Con mucha menor efusividad que los resultados anteriores, más bien todo lo contrario, el Ministerio de Economía difundió a última hora del viernes los datos de las cuentas públicas que marcaron un nuevo superávit primero pero, por primera vez en el año, anotaron déficit en el resultado financiero. Los números no sorprendieron al mercado, el propio Luis Caputo lo había anticipado en una reunión con ejecutivos de finanzas a fines del mes pasado, junto con la promesa de que en agosto se retomará el superávit financiero, habida cuenta de que los pagos de la deuda son mucho menores a los de julio.
Toda la atención, sin embargo, está puesta en septiembre y los meses siguientes. A partir de ese momento, regirá la sustancial rebaja del impuesto PAIS según anunció el Gobierno, con lo cual quedará fuertemente disminuida la principal fuente de recursos que explica tan buen resultado fiscal.
Lo destacó el economista Nicolás Gadano, ex integrante de los equipos económicos durante la gestión del ex presidente Mauricio Macri quien comparó, precisamente, el ajuste fiscal implementado en 2019 con el plan actual. Los números son contundentes: si bien se logró superávit primario en aquella fecha, la administración de Macri quedó lejos de alcanzar el superávit financiero. No contaba, destacó el economista, con una herramienta altamente potente a la hora de hacer cerrar los números: el impuesto PAIS.
“Sin desmerecer la importancia del ajuste fiscal de Milei, es útil ponerlo en perspectiva comparando con 2019 (pre PASO), sin cepo y con el riesgo rondando los 800 puntos. La mejora en el resultado primario (1,1 puntos porcentuales del PIB) es casi enteramente explicada por el impuesto PAIS”, apuntó Gadano, quien también hizo foco en los trucos de contabilidad creativa que todas las administraciones han implementado. En este caso, el punto señalado es el cálculo de “reducción” de intereses de la deuda.
“En cuanto a la cuenta de intereses, la reducción de 0,9% del PIB en el base caja no refleja el verdadero costo de la mayor deuda actual (USD 114.000 millones adicionales entre julio 2019 y 2024), en gran medida oculto debajo de la línea por el tipo de instrumentos utilizados”, aportó.
En cualquier caso, el mercado celebra que el Gobierno se mantenga aferrado a la política de férrea disciplina fiscal, aunque sigue con algún nivel de preocupación la sostenibilidad del ajuste. Esto porque según distintos análisis, a diferencia de lo que ocurrió en junio, en julio volvió a ser determinante el efecto “licuadora”, aunque en mucha menor medida que en los primeros meses del año, además de la recaudación del tributo sobre la compra de dólares.
“El Gobierno continúa afianzando el ancla fiscal del programa económico, a pesar de haber obtenido el primer déficit fiscal del año, algo esperado por el mercado por el pago de deuda de Globales y Bonares el 09/07. A diferencia de lo que sucedió en junio, el ajuste fiscal volvió a basarse más en licuadora y recaudación del impuesto PAÍS que en “motosierra”, lo que sigue implicando un desafío para la sostenibilidad”, resaltó la consultora PPI en su último informe semanal.
A pesar de eso, sigue en pie la promesa de reducir el impuesto PAIS, ratificada la semana pasada Caputo, lo que contribuirá a acelerar el proceso de baja de la inflación pero tendrá, evidentemente, un alto costo fiscal.
Para cubrirlo, el Gobierno apuesta a los ingresos extraordinarios por la multa del blanqueo -se calcula un piso de USD 1.500 millones- y el adelanto de Bienes Personales. También en septiembre se contará con ingresos que no estuvieron disponibles durante el primer semestre, con el regreso del impuesto a las Ganancias.
“Como ocurre desde principio de año, el desplome del gasto primario sigue compensando la caída de los ingresos. Los primeros se hundieron 23,6% real anual, exhibiendo un recorte de dos dígitos por séptimo mes consecutivo. En tanto, los segundos moderaron su baja al ceder 4,9% real anual en comparación con una reducción de 14,8% en junio”, afirmó PPI, en cuyo informe se hizo un desglose de los gastos según el cual las únicas dos partidas que presentaron recortes nominales fueron las transferencias corrientes a las provincias (-14,7% anual o -76,5% real anual) y los gastos de capital (-24% anual o -79,1% real anual) mientras que los subsidios energéticos sólo se redujeron en términos reales (-12,7% real anual.
En tanto, las partidas que más contribuyeron al ajuste fueron: pensiones y jubilaciones (-15% real anual), el segundo factor más relevante al explicar 22,8% del ajuste total, salarios (-21,9% real anual), que aportó 18,2% al resultado mientras que la poda a programas sociales (-27,2% real anual) contribuyó con 14% del ajuste.