La inflación se mantendrá en niveles más bajos en los próximos meses, pero analistas consultados por el Banco Central creen que estaría lejos de colapsar como indican desde el equipo económico. Según se deduce del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) difundido ayer por la entidad, ni el nivel general ni la núcleo caerían a menos de 3% hasta fin de año.
El plan del equipo económico es mantener un estricto control sobre los agregados monetarios y de esta manera acelerar la caída de la inflación mensual. En julio, de hecho, el REM espera que el índice perfore el 4% mensual (se estima que dará finalmente 3,9%), mientras que algunas consultoras estiman que la disminución podría llegar al 3,5%.
Sin embargo, las estimaciones para adelante no son tan optimistas. De acuerdo a los datos divulgados ayer, los analistas estiman que habrá una reducción adicional muy leve de la inflación en agosto al 3,8% y hasta 3,7% en septiembre, para luego rebotar arriba del 4% en octubre.
La inflación núcleo tendría un piso de 3% en los próximos meses. Esta medición arroja por lo general valores menores que el índice general porque excluye los precios que varían de manera extraordinaria por situaciones estacionales (por ejemplo heladas en el caso de alimentos frescos o cambios de temporada en indumentaria).
Las expectativas de mercado están algo alejadas respecto a las proyecciones del Gobierno. En una reunión con Alycs la semana pasada, Luis Caputo había asegurado que su expectativa era a un derrumbe de la inflación a menos de 1% mensual en septiembre. Pero las proyecciones de las consultoras no coinciden con esta afirmación y creen que el proceso se dará mucho más lento. Aún así, la inflación acumulada anual finalizaría en 127%, una notable caída respecto al pico de 290% que tocó a mediados de año.
Tanto el ministro de Economía como Javier Milei habían expresado que uno de los aspectos relacionados con la salida del cepo tenía que ver con la reducción de la inflación núcleo a un nivel similar al ajuste mensual del dólar oficial, es decir 2%. “Esto nos permitiría reducir el crawling peg al 1% mensual o incluso menos, como paso previo a la salida del cepo cambiario”, había señalado el Presidente.
La decisión de Caputo de utilizar reservas para intervenir en el contado con liquidación tiene como principal objetivo mantener a los dólares financieros bajo control y en lo posible que bajen a la zona de $ 1.100. Pero junto a esto también se busca incentivar una desaceleración más rápida de la inflación.
A favor del Gobierno también hay que señalar que las estimaciones del REM se vienen equivocando parejo, sobreestimando los niveles de inflación de cada mes. Esto significa que en la próxima revisión también podrían revisarse los números divulgados ayer nuevamente a la baja. Sobre todo si el dato de inflación de julio se ubica por debajo del 3,9% que surgió del último REM.
En agosto el índice se ubicaría en niveles similares al mes pasado o levemente por debajo. El motivo es que los ajustes de tarifas anunciados (por ejemplo la luz y próximamente el transporte) como la suba de combustible ya dejan un piso algo más elevado. En septiembre, sin embargo, no hay aumentos de precios regulados previstos, lo que ayudaría a que el índice descienda un inflación adicional.
Mientras tanto, sigue en marcha la “fase 2″, que ante todo procura eliminar todas las canillas de emisión monetaria, paso previo para apurar la salida del cepo cambiario.