El derrumbe de los mercados a nivel global sumó presión a una dinámica internacional que ya estaba complicando los planes del Gobierno para estabilizar la economía y encarar, lo antes posible, la salida del cepo. Desde antes que se expandiera el temor por una recesión en Estados Unidos y también con varias semanas de anticipación a la decisión del Banco de Japón de subir la tasa de referencia, dos variables centrales para la economía argentina pero que no dependen de las autoridades locales venían deteriorándose: el precio de la soja, que perdió 25% en las últimas semanas, y también del real, que acusaba presiones devaluatorias que se potenciaron en el contexto del colapso financiero mundial.
Desde marzo, cuando el precio de la soja se sostenía en USD 450 por tonelada, el precio del grano fue retrocediendo hasta los USD 383 en los que cerró ayer tras amagar, en el contexto de la crisis global, con perforar los USD 370 por tonelada. La cotización rebotó y terminó con una performance menos afectada que otros activos, que generó cierto alivio. Sin embargo, el precio parece haber alcanzado un nuevo equilibrio en un valor bajo, que lejos estará de alimentar un flujo excepcional de divisas para la Argentina. No hace falta aclararlo: la economía argentina es soja dependiente en tanto el Banco Central no cuente con reservas netas suficientes. El pronóstico, en ese sentido, no es bueno.
Tampoco lo es la curva del real brasileño. Aunque sin los movimientos bruscos a los que estamos acostumbrados en la Argentina, el dólar no para de subir en el país vecino en los últimos meses, particularmente desde principios de junio, cuando el resultado de las elecciones en México provocó una reacción adversa en el mercado que contagió a Brasil y al resto de la región. La caída del real se aceleró en el marco de la inestabilidad que se registra desde el viernes pasado, provocando al Banco Central de ese país a intervenir para evitar que la moneda brasileña continuara su derrape. El real cerró ayer en 5,74 por dólar, lo que equivale al precio más alto desde marzo de 2021. Una devaluación más acelerada del real genera una complicación para adicional para la economía argentina, no sólo porque implica salida de divisas tanto de Brasil como del propio país, sino porque también tiene un fuerte impacto en el frente comercial, con pérdida de competitividad de los productos argentinos que se encarecen si el peso no acompaña el movimiento de la moneda del país vecino.
Para el economista Juan Manuel Telechea, se trata de un efecto “doble Nelson”, quien explicó particularmente que la suba del dólar en Brasil se traduce automáticamente en una caída del valor de las exportaciones argentinas y en el abaratamiento de los productos e insumos importados desde ese país, uno de nuestros principales socios comerciales.
Ese efecto no es nuevo pero amenaza con convertirse en una de las grandes dificultades para el equipo económico si no se revierte el mal clima en el mercado internacional en las próximas semanas. Afecta el ingreso de divisas, por ende la estabilidad del mercado cambiario (que ayer anotó un desempeño relativamente estable con un nivel de brecha que no se expandió más allá del 40%), y también las chances de recuperación de la economía argentina ante las mayores dificultades para colocar la producción local en Brasil.
“Para los activos de Argentina, el impacto puede venir por varios frentes. En primer lugar, el risk-off global perjudica de por sí, con los inversores buscando alternativas seguras y de menor volatilidad, algo evidenciado en las caídas de los rendimientos de los bonos del Tesoro de los EEUU. En segundo lugar, los precios de los commodities exportables de Argentina podrían seguir la tendencia a la baja”, vaticinó Juan Manuel Franco, economista Jefe de Grupo SBS. ”En tercer lugar, la tensión vía monedas emergentes, en especial el real brasileño, puede presionar sobre el tipo de cambio real de Argentina, y podría llevar a presiones en los dólares alternativos. En este contexto, lo que se mirará de cerca también es si el Gobierno decide o no intervenir en estos mercados y en qué magnitud, dado que en situaciones como la vivida estos días en el mercado suele ‘mandar el flujo’ y la posición de reservas netas de Argentina está en terreno negativo”, agregó el analista.