Cada vez más pesos al consumo: por tercer mes la circulación monetaria crece más que la inflación

Desde mayo el dinero en efectivo y cuentas a la vista crece a una tasa mensual de dos dígitos. Por qué contener esta variable es clave para afianzar el sendero de desaceleración de precios

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La inflación en Argentina se acercó en abril al 300% anual (Franco Fafasuli)
La inflación en Argentina se acercó en abril al 300% anual (Franco Fafasuli)

El principal objetivo económico planteado por la administración de Javier Milei es reducir la inflación en el corto plazo, para alinearla –como objetivo inicial– con la tasa de devaluación del 2% mensual. La tarea es excepcionalmente difícil si se toma en cuenta que la inflación anual rozó el 300% en marzo y abril, un máximo en 33 años, desde el tramo final de la histórica hiperinflación que marcó a fuego el fin de la presidencia de Raúl Alfonsín y el comienzo de la de Carlos Menem.

En este sentido, con buen criterio el Gobierno se enfocó en cortar de raíz el fundamento de expansión monetaria que le dio velocidad a la inflación. Y detrás del mismo, eliminó la emisión sin respaldo para financiar el déficit fiscal, con la recuperación del superávit en las cuentas públicas.

“Esto es ley de la historia. Si el Estado no gasta más de lo que recauda y no recurre a la emisión no hay inflación. No es magia. La única tarea del Estado es proteger la vida, la libertad y la propiedad de los argentinos, para que cada uno pueda ser arquitecto de su propio destino”, manifestó Milei en un mensaje por cadena nacional en abril. Por eso el Gobierno se atribuyó como un logro central el sendero de desaceleración inflacionaria a partir de enero, con un retroceso mes a mes desde el pico de 25,5% de diciembre de 2023 al 4,2% en mayo.

“Parecería ser que por primera vez se buscará que la economía encuentre su equilibrio mediante un proceso de corrección de los fundamentals de las variables económicas, y no por correcciones nominales que terminan siendo efímeras. No obstante, cómo encastra cada pieza en la dinámica del proceso será clave para la formación de expectativas que se hagan los agentes económicos y el éxito de todo el proceso”, consideró José María Segura, economista Jefe de PwC Argentina.

El rápido proceso de desinflación de 2024 no está exento de obstáculos por la gran masa de pesos que persisten en la economía

Sin embargo, hay indicios de que desterrar la inflación de la economía es una pelea muy dura y que va a llevar tiempo hasta estabilizar a esta variable. En este sentido, la suba de la inflación mensual al 4,6% en junio fue un revés en el proceso que mantuvo a la Argentina como el país con más inflación del mundo. También el dato de inflación de julio en la Ciudad de Buenos Aires, que fue de 5,1% marcó su segundo mes consecutivo de aceleración en este distrito.

La semana que viene el Indec dará conocer el IPC a nivel nacional de julio, cuyo número el Gobierno anticipó que sería el más bajo del año y que se espera cercano al 4 por ciento. Lo cierto es que eliminar la inflación implicará tiempo y esfuerzo, en una carrera “de fondo” y largo aliento.

Dada la idea de que la inflación es siempre un fenómeno monetario, hay que seguir de cerca la variación de la circulación monetaria. Este es el principal componente de la Base Monetaria, integrado por billetes y monedas en poder del público, más pesos en cuentas a la vista y billeteras virtuales. ¿Por qué es importante la circulación monetaria? Porque se trata del dinero que va directamente al consumo y, por lo tanto, aquel que más rápido y directo pude impactar en la inflación.

En detalle, el aumento de la circulación monetaria le viene “ganando” a la tasa inflación hace tres meses y puede ser un condicionante para ponerle un freno al aumento generalizado de precios. En mayo el circulante aumentó 14,6% (desde $8,9 billones a $10,2 billones) contra una inflación mensual de 4,2%; en junio el circulante aumentó 21,6% (de $10,2 billones a $12,4 billones) contra una inflación de 4,6%, mientras que a lo largo de julio el circulante creció 12,9% (de $12,4 billones a $14 billones) contra una inflación que se prevé rondaría el 3 por ciento.

Asimismo, en lo que va de 2024 la circulación monetaria aumentó un 90%, cifra congruente con el salto de precios acumulado en poco más de siete meses, en torno al 83 por ciento.

Los alcances de la “emisión cero”

El sábado 13 de julio el presidente Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, anunciaron el inicio de la “Fase 2″ del programa económico, por el cual implementa una política de “emisión cero” y congelamiento –e incluso reducción– de la Base Monetaria.

Así, se cerraron los cuatro “grifos” de emisión de pesos en la economía, incluyendo el déficit fiscal, los intereses generados por los pasivos remunerados del Banco Central -deuda que pasó a manos del Tesoro-, las opciones de venta de bonos de los bancos privados al BCRA (los “put) y la emisión de pesos por compra de dólares del Banco Central en el mercado de cambios. Este último punto involucra la venta de dólares en el mercado de valores a la paridad del “contado con liquidación”, lo que permite congelar el nivel de la Base Monetaria amplia en el nivel de los $47,8 billones, monto que surge de los niveles existentes al 30 de mayo.

En 2024 la circulación monetaria crece 90% frente a una inflación del 83%, cifras congruentes con la correlación entre ambas variables

“Si se pretende avanzar en una desindexación generalizada de la economía y evitar el drenaje de las reservas, pero se insiste en hacerlo con los actuales instrumentos, probablemente sean necesarias dosis mayores de ajuste fiscal y monetario para acercarse al objetivo buscado”, evaluó Jorge Vasconcelos, economista Jefe del IERAL de la Fundación Mediterránea.

Con la vigencia del nuevo esquema monetario anunciado el 13 de julio, el Banco Central mantiene una absorción neta de pesos por sus compraventas en el mercado de cambios, pues lleva esterilizados desde el lunes 15 de julio unos $190.613 millones. Esto es un sobrecumplimiento del estricto del esquema de “emisión cero” al que se comprometió el Gobierno. Además, el Gobierno anunció la esterilización de pesos emitidos por la compra de reservas en el MLC desde el 30 de abril ($2,4 billones).

La Base Monetaria ampliada incluye la base monetaria restringida (billetes y monedas emitidos por el Banco Central y los depósitos de encaje en moneda nacional de las otras sociedades de depósito que no son un agregado monetario) y todos los pasivos del Banco Central frente a las otras sociedades de depósito, sociedades financieras y otros sectores residentes, excluido el Gobierno Central.

En los últimos tres meses, el Tesoro vino absorbiendo con nuevas colocaciones de bonos la mayor parte de los $35 billones que el BCRA llevaba esterilizados a través de sus Pases pasivos. Por lo tanto será clave la renovación constante de la deuda del Gobierno a corto plazo y en pesos, para que esa liquidez no se vuelque de manera significativa a la economía y termine comprometiendo el proceso desinflacionario.

“El superávit primario es innegociable y la acumulación de deuda flotante no está aún en niveles difíciles de corregir, pese a su aumento en junio. Sin embargo, la falta de acumulación de reservas que empezó a visualizarse desde junio levantó algunas alarmas”, consideraron desde Invecq Consultora Económica.

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