El Gobierno necesitará un superávit fiscal de hasta 2% del PBI para cumplir con lo que Milei prometió en el Presupuesto

El presidente afirmó que “rediseñará” la ley de ingresos y gastos que llegará al Congreso en un mes. El excedente primario tendrá que cubrir todos los vencimientos de deuda. Qué espera el FMI para el año que viene

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(Nicolás Nuñez)
(Nicolás Nuñez)

El Gobierno necesitará contar con un superávit primario de entre 1,5% y 2% del Producto Bruto para poder, con ese excedente, cubrir el peso de los intereses de deuda el año que viene y quedar así con equilibrio financiero, que es la promesa que hizo este miércoles el presidente Javier Milei sobre el Presupuesto 2025, un proyecto de ley que ingresará al Congreso exactamente dentro de un mes.

El jefe de Estado anticipó que busca rediseñar la manera en que el Estado planteará su hoja de ruta fiscal en el presupuesto del año que viene. Sin mayores detalles, Milei planteó que habrá una regla fiscal para que el superávit primario sea el necesario para que el sector público termine el año con equilibrio financiero y que de esa forma la deuda no pueda crecer, sino que solo se hará roll over (renovación) de los vencimientos.

Esto implicaría, por lo pronto, que el Gobierno deberá asegurarse en 2025 que el ajuste fiscal se sostenga lo suficiente -y sin una herramienta que este año colaboró de manera decisiva como el impuesto PAIS- como para cubrir todos los vencimientos de deuda. En la cuenta de intereses que se considera para el Presupuesto están contemplados tanto los de pagos de bonos en dólares -que el Poder Ejecutivo aseguró que esas divisas serán compradas al BCRA en lo sucesivo con superávit y no con emisión de pesos- y también el pago de pasivos en moneda local.

Milei planteó que habrá una regla fiscal para que el superávit primario sea el necesario para que el sector público termine el año con equilibrio financiero y que de esa forma la deuda no pueda crecer

El Presupuesto 2025 todavía está en período de elaboración, a cargo del secretario de Hacienda Carlos Guberman, de la subsecretaria de Ingresos Públicos Claudia Balestrini y el subsecretario de Presupuesto Fabián Sgarbi. Esta semana finalizó uno de los procesos decisivos en el armado de la ley de ingresos y gastos, que es el cálculo del servicio de la deuda pública interna y externa y el perfil de vencimientos por cada acreedor, desde 2025 hasta 2027. El 1° de agosto comenzó a trabajar el equipo económico en el articulado principal.

El Congreso espera, dentro de un mes, la llegada del proyecto de Presupuesto 2025. REUTERS
El Congreso espera, dentro de un mes, la llegada del proyecto de Presupuesto 2025. REUTERS

El 30 de agosto, por otra parte, se cerrará el cálculo definitivo para conocer cuál será el supéravit primario necesario para cumplir con la regla que anticipó el Presidente. Ese día concluirá la estimación del resultado primario y financiero de cada nivel de gobierno y de los límites de endeudamiento para el Gobierno Nacional, junto con la proyección de los recursos con los que contará la Nación y las provincias en 2025.

Algunas cifras ya dejan prever qué tamaño deberá tener el excedente primario a lo largo de 2025 para que el objetivo planteado por Milei tenga sustento. De acuerdo al último informe técnico elaborado por el Fondo Monetario, para 2025 la estimación fiscal del sector público era de 2,3% del PBI de superávit primario que diera paso a un superávit total -es decir al incluir en la cuenta el pago de intereses de deuda- de 0,5% del Producto. Bajo este criterio, necesitaría el Poder Ejecutivo un 1,8% del PBI de superávit primario para dejar en equilibrio las cuentas en 2025.

Un cálculo de la consultora EcoGo planteó dos escenario macro para el año que viene, uno en el que con acuerdo con el FMI el Gobierno logra salir del cepo cambiario -lo que requeriría una mayor toma de deuda en dólares para cubrir vencimientos- y un segundo con controles cambiarios sostenidos a lo largo del 2025. En el primer caso, para mantener un resultado financiero equilibrado, necesitaría un superávit primario de 1,5% del PBI, en el segundo, de 1,2 por ciento.

“En ambos escenarios prima el compromiso por la consolidación fiscal, alcanzando equilibrio financiero el próximo año, lo cual no es intuitivo frente a la eliminación del impuesto PAIS. La cuenta de intereses es algo más alta en el escenario 1 por el mayor aumento en la deuda en dólares contraída. En ambos escenarios todo el refinanciamiento de la deuda en pesos dentro del cepo se sigue haciendo con instrumentos que capitalizan o se emiten con cupón cero”, concluyeron.

Eugenio Marí, economista jefe de Libertad y Progreso, dijo a Infobae: “Desde lo macro, que el gobierno sostenga el equilibrio financiero en 2025 implica que el superávit primario deberá rondar los 2 puntos del PBI. Esto es fundamental para en el corto plazo anclar las expectativas de pago de la deuda y bajar el riesgo argentino. Además, es lo que se necesita para no volver a encender la máquina de imprimir y que pueda continuar el sendero descendente de la inflación”, mencionó.

El secretario de Hacienda, Carlos Guberman, en la Comisión de Presupuesto de Diputados, es el encargado de diseñar el Presupuesto 2025. A su lado, la subsecretaria de Ingresos Públicos Claudia Balestrini
El secretario de Hacienda, Carlos Guberman, en la Comisión de Presupuesto de Diputados, es el encargado de diseñar el Presupuesto 2025. A su lado, la subsecretaria de Ingresos Públicos Claudia Balestrini

“La última vez que Argentina encadenó más de un año de superávit financiero fue en los períodos que siguieron a la crisis de 2001/02. Aunque esos datos hay que tomarlos con prudencia pues se dieron luego de que el país declaró el default, dejó de pagar sus deudas y reestructuró los pagos, o sea, se pospusieron o dejaron de pagar las obligaciones. Algo que en esta oportunidad no está pasando”, apuntó Marí.

El Gobierno deberá asegurarse en 2025 que el ajuste fiscal se sostenga lo suficiente -y sin una herramienta que este año colaboró de manera decisiva como el impuesto PAIS- como para cubrir todos los vencimientos de deuda

En ese sentido, mencionó que deberían existir “techos de gasto o reglas fiscales que aseguren el cumplimiento del equilibrio financiero”. “Estas podrían ser generales o para partidas presupuestarias específicas, cuyo crecimiento podría acotarse según cómo evolucione el resultado fiscal o la recaudación. Estas prácticas son usuales en muchos países, e incluso se han utilizado en varias oportunidades a lo largo de la historia argentina. Sin embargo, no son sustituto para el compromiso generalizado de la política con la sostenibilidad de las cuentas públicas”, concluyó.

Un informe de Econviews también consideró que el frente del pago de deuda será fuertemente presionado el año que viene. “El verdadero desafío para Caputo y su equipo empieza después del brindis de año nuevo. Enero de 2025 vuelve a ser un mes difícil. Los vencimientos de ese mes suman USD 5.100 millones, explicados mayormente por las amortizaciones e intereses de Bonares y Globales. Lo mismo aplica para julio”, mencionaron.

“Los vencimientos en dólares que vienen son altos, pero no imposibles de manejar. En el mundo de la deuda en pesos no vemos dificultades. La salida del cepo podría ayudar a que termine de reducirse el riesgo país y así refinanciar la deuda. Cumplir con estas obligaciones daría una señal muy fuerte sobre el cambio de época que dice traer el gobierno de Milei”, dijo Econviews como conclusión.

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