen reservas. Creemos que hasta fin de año pueden acumular 6.000 millones de dólares”, continuó Arriazu. “Soy enemigo del cepo. Quiero un mercado libre para las transacciones, que haya un solo tipo de cambio estable. No que el tipo de cambio fluctúe. Si hubieran abierto el cepo y flotado teníamos hiperinflación. Todavía no se puede levantar. Hay que ir levantándolo de a poco, todos los días con alguna una medida. Eso no impide el crecimiento, pero creceríamos mucho mejor sin cepo”, completó.
Por otra parte, Arriazu consideró que un ordenamiento macro llevará a la economía a crecer hasta 5% por año: “Solamente evitando lo negativo la tasa de crecimiento se eleva a 3,5 por ciento. Pero como mejora la rentabilidad, aumenta la inversión. Si hacer nada, Argentina puede crecer 3,8% anual solo siendo prudente. Y si usáramos todo el potencial, como el energético, 5% por año. Con eso resolvemos el problema de la vivienda, de los jubilados, la pobreza. Pero hay que hacerlo”, concluyó.
Por último, planteó que el Gobierno cometió un error por “la obsesión sobre un problema que no existía”, en referencia a los pasivos remunerados del Banco Central. “¿Cómo pueden hacer un análisis de balance del BCRA sin ajustar por inflación?”, cuestionó. “Están iniciando un camino por la dirección correcta, resultados esperables pero falta mucho por hacer”, concluyó, aunque dejó una última advertencia, en tono político, sobre las internas en el partido libertairo: “No contribuye para nada, es una locura que se peleen internamente”.