JP Morgan anticipa que una eventual reclasificación de Argentina como mercado emergente por parte de MSCI podría atraer casi USD 1.000 millones en flujos de inversión hacia las acciones del país. Este movimiento significaría un cambio importante para el mercado argentino, que actualmente es considerado un “Standalone Market” por el proveedor de índices debido a los controles de capital que limitan el acceso de los inversores internacionales. MSCI hizo su última reclasificación anual en junio pasado, y recién el año que viene podría reconsiderar la situación del mercado.
El banco estadounidense proyecta que si Argentina logra reincorporarse a los índices de mercados emergentes de MSCI, las compañías locales podrían experimentar un flujo masivo de capital. Según JP Morgan, cuatro empresas estarían incluidas en el índice estándar de Argentina de MSCI: YPF, Grupo Financiero Galicia, Banco Macro y Pampa Energía, mientras que el índice de Small Cap contaría con once empresas argentinas más.
El análisis llegó a los ojos de Javier Milei, quién celebró en redes sociales el análisis del banco de inversión. “Normalizando al país”, escribió en su cuenta de X (la ex Twitter) el presidente de la Nación.
Diego Celedon, analista de JP Morgan, señaló en una cita registrada por Reuters que Argentina tendría un peso estimado del 0,2% en el índice de mercados emergentes (EM) de MSCI, ubicándose entre Colombia y Perú. Este pequeño porcentaje podría tener un gran impacto para el mercado local.
“Con un peso de aproximadamente 0,2% en el índice EM, Argentina quedaría posicionada entre Colombia y Perú”, afirmó Celedon. Esta estimación, de materializarse, podría resultar en flujos de inversión por un total de USD 1.000 millones, de los cuales USD 786 millones provendrían del índice estándar de MSCI y USD 176 millones del índice de Small Cap. Estos montos representan una inyección enorme para el pequeño mercado bursátil argentino.
La eventual reclasificación llegaría en un contexto en el que el gobierno de Milei lanzó una serie de reformas estructurales con el objetivo de estabilizar la economía, que actualmente sufre una inflación de tres dígitos, recesión y un estricto control de capitales (cepo cambiario) que afectó el comercio y la inversión. Según analistas, la relajación del cepo sería fundamental para que Argentina recupere la confianza de los inversores extranjeros.
JP Morgan subraya que la implementación de estas medidas reformistas es clave para que el país avance hacia una economía más abierta. Se espera que las restricciones de capital comiencen a flexibilizarse una vez que las condiciones macroeconómicas, como las reservas internacionales del Banco Central y la inflación, muestren señales de mejora. La entidad financiera prevé que este proceso podría comenzar en el cuarto trimestre de 2024.
MSCI revisa su clasificación de mercados cada año, durante su revisión de clasificación de mercado que generalmente se lleva a cabo en junio, a través de un proceso de consulta con los inversores. La próxima oportunidad para Argentina de volver a los índices de mercados emergentes podría presentarse en la revisión de 2025, siempre que las reformas implementadas por el gobierno logren estabilizar el panorama económico y financiero del país.
MSCI degradó a Argentina a la categoría Standalone -por fuera, incluso, del índice de emergentes “de frontera”- en noviembre de 2021, después de que las restricciones impuestas por el gobierno afectaran la accesibilidad al mercado, generando preocupaciones entre los inversores extranjeros sobre la capacidad de repatriar sus fondos.
Cuánto será la próxima revisión
En la última revisión de clasificación de mercados realizada por MSCI en junio de 2024, Argentina no fue protagonista en las discusiones. La revisión se centró en otros mercados como Bulgaria, que podría pasar de Standalone a mercado fronterizo, y en las restricciones impuestas por Corea del Sur y Egipto, pero el país sudamericano se mantuvo sin modificaciones en la categoría de Standalone Market.
Los motivos por los cuales Argentina sigue en la categoría Standalone están vinculados principalmente a las restricciones de capital y la falta de acceso de los inversores internacionales al mercado doméstico desde que el gobierno impuso controles de capital en septiembre de 2019. Estas limitaciones han generado preocupaciones sobre la capacidad de repatriar fondos, lo que ha disuadido a los inversores extranjeros de participar en la bolsa local.
Entre las barreras más significativas se encuentran la falta de un mercado eficiente de divisas offshore y las restricciones impuestas en el mercado de divisas onshore, lo que ha dificultado el libre flujo de capitales. Además, la infraestructura regulatoria también presenta dificultades, ya que gran parte de la información clave y los documentos necesarios para operar en el mercado argentino solo están disponibles en español, lo que complica el acceso para inversores que no dominan el idioma. MSCI también ha señalado la falta de competencia entre los brokers locales y los altos costos de transacción, lo que limita la liquidez del mercado y su atractivo para inversores globales.
Otro factor relevante es la inestabilidad del marco institucional, agravada por intervenciones del gobierno que han afectado el libre mercado y generado incertidumbre entre los inversores extranjeros. Estos obstáculos han sido determinantes para que Argentina permanezca en la categoría Standalone, lejos de los índices emergentes donde podría atraer mayores inversiones internacionales.