Con el consumo masivo mostrando algunos signos aislados del fin del derrape pero sin síntomas claros de reactivación, un sector específico del rubro de alimentos sigue mostrando niveles altamente sensibles. Aun cuando se empezó a moderar la caída en la comparación interanual, el consumo de leche en la Argentina, el país de las vacas, se encuentra en niveles mínimos. Los datos del sector indican que, en el primer semestre del año, la retracción fue de 13% respecto al mismo período del año anterior. El dato, que se condice también con una retracción de la producción que llegó en los primeros meses del año al nivel más bajo desde 2018, tiene sin embargo un costado positivo: en el primer trimestre, la caída había sido mucho mayor, con un derrumbe de ventas en el mercado doméstico de 18,7% contra el mismo período del año pasado. La caída más dura se reflejó en la leche, que representa en su variante fluída el 21% del consumo y las leches en polvo el 8%. Así que estas constituyen el 29% del consumo total de lácteos de los argentinos.
En ese marco, el gremio del sector y una de las principales lácteas del país, Sancor, lograron poner fin a un conflicto que lleva 7 años y deja a la empresa en problemas económicos constantes, producto además de un contexto duro para el sector.
El consumo de leches fluidas acumuló en el primer trimestre del año una caída de -19.6% y el de las leches en polvo de -30.4% (ambos expresados en toneladas) comparadas con igual trimestre del año 2023. Ese derrape es el que se moderó en los últimos meses.
“Venimos de un mercado interno con disminución respecto de 2023 y el excedente que se produce hay que exportarlo, por eso las medidas son una buena señal” sostuvo Pablo Villano, Presidente de la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas (Apymel). El directivo celebró las medidas tomadas recientemente por el Gobierno nacional, consistentes en nuevos beneficios y exenciones impositivas, además de la eliminación de las retenciones para el sector para las que ya regía una reducción a 0% pero que vencía a principios de mes. La evolución del consumo, y también de la producción, del sector lechero está inevitablemente atada a la variación de precios. Si bien es un negocio de exportación, el mercado doméstico explica gran parte del volumen del sector y los aumentos de precios son los que hicieron mella en los niveles de consumo. A junio, los precios de los lácteos acumulaban una suba de 80%, en línea con la inflación general pero 10 puntos por encima de la categoría alimentos y bebidas que, en el primer semestre, anotó un alza de 70,5 por ciento.
El precio al tambero, motivo de grandes conflictos en el sector, es determinante en esa ecuación. En los últimos meses, los productores e industriales lecheros tuvieron una recuperación real de sus precios y lograron lo que en el Instituto para el Desarrollo Agroindustrial consiste en una “aceptable foto” . El precio al productor se ubica hoy en USD 0,448 comparado con un costo de 0,406 por litro, lo que le mejoró su margen de rentabilidad.
“Pero para sostener ese impulso, debemos mantenernos vs. la inflación y el dólar. En un mercado interno con dificultad para absorber más precio. Y uno externo, que hoy no ofrece buenos negocios. Con todo, aún con su debilidad, es el mercado local el que tracciona, por ahora”, explican los informes de la entidad.
Las mejores perspectivas para el sector se completan con el fin de un largo conflicto que involucra, desde hace 7 años, a la empresa Sancor y el gremio Atilra. Ayer, en las oficinas de la Secretaría de Trabajo, se firmó un acta entre representantes de Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra) y la empresa SanCor que ratifica el acuerdo alcanzado entre las partes. De la firma participaron el secretario de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, Julio Cordero, el secretario general de Atilra, Héctor Ponce, y el gerente general de SanCor, Marcelo Gornatti, quien destacó que “fue muy importante poder retomar el diálogo luego de siete años” y que “este es el punto inicial para que la empresa vuelva a crecer”.
A su vez, Héctor Ponce, secretario general de Atilra, expresó: “Nosotros queremos que a la empresa le vaya bien, a la provincia le vaya bien y al país le vaya bien, pero sobre todo que a los trabajadores les vaya bien”.