En la calle O’Higgins al 2300, casi oculta por los frondosos árboles y cercana al Museo Yrurtia, salió a la venta un PH dentro de una casona de estilo italiano que data de 1876. Esta joya arquitectónica es un emblema del barrio de Belgrano y representa una oportunidad única para aquellos que buscan una propiedad con rica historia y refinada elegancia.
El PH es parte de un complejo habitacional que ya comercializó otras unidades después de ser recuperadas y actualizadas al confort moderno.
La casona, cuya construcción original se remonta a casi 150 años, fue propiedad de Francisco Argerich, descendiente de una familia ilustre en la historia argentina. Es familiar de Francisco Cosme Argerich, médico sirvió en los ejércitos patriotas durante las Invasiones Inglesas y la Guerra de Independencia, y de su padre Cosme Mariano Argerich, activo participante de la causa de Mayo en 1810 y quien asistió al lado de Manuel Belgrano a los heridos en las batallas de Salta y Tucumán. Cosme es considerado uno de los “padres de la medicina argentina” y el hospital ubicado en La Boca le rinde homenaje.
La historia y el linaje de la familia se ven reflejados en la majestuosidad de esta propiedad, que fue testigo de más de un siglo de transformaciones en el barrio de Belgrano.
La vivienda, situada en un terreno amplio, fue completamente reciclada por los arquitectos Ricardo Carbone y Andrea Guerrieri, expertos en la recuperación de viviendas históricas que integran el estudio Estrategias de Intervención.
“En sus inicios, la casa fue una construcción de una sola planta, con un patio central y un lenguaje arquitectónico italianizante, definido por ladrillones portantes aglutinados con mortero de adobe. Este diseño, típico de la época, se mantuvo fiel durante la restauración, la cual respetó la estructura original y añadió una segunda planta en consonancia con la planta tipo basílica de tres naves que caracterizaba a la construcción original”, dijo Guerrieri a Infobae.
El PH, está ubicado en un complejo de siete unidades. Esta subdivisión fue resultado de un proyecto de puesta en valor que no sólo restauró la edificación, sino que también incluyó una serie de excavaciones arqueológicas.
Carbone explicó: “Durante estas excavaciones, se descubrieron antiguos conductos subterráneos que habían sido diseñados para evitar las inundaciones causadas por el arroyo Vega, hoy entubado”.
En el fondo del lote había una fila de habitaciones dedicadas a la servidumbre. Lo más representativo de esa época era el sistema hidráulico de recolección y almacenamiento de agua, con domos de ladrillo interconectados por canaletas. Según documentos de 1914, el entonces propietario Francisco Argerich instaló el sistema de cloacas conectado a la red urbana.
La intervención en la casona incluyó la restauración completa de sus fachadas, eliminando capas de pintura que ocultaban el revestimiento símil piedra original
También se restauraron las carpinterías, tanto exteriores como interiores, así como los solados de marquetería de roble de Eslavonia y los cielorrasos de artesonados de yeso, devolviendo al inmueble su esplendor original.
“Además de la restauración arquitectónica, se dotó al complejo de todas las instalaciones modernas necesarias para la vida contemporánea, incluyendo agua, luz, gas, cloacas, Wi-Fi y seguridad”, señaló Guerrieri.
En el sótano, se conserva una cava de vinos, otro testimonio de la rica historia del inmueble. Carbone, añadió que también se creó un pequeño museo con los objetos encontrados durante las excavaciones, y se confeccionaron mayólicas que documentan la evolución planimétrica de la vivienda a lo largo de su historia.
El PH en venta cuenta con 148 metros cuadrados cubiertos, distribuidos en tres ambientes, dos baños y una cochera descubierta. Desde la calle, se accede al complejo a través de un jardín que conduce a un sector de guardacoches.
“Al ingresar a la propiedad, un porche de acceso y un hall distribuidor reciben a los visitantes. En la planta baja, se encuentran el living comedor, un toilette, y una cocina moderna con ventanales que dan al patio privado, equipado con parrilla y acceso a un jardín de uso común”, precisó Guerrieri.
En la planta alta, la vivienda dispone de dos dormitorios en suite, ambos con ventanales que permiten una gran luminosidad durante el día. El dormitorio principal cuenta con espacio para un vestidor o escritorio, mientras que el segundo dormitorio ofrece un baño con doble bacha.
El fondo del lote alberga unidades más pequeñas, distribuidas en dos plantas, ideales para un público joven.
Además, la mansarda de la vivienda principal fue adaptada como otra unidad funcional, manteniendo la esencia del proyecto: ofrecer calidad de vida en un entorno patrimonial, enmarcado en espacios verdes.
Apta crédito
La vivienda que salió a la venta está valuada en USD 365.000 y, ahora que regresó el financiamiento bancario, es apta crédito.
Claudia Carrillo Ourens, de Century 21 Carrillo Ourens, destacó que dentro de un emblemático palacete se esconde este PH de 4 ambientes distribuido en dos plantas. Restaurado cuidadosamente, conservó su espíritu arquitectónico y combina las virtudes de vivir en una casa de época con las comodidades y la seguridad de la propiedad horizontal..
Otro dato de color es que la emblemática vivienda fue propiedad del cónsul italiano y arquitecto Vittorio Pozzesi en 1963 luego de ser de los Argerich.
Actualmente allí se abonan $220.000 por expensas. “Todos los ambientes cuentan con calefacción por radiadores. Además, cuenta con una cava en el subsuelo con múltiples usos potenciales y un espacio guardacoches fijo con portón automático”, agregó Carrillo Ourens.
La construcción se sitúa en un lote de 804 m2 con perímetro libre, en una manzana de alto valor patrimonial. El entorno alberga el Museo Yrurtia y varias casas con protección edilicia integral, garantizando una alta calidad de vida.
El edificio ha sido reconocido con una mención en el Premio Nacional en Obras que Involucren el Patrimonio Edificado 2014, en la categoría Refuncionalización y Puesta en Valor, otorgado por la Sociedad Central de Arquitectos y el Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio. Este proyecto es pionero en la intervención y reciclaje del patrimonio edilicio para viviendas multifamiliares.
“Es ideal para quienes valoran la calidez de los espacios antiguos junto con la modernidad incorporada, que realza cada característica arquitectónica”, concluyó Carrillo Ourens.