Aunque la expectativa es relativamente baja, incluso pese a la reciente promesa tuitera del secretario de Finanzas, Pablo Quirno, la presión es cada vez mayor: los operadores del mercado no se cansan de reclamar que se elimine una regulación del cepo que vuelve engorroso operar dólar financiero y también la operatoria con títulos públicos en general. Se trata de la Comunicación A 7340 del Banco Central, emitida en 2021 durante la gestión del ex titular de la autoridad monetaria, Miguel Pesce, por la que los inversores deben “pasar por el banco” en cada una de sus transacciones ya que se los obliga obliga a transferir los dólares obtenidos en el mercado de capitales a una cuenta bancaria.
Es una de las regulaciones que los operadores consideran más odiosas no sólo para los traders habituales, para quienes se enlentece los procesos lo que puede conllevar la pérdida de oportunidades sino también para ahorristas menos habituados al mercado de capitales para quienes la operatoria se vuelve compleja.
De ahí que el reclamo es insistente a tal punto que los funcionarios del equipo económico son interpelados por redes sociales para que se derogue una norma que, según dice, ya no tiene ningún sentido en el nuevo contexto del mercado. Eso fue lo que ocurrió a principios de semana, cuando Quirno recogió el guante y aseguró que “estamos analizando” la medida.
Lo cierto es que en el Banco Central le otorgan una prioridad relativamente menor aunque admiten que, probablemente, en función de allanar el camino para aceitar todas las inversiones disponibles en el plan del blanqueo, se termine de renovar lo que queda de la restricción.
Es que en julio de este año, la norma fue flexibilizada. Desde el 1° del mes pasado, la regulación dejó de regir para los cobros de capital e intereses de bonos en moneda extranjera. Es decir, no necesariamente esos fondos ahora deben transferirse a la cuenta de un banco sino que pueden ser reinvertidos en el mercado de capitales obviando ese paso.
“Se dieron cuenta de lo contraproducente que era y la sacaron para cobrar los cupones de julio (el pago de Bonares y Globales que vencieron el 9 del mes pasado), a partir de ahí todo lo que se cobra de renta y amortización no hace falta mandarlo al banco”, destacó el asesor financiero Christian Buteler, quien explicó que el objetivo de esa medida era que ese dinero se mantuviera en el mercado. “Se dieron cuenta que si esos dólares iban al banco, capaz los perdían y la idea era que se reinviertan, se compren más bonos y se apuntalen las paridades”, dijo.
De ahí que, en línea con sus colegas del mercado, Buteler sostuvo que es una medida que no tiene sentido sostener. “La idea original era evitar presiones del chiquitaje, pero ahora el chiquitaje casi no incide”, sostuvo aunque consideró poco probable que se avance rápidamente en su remoción, complique o no el blanqueo. “Hasta ahora, son pocas las que han eliminado”, dijo.
En la misma línea, el trader Esteban Monte también consideró innecesaria la medida para quienes operan en monedas y bonos. “Se hace una operación y tenés que mandar la plata al banco y de ahí volver a la Alyc, En el medio se pierde tiempo y también algunas oportunidades”, afirmó,
Ni Buteler ni Montes lo dijeron abiertamente pero entre sus colegas es una queja a flor de piel: los inversores también pierden plata. Aseguran que la norma habilita un “negoción” para las agencias de Bolsa y que también favorece a los bancos.
Por eso el mensaje de Quirno despertó expectativas y, si bien los analistas no detectan una correlación tan clara con el blanqueo, lo cierto es que el plan está entrando en una fase crítica -se asume que el grueso de los fondos a exteriorizar ingresarán antes de fines de septiembre- lo cual induce a pensar que su eliminación puede ser inminente.