La economía pendular: subibaja del dólar, del índice de riesgo país, como de la actividad económica en general, volvió a estar presente en la última semana, mientras el Gobierno, desde el Presidente hasta el equipo económico, se mantienen firmes en el objetivo de consolidar la desaceleración de la inflación, el recupero, después de décadas, del superávit fiscal, y el saneamiento de la hoja de balance del BCRA, y avanzan con desregulaciones y reglamentación de la Ley Bases y el Paquete Fiscal, para aliviar la mochila que carga el sector privado en general.
Con ese cuadro y ante la permanente referencia a la Escuela Austríaca de Economía que hace el Presidente, pero más sus críticos, llevó a Infobae a entrevistar a Gabriel Zanotti, quien es filósofo, y se define como liberal clásico, que habla de economía por su especialización en el estudio de la Escuela Austríaca de Economía. Es profesor full time en la Ucema y director Académico del Centro Friedman-Hayek de la Universidad del CEMA (Centro de Estudios Macroeconómicos de Argentina, creado por Carlos Rodríguez (junto a Roque Fernández y Pedro Pou) en 1978, y fundada en 1995 como Instituto Universitario CEMA).
— Se aprobó la Ley Bases y el Paquete fiscal, la inflación volvió a desacelerarse en julio y vuela el crédito, mientras el Gobierno espera dólares frescos de los organismos ¿Por qué cree que pese a ese cuadro renació la desconfianza en los mercados y el riesgo país se afirmó cerca de 1.600 pb?
— Ante todo quiero reiterar que no soy economista de coyuntura, sino un liberal clásico especializado en Escuela Austríaca de Economía y que desde allí veo al panorama económico actual. Mi visión es más filosófica. Creo que el Gobierno no logra despertar confianza porque no adopta ciertas medidas radicales en el mercado de cambios, entre otras cosas.
De ningún modo ignoro el corto plazo y que en las políticas de transición hay que esperar y que no se puede liberar todo de golpe. Pero los precios son los que son. El precio del dólar es el que es. Ni el ministro Luis Caputo ni nadie lo puede controlar.
“La oferta de cualquier bien o servicio en el mercado aparece cuando se libera el precio. Al principio el precio sube, pero luego se reacomoda”
La oferta de cualquier bien o servicio en el mercado aparece cuando se libera el precio. Al principio el precio sube, pero luego se reacomoda. Por ende, para que haya dólares hay que liberar el tipo de cambio y terminar con el cepo. Si no se quiso hacer el primer día, a medida que pasa el tiempo va a ser peor. Y voy a agregar algo muy audaz: que la deuda de las Leliq la asuma quienes las generaron. Si la inflación es un delito (libro de Ricardo Rojas, elogiado por el presidente Javier Milei) entonces tomar deuda pública “pero que la paguen los ciudadanos”, también lo es.
No ignoro tampoco que los mercados argentinos son oligopólicos y corporativos. Pero para eso tienen que comenzar políticas de desregulación. Algo se está haciendo al respecto, pero la “ingeniería constructivista” de las RIGI no parece ir por buen camino. Derogar implica anular, derogar legislación. No sustituirla por otra. No sé si los Macri-boys tienen claro este aspecto.
Ahora, si Milei estaba convencido de que nada de esto se podía hacer, entonces no hubiera despertado tantas expectativas liberalizadoras. Si esto es un segundo gobierno de los Macri boys, lo hubiera dicho desde el principio.
— ¿Los logros en materia fiscal y los avances en el saneamiento del balance del BCRA están por debajo de las expectativas y de lo necesario para que se pueda abrir el crédito externo?
— Claro que sí. Muy por debajo. Las inversiones aparecen cuando todo se va liberalizando y desregulando. Y tomar deuda nuevamente con el FMI es lo que haría cualquier gobierno intervencionista. Esa es la centroderecha que ha fracasado en America Latina. La oposición al FMI no es de izquierda: los perjuicios de esos organismos internacionales los explicó perfectamente Luwdig von Mises en 1949. Milei lo debería saber. Obvio que los Macri-boys no lo saben. Pero entonces, ¿quién gobierna? Nuevamente, el mismo problema: comunicación, expectativas...
— Más allá de la demora que tuvo el Gobierno en obtener la primera ley de fondo para encarar las transformaciones y desregulación de la economía ¿Qué debiera hacer para mejorar el humor de los agentes económicos, mientras prepara el terreno para levantar plenamente el cepo cambiario, como describió el Presidente en la inauguración de la Exposición Rural?
— El “humor de los argentinos” para tomar su expresión, mejoró con Milei porque él supo captar el descontento con la dirigencia política. Fue un obvio apoyo emocional. Pero de ningún modo significaba que la mayoría de los votantes entendiera o apoyara una liberación de precios y del tipo de cambio. Nadie tiene la respuesta precisa sobre cómo comunicar esas cosas. Pero Milei tuvo una oportunidad al respecto los primeros 60 días de su gobierno. Creo que la desaprovechó.
“Jamás me habría presentado como candidato a presidente si hubiera sabido que casi nada se podía hacer”
Ahora bien, si la pregunta es “qué harías vos en su lugar”, mi respuesta es que jamás me habría presentado como candidato a presidente si hubiera sabido que casi nada se podía hacer. Yo he escrito contra la obsesión por el poder ejecutivo. Creo que los liberales se deberían haber presentado al Congreso antes que al Poder Ejecutivo. Pero se pelearon entre todos y no lo lograron, y Javier Milei tiene mucha responsabilidad al respecto.
— Las estadísticas de más de 100 meses revelan que en la Argentina de los últimos años no hubo una aparente correlación directa entre tipo de cambio real, actividad, y exportaciones, ni tampoco entre tasas reales de interés, dólar libre e inflación. Sin embargo, muchos analistas piden levantar el cepo o al menos acelerar la devaluación mes a mes y subir las tasas de interés ¿Qué piensa?
— Las inversiones aumentan cuando la tasa de interés real tiende a la baja, para lo cual hay que, primero, liberar el mercado de capitales, dejar de emitir para simular ahorro, y generar condiciones de estabilidad política y monetaria para incentivar el ahorro real. Eso lo sabe cualquiera que haya estudiado a Mises o Hayek. Y lleva un tiempo.
Ahora bien, si los tiempos de la política no permiten ese tiempo, como digo, es algo que hay que pensarlo antes. Por ahora las observaciones de Roberto Cachanosky sobre el cepo y el tipo de cambio me parecen correctas. Ricardo López Murphy también piensa igual. Pero el Presidente se ha dedicado a insultarlos permanentemente.
— Los indicadores de actividad, salarios y jubilaciones, principalmente, muestran mejoras en valores reales desestacionalizados, pero mantienen apreciables caídas en la comparación con el año previo ¿Percibe un punto de giro que lleve al 5% de aumento del PBI en 2025 como prevé el FMI?
— Los salarios reales, aunque no los nominales, y también el poder adquisitivo de las jubilaciones, tienden a aumentar cuando la inflación baja. Pero para mantener esa tendencia hay que efectuar una política de desregulación más activa. Los Macri-boys tienden a pensar que hay que dejar el mercado intervenido y luego, cuando “algo” se calme, comenzar con medidas de liberalización más claras. Ello es un grave error de perspectiva: implica decir que el intervencionismo es condición previa para la aplicación de economías de mercado.
Vuelvo a decir, no ignoro el corto plazo. Claro que no se puede pasar a un mercado libre en temas como educación, salud y seguridad social en forma inmediata, ni tampoco se puede eliminar de un día para otro el complejo conjunto de regulaciones de una Argentina corporativa.
“Los precios son los que son. No los que el Gobierno quiera. Y eso es así aunque estemos en transición y aunque el presidente sea Milei”
Pero los precios y el tipo de cambio deben ser libres. Vuelvo a decir: los precios son los que son. No los que el Gobierno quiera. Y eso es así aunque estemos en transición y aunque el presidente sea Milei.
— ¿Hay contradicción entre las declaraciones del ministro Caputo sobre que la economía transita hacia un peso más fuerte que llevará a la venta de dólares, y la de firmeza del Presidente de ir hacia la dolarización o libre circulación de monedas?
— La ingeniería constructivista de Caputo es todo lo contrario a una transición a una economía de mercado. Ni él, ni nadie en el gobierno (al parecer) entienden la liberación inmediata del curso forzoso (Hayek) ni tampoco parecen entender que no hay que subir impuestos. La cuestión no es el déficit fiscal cero, la cuestión es reducir el gasto público. El Gobierno dice que lo está haciendo, pero al mismo tiempo aumenta impuestos. Eso es contradictorio. Como también lo es seguir con regulaciones para importación y exportación.
Hay que liberar el dólar y punto terminado. Como también levantar las retenciones inmediatamente. Esas son las medidas de fondo que generan confianza. Pero si Javier Milei no estaba convencido de eso, y por eso se rodeó de los Macri-boys, entonces, lamento decirlo, mintió.
— Las desregulaciones y el RIGI parecen generar más interés para los sectores de la producción primaria y actividades conexas que al industrial en general ¿Implica el regreso a la “precarización” de la economía, o también impulsará a la rama de los servicios privados?
— El Gobierno no tiene por qué andar decidiendo qué sectores de la economía son los más importantes. Eso lo decide el mercado. Pero, de vuelta, es extraño que yo se lo tenga que explicar eso a Milei.
— ¿Qué efectos puede tener sobre el empleo, los salarios y la pobreza, ese esperado nuevo ciclo de reactivación?
— Si la reactivación no es ficticia, obvio que todo incremento en las inversiones implicará un aumento en los salarios reales, el empleo y la reducción de la pobreza, a mediano y largo plazo. Pero si se sigue con esta ingeniería financiera constructivista, que fue lo que hizo fracasar a Macri, entonces no soy nada optimista.
“El Gobierno no tiene por qué andar decidiendo qué sectores de la economía son los más importantes. Eso lo decide el mercado”
— ¿Ve riesgos de que la economía camine hacia la deflación, por la recesión, o porque hay precios que se fijaron en función de expectativas negativas? ¿Qué implicaría?
— Implicará que un día el dólar va a saltar de golpe si se insiste en mantenerlo controlado. Es el inexorable destino del intervencionismo. Ni Milei puede hacer que el control de cambios de resultado.
— ¿Una reflexión final?
— Muy simple: ¿No se podían aplicar medidas de liberalización en serio? Entonces, ¿Para qué se presentó Javier Milei en nombre de Mises y Rothbard? Algunos liberales argentinos se parecen a los marxistas que dicen que no tuvieron que ver con la Unión Soviética. Con Onganía dicen: yo no fui. Con Videla dicen: yo no fui. Con Menem dicen: yo no fui. Y ahora, ¿quién es? Claro que yo, Gabriel Zanotti, voy a poder decir que yo no fui. Pero eso será políticamente irrelevante cuando Axel Kicillof sea presidente.
Fotos: Gastón Taylor