El especialista en consumo Guillermo Oliveto analizó el escenario económico del país y realizó una lectura sobre el impacto de la crisis en el día a día de los argentinos. “Todas las capas sociales se tuvieron que achicar. Hay una motosierra en la vida cotidiana transversal y vertical. En muchas actividades y en todas las clases sociales”, advirtió.
Con esto, Oliveto hizo referencia a las diferentes estrategias implementadas por la población para llegar a fin de mes, como el recorte de los niveles de consumo y el paso a las segundas y terceras marcas.
“Un tema que hemos relevado muy profundamente, es que se está poniendo en riesgo la identidad histórica que tenía la Argentina como un país arquetípico de clase media. Esta idea de que somos todos de clase media”, lamentó, durante una entrevista brindada a LN+.
El especialista presentó una infografía elaborada por la Consultora W en la que refleja la participación de cada estrato social sobre el total de la población y el ingreso mensual mínimo por nivel. En el gráfico se puede observar que la clase alta tiene un peso de apenas el 5%, mientras que la pobreza llega al 37%.
“Trabajamos con la EPH del Indec. Los datos son del primer trimestre. Lo que vemos es cada vez más fragmentación social, con el segmento más alto recortándose mucho del resto de la pirámide. Por otro lado, vemos que la clase media alta hoy dice ‘soy clase media trabajadora’ y la clase media baja dice ‘somos clase pobre intermitente’. Además, el ingreso promedio es de $900 mil por familia por mes y la línea de pobreza en ese momento era de $773 mil”, continuó Oliveto.
Para el experto, este escenario está construyendo una agenda nueva para una segunda parte del proceso del Gobierno nacional. “Seguramente veremos una agenda más social, más de la economía real, de la producción, del trabajo, de la inversión y ya no solo de la inflación”, opinó.
El contexto general
Durante la entrevista, Guillermo Oliveto analizó también el presente nacional a nivel macroeconómico. El especialista en consumo indicó que actualmente hay “una economía dual”. Por un lado, recordó, “se llegó a un gran logro desde el punto de vista financiero y macroeconómico con la baja de la inflación”, pero por otro, cuando se observa la economía real, se encuentran problemas graves. “Hay una recesión confirmada en el primer semestre magnitud 2002 y con desocupación subiendo”, resumió.
“Cuando uno mira los datos del primer trimestre encuentra que, si bien el 7,7% parecía que no era tan grave (en referencia a los valores de desocupación), ya daba 9,9% en el conurbano. Además, en ese momento muchas compañías esperaban una recuperación en ‘V’ de la economía. A esta altura ya te lo dice cualquier economista que eso no va a ocurrir. Va a ser más parecido a lo que nosotros veníamos viendo en el consumo, que es ‘una pipa de Nike’, empezando a levantar recién al cuarto trimestre”, sostuvo.
Todo esto, indicó, lleva a que las empresas tengan que terminar evaluando cómo ordenan su estructura de costos. “La pregunta que acá hay es, si la economía real no activa, ¿qué va a ocurrir con el empleo cuando haya compañías a las que ya no les cierran los números?”, planteó.
Pese a esto, el experto aseguró que el Gobierno aún tiene cierto margen para actuar y un apoyo generalizado. “Hay paciencia por un tema entre psicológico, espiritual, humano y el ‘querer que esto salga bien’, pero eso no es eterno. En algún momento, si los números no cierran, se pone en riesgo a la empresa”, apuntó.
¿Qué motores tiene la economía para reactivar? Oliveto reconoció que se viene recuperando el salario real y el crédito. No obstante, advirtió que la economía real se mueve por una construcción global, que es la masa salarial. “Podés tener gente que gana más porque le ganó a la inflación, pero también hay gente que no gana, porque perdió el trabajo”, indicó.