La empresa química Atanor despidió a 15 de sus 150 operarios debido a que la planta permanece parada desde marzo pasado por orden judicial. Se trata de una compañía que produce principalmente herbicidas para el agro.
Sucede que la jueza Luciana Díaz Bancalari dictó una medida cautelar que frenó la operatoria de la planta de la compañía en San Nicolás, provincia de Buenos Aires, luego de que se produjera una explosión de un reactor de Atrazina, un herbicida, como resultado de un exceso de presión. Se llevaron a cabo peritajes por el posible impacto sobre el medioambiente del hecho tras una presentación judicial de grupos ambientalistas y esta semana se conocerán los resultados.
En este contexto, se hizo un procedimiento de crisis, se suspendió a parte de los trabajadores y se armó un plan de retiros voluntarios al cual se acogieron algunos trabajadores. Ahora venció la suspensión y hoy empezó un proceso de profundización de los retiros voluntarios y despidos.
Ricardo García, secretario general del Sindicato del Personal de Industrias Químicas y Petroquímicas de San Nicolás, dijo a Infobae: “Veníamos suspendidos desde el mes de mayo, cobrando todos solo un 75% del sueldo y la semana pasada se abrió un régimen de retiros voluntarios, en el que se fueron diez compañeros. Ahora echaron a 15 compañeros más”.
Ricardo García: “Veníamos suspendidos desde el mes de mayo, cobrando todos solo un 75% del sueldo y la semana pasada se abrió un régimen de retiro voluntario, en el que se retiraron diez compañeros. Ahora echaron a 15 compañeros más”
“La situación es complicada. El viernes hay una audiencia en el despacho de la jueza con todos los directivos y peritos de los distintos ministerios, municipalidades y empresas, en el que se van a analizar los resultados de los peritajes para ver si pueden resolver la situación y que se pueda volver a trabajar. Pero realmente estamos muy, muy complicados”, dijo.
“Esta es la última tanda de despido, si se logra empezar a trabajar la semana que viene. Ahora, si no logramos para la semana que viene empezar a trabajar, seguramente nos vamos a quedar todos sin trabajo”, explicó.
Y aclaró que dentro de la planta no tuvieron ningún problema de salud y no tienen problema con nadie. “Sabemos que se estaba trabajando bien, pero bueno, el accidente ocurrió por otra cosa, no es que hubo una negligencia de alguien, fue un accidente, como puede pasar en cualquier industria”, agregó García.
Más allá de la explosión, la empresa ya viene siendo analizada hace tiempo por posible contaminación. La Autoridad del Agua de la provincia de Buenos Aires dio a conocer en abril los resultados de muestras tomadas en mayo del año pasado que confirmarían la presencia de agroquímicos en los pozos de la zona.
“La Atrazina o sus derivados (sobre todo la hidroxiatrazina) se han hallado con valores por encima del límite de cuantificación en todas las muestras”, señaló el informe.
“Ya dos fallos de la Justicia de 2023 demostraron la responsabilidad de Atanor en la contaminación del Río Paraná. Con este informe, se confirma que la contaminación de Atanor llegó al acuífero Puelche”, había dicho Leonel Mingo, coordinador de la campaña de tóxicos de Greenpeace.
El 22 de marzo, dos días después de la explosión, la organización ambientalista recolectó muestras en dos sitios seleccionados aleatoriamente, cercanos a la fábrica. A su vez, se tomó una muestra de un efluente de salida de la planta que va al Paraná. “La atrazina y otros agrotóxicos fueron detectados en todos los puntos muestreados, en un radio que va desde los 150 a 350 metros de distancia con la planta”, aseguraron. Sin embargo, aún resta la confirmación de los informes oficiales.