Una familia del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) deberá destinar al menos entre $102.000 y $150.000 para pagar sus próximas facturas de los servicios públicos de energía, correspondientes al período junio-julio. Esos montos implican saltos de hasta 600% en el caso de los usuarios de menores ingresos respecto a lo que destinaban en el mismo bimestre del 2023 para abonar la luz y el gas.
El cálculo fue realizado por Julián Rojo, economista del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP), de UBA y Conicet, quien destacó que el salto se explica por la quita de subsidios que aplicó el gobierno y también por un mayor consumo invernal. En muchos casos las tarifas son 7 veces superiores a las de un año atrás.
En detalle, Rojo explicó que un hogar promedio del AMBA suele consumir el 25% de la energía eléctrica de todo el año en junio y julio, lo que equivale a 730 kwh en ese lapso.
Teniendo en cuenta la segmentación tarifaria vigente, un usuario categorizado como de altos ingresos (N1) gastará $80.000 en luz para el bimestre en cuestión, $60.000 los de ingresos medios (N3) y $40.000 los de bajos ingresos (N2). Son subas interanuales de 213%, 600% y 400%, respectivamente, si se las compara contra el mismo lapso del año pasado.
En el caso del gas natural, el salto en la curva de consumo para junio y julio es más pronunciado debido a la necesidad de calefaccionarse que tienen los hogares. Según Rojo es en ese momento cuando se consume más del 30% del total anual, unos 235 metros cúbicos, cinco veces más que durante enero.
El cálculo del economista es que las facturas del bimestre pasado serán de $75.000 promedio para los N1, de $63.000 para los N3 y de $62.000 para los N2. Son saltos de 320%, 620% y 554%, respectivamente.
“El mayor consumo por el invierno aporta buena parte del aumento, porque la mayor quita de subsidios se aplicó en la primera parte del año. De todas formas, es importante destacar que desde junio los N2 y N3 tienen topes de consumo con subvención más bajos”, comentó Rojo.
Durante el primer semestre el ministro de Economía, Luis Caputo, avanzó en una fuerte quita de subsidios en las tarifas de energía, en medio del ajuste para consolidar el superávit fiscal y ordenar precios relativos. En agosto Caputo retomó el sendero de incrementos al autorizar una suba del 4%, después de tres meses de congelamiento, mientras que analiza si volverá a habilitar otro incremento en septiembre. En ese proceso también se observó un fuerte salto en el transporte del AMBA, en donde el boleto de colectivos acumuló un salto del 600% entre diciembre y agosto.
En ese marco, durante el primer semestre los subsidios a la energía que pagó el Estado sumaron el equivalente de USD 3.158 millones, según la consultora Economía y Energía. Eso implica un recorte del 46% interanual, es decir, un ahorro de USD 2.618 millones respecto a igual período del año previo. Buena parte de ese resultado tuvo que ver con menores precios internacionales y la puesta en marcha del gasoducto Néstor Kirchner, que permitió sustituir importaciones.
“Si bien los subsidios al sector energético disminuyeron interanualmente un 46%, solo explican el 13% de la contracción total del gasto primario del Estado. Otro 3% tuvieron que ver con otras partidas, entre las que se encuentra transporte”, destacó Economía y Energía. Casi el 40% del recorte del gasto público tuvo que ver con las partidas sociales, entre ellas, jubilaciones y pensiones.
Es en ese marco que Caputo analiza para los próximos meses el mejor “timing” para aplicar más incrementos en luz, gas, agua, transporte y combustibles. El impacto de la recesión y la delicada situación social son también parte del análisis del titular del Palacio de Hacienda.