En las últimas semanas, las tasas de interés ofrecidas por los bancos para depósitos a plazo fijo comenzaron a mostrar un lento pero constante repunte. Este fenómeno se vincula directamente con el reciente cambio en el régimen monetario que introdujo el Gobierno y la eliminación del piso que fijaba las tasas de interés a principios de año. A pesar de que la tasa de referencia del Banco Central de la República Argentina (BCRA) se mantiene en niveles bajos, tras un ciclo de reducciones, la necesidad de los bancos de captar depósitos provocó que las entidades financieras incrementaran sus tasas, compitiendo entre sí por los ahorristas.
El Banco Central publica a diario las tasas de interés que ofrecen 25 bancos públicos y privados del país, una iniciativa que busca fomentar la competencia en el sector financiero. Esta medida, que se implementó durante la gestión de Federico Sturzenegger al frente del BCRA, tiene como objetivo que los ahorristas puedan identificar y optar por las mejores ofertas del mercado. En las últimas semanas, este ranking de tasas mostró un movimiento ascendente, destacándose el Banco Nación, que incrementó su tasa nominal anual al 37%.
El aumento en las tasas de interés responde también a un contexto en el que la necesidad de fondeo de las entidades financieras aumentó debido al repunte del crédito al sector privado. Según un informe reciente, el saldo total de préstamos en pesos al sector privado alcanzó en julio un nivel de $33,6 billones, representando un incremento del 208,5% en los últimos 365 días. Esta expansión del crédito, impulsada por una incipiente recuperación en varios sectores de la economía, contribuyó a la necesidad de los bancos de captar más depósitos para mantener su liquidez.
Desde finales de julio, el BCRA trasladó una parte de los pasivos remunerados al Tesoro, mediante la emisión de Letras Fiscales de Liquidez (Lefis), lo que generó un aumento en la liquidez disponible en el sistema bancario. El desarme de $4,3 billones de Lefis durante este período incrementó la base monetaria en $3,3 billones. Gran parte de estos fondos se destinó a engrosar los encajes de los bancos, que aumentaron en $3 billones, mientras que los depósitos privados crecieron en $2,4 billones.
Este contexto de mayor disponibilidad de liquidez y competencia entre los bancos por captar depósitos provocó que algunas entidades comenzaran a ofrecer tasas más atractivas para los plazos fijos. Por ejemplo, el Banco Bica fue el primero en volver a ofrecer una tasa nominal anual del 40% para depósitos a plazo fijo, nivel que no se veía desde mayo, cuando el BCRA aplicó su último recorte de tasas. Con esta tasa, un depósito de $1 millón a 30 días genera un rendimiento de $1.032.876,71, lo que equivale a $32.876,71 en intereses.
La suba de tasas, aunque lenta, también impacta en los rendimientos ofrecidos por las cuentas remuneradas de las billeteras digitales, que están vinculadas principalmente a fondos comunes de inversión de mercado de dinero o de plazo fijo. Actualmente, Naranja X lidera el ranking con una tasa del 42%, seguida por Personal Pay con el 36,9%, Mercado Pago con el 34,4%, Ualá con el 32,85% y Prex con el 33,68%.
Necesidad de depósitos
Además de la necesidad de captar depósitos, la expansión del crédito al sector privado es otro factor clave que impulsa a los bancos a ofrecer mejores tasas de interés. Los datos de alta frecuencia de julio muestran una recuperación en varios sectores de la economía, lo que se refleja en un aumento intermensual en indicadores como el patentamiento y producción de autos, que crecieron un 38,8% y 38,7% respectivamente, la liquidación de divisas con un 32,3%, los despachos de cemento con un 25,9%, y el patentamiento de motos con un 21,3%.
El índice Construya, que mide la actividad de las empresas más representativas del mercado de la construcción, también mostró un alza del 12,1% en julio. Esta recuperación en la actividad económica genera una mayor demanda de crédito, lo que a su vez incrementa el saldo de depósitos en el sistema bancario cuando estos préstamos se liquidan. De acuerdo con un informe de First, el saldo total de préstamos al sector privado en pesos aumentó en $4,8 billones en julio, lo que representa un incremento del 16,5% en términos nominales.
En este marco, la desinflación también juega un papel importante en la dinámica de los depósitos y las tasas de interés. Con la desaceleración de la inflación, que disminuye la urgencia de los ahorristas por proteger sus saldos, los individuos y empresas muestran una mayor disposición a dejar sus ahorros en el sistema bancario, incluso en instrumentos de bajo rendimiento como los depósitos a la vista o a corto plazo. Este fenómeno se refleja en un crecimiento consolidado de los depósitos en el sistema financiero.
Desde la consultora LCG señalan que, en un contexto de menor inflación, los pesos “queman” menos que antes, lo que anima a los ahorristas a mantener sus fondos en los bancos, en lugar de buscar alternativas de inversión más arriesgadas o refugiarse en activos dolarizados. Esta mayor confianza en la estabilidad de la moneda local contribuye a la consolidación de los depósitos y permite a los bancos ofrecer tasas más atractivas para captar nuevos fondos.
El aumento en los depósitos también se ve impulsado por la recuperación del crédito, que desde abril muestra una tendencia al alza. Esta dinámica genera un círculo virtuoso en el que el incremento en los préstamos al sector privado se traduce en un mayor saldo de depósitos, que a su vez permite a los bancos mantener su liquidez y continuar ofreciendo tasas competitivas para atraer nuevos ahorristas.