Caputo enfrenta seis semanas clave para convencer al mercado de que tendrá dólares y bajará el riesgo país

Se asume que la liquidación del campo y los fondos del blanqueo serán las dos fuentes principales de divisas para consolidar la caída por debajo de los 1.500 puntos básicos

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El ministro de Economía, Luis Caputo
El ministro de Economía, Luis Caputo

La primera mitad de agosto cierra para el Banco Central mucho mejor que el mismo período de los últimos meses, lo que coincide con la recuperación de los títulos argentinos de la deuda cuya performance logró que el riesgo país perforara ayer los 1.500 puntos básicos. Las compras de dólares del BCRA son magras pero la entidad logró encadenar una seguidilla de ruedas positivas por las que acumuló en el mes unos USD 300 millones. A partir de la próxima semana, en tanto, se iniciará la fase crítica en la que el mercado seguirá con atención si, efectivamente, se logra sostener la dinámica actual e, incluso, robustecerse, lo que habilitaría que el riesgo país retome la tendencia a la baja que evidenció hasta abril, cuando se acercó a los 1.000 puntos básicos.

En ese sentido, algunos factores serán determinantes. Por un lado, el impacto de la última flexibilización del cepo para los importadores, que empezó a regir el 1° de agosto pero cuyo efecto se percibirá en el mercado de cambios oficial con el correr de las semanas. Junto con eso, sobrevuela entre los inversores la promesa de la reducción del Impuesto PAIS, sobre la que existen dudas respecto de la fecha de implementación. De confirmarse que dicho recorte se aplicará a principios de mes, se presume una mayor presión sobre la demanda de divisas. De hecho, desde el sector importador admiten que están retrasando compras a la espera de esa reducción. En el equipo económico aseguran que esa mayor demanda “está prevista” pero que el impacto no será de gran magnitud. En parte, porque si bien la actividad económica tocó piso, la recuperación todavía es muy floja lo que hace descartar un festival de importaciones.

En definitiva, provenientes de la soja, del blanqueo o de créditos internacionales, el punto es que el Gobierno deberá enviar señales concretas de que contará con dólares disponibles para cumplir con la deuda

Por otra parte, en el equipo económico prevén para este mes la reversión de la balanza energética, que acumula un fuerte saldo positivo pero que por las bajas temperaturas de los últimos dos meses, pasó a rojo en función de la necesidad de pagar las importaciones de gas. Aunque sin ola de frío en vista, las temperaturas volverían a descender en los próximos días hasta fin de mes, por debajo del promedio habitual de agosto. Podría presentarse ahí una inesperada, aunque eventualmente manejable,complicación.

“Hoy (por ayer) cerramos la primera mitad del mes, que desde mayo siempre ha sido la mejor. De cara a la segunda mitad será clave ver que ocurre con los pagos de importaciones de energía y si las liquidaciones agroindustriales consiguen sostener el ritmo de estas primeras semanas”, apuntó la consultora Outlier.

El nivel de liquidación es, también, otro de los interrogantes que se plantean. El campo es, previsiblemente, la principal fuentes de ingreso de divisas, con una disponibilidad de unos USD 10.000 millones según las estimaciones del propio sector. En las actuales condiciones, con un precio en niveles mínimos en más de 15 años, ese volumen por liquidar otorga a los productores y exportadores, un mayor poder de negociación con el Gobierno para definir un esquema que incentive ventas.

“Creemos que los productores agropecuarios han reunido cierto poder para negociar con el Gobierno como lo hicieron en 2022 cuando el ministro Massa dispuso un Régimen Especial de Fx para las exportaciones de soja. En septiembre de 2022, los productores agropecuarios vendieron USD 8.100 millones en menos de un mes, USD 6.500 millones por encima del promedio histórico”, recordaron desde AdCap. donde coincidieron que el timing es clave. Es decir, septiembre emerge como una bisagra ya que, en el mercado de la baja del impuesto PAIS -sugieren- podría implementarse un esquema alternativo que complemente la otra fuente de ingresos adicionales que se espera para ese momento: los fondos del blanqueo.

“Hay dos fuentes de dólares que potencialmente pueden marcar la diferencia y funcionar como fuertes catalizadores. Además, ambas tienen una fecha límite próxima: el 30 de septiembre. Por un lado, el Régimen de Regularización de Activos tiene importantes incentivos fiscales para participar antes del 30 de septiembre y el mercado podrá medir su tamaño durante el proceso”, recordaron en la consultora financiera y Alyc fundada por Javier Timerman. La segunda fuente es, como se mencionó, el campo.

En definitiva, provenientes de la soja, del blanqueo o de créditos internacionales, el punto es que el Gobierno deberá enviar señales concretas de que contará con dólares disponibles para cumplir con la deuda. Es el antídoto de manual para la suba del riesgo país.

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