Está en venta un Petit Hotel catalogado con protección histórica por el Gobierno porteño de más de 500 metros cuadrados entre cubiertos y descubiertos ubicado en el barrio de Constitución. En ese edificio funcionó el primer hotel temático de la ciudad de Buenos Aires.
Esta propiedad diseñada con un estilo ecléctico e italianizante sobresale en la esquina que forman las calles San José y Estados Unidos. Se trata de una joya de la arquitectura porteña: tiene más de 90 años y es uno de los lugares del barrio más fotografiados y divulgado en redes sociales. Fue diseñado por el arquitecto italiano Massimiliano Panzetta Bisighini, quien también construyó varias obras en Constitución, otras partes del centro de CABA y Tandil.
Rosa Aboy, arquitecta, doctora en historia y presidenta del Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo (CPAU), comentó a Infobae que el edificio tiene un estilo arquitectónico ecléctico con elementos academicistas e italianizantes. “Es un ejemplo de eclecticismo barrial. Es valioso patrimonialmente porque está muy bien conservado, tanto en el exterior como en la mayoría de los ambientes interiores”, señaló.
El inmueble, ubicado en una esquina con gran identidad para el barrio, tiene una estructura típica de local en planta baja y tres pisos residenciales.
“El tipo de inmueble está muy bien logrado, con un tratamiento espectacular de la esquina, entrada al comercio y una logia italiana con columnas en el remate, que jerarquizan notablemente la zona. Los cuartos están bien conservados, con molduras intactas”, dijo Aboy, aunque será necesario restaurar algunas áreas. “Es esencial conservar el local en planta baja y restaurar la cocina y baños para que recuperen su autenticidad y brillo”, subrayó.
Trayectoria
Poco se sabe sobre el origen de esta propiedad, aunque es probable que se haya construido con fines de renta y local en planta baja, como solían hacerse las amplias y lujosas edificaciones en CABA con materiales importados hasta inicios de los años ´40.
A fines de los 80s en ese edificio surgió el hotel boutique Boquitas Pintadas, el primero temático de CABA, por la inversión y sueños de dos alemanes que se conocieron en un hotel en Marruecos en esa misma década y de manera casual: ambos leían lo mismo, Boquitas Pintadas, obra del escritor argentino Manuel Puig que se publicó en 1969 en formato de folletín de 16 entregas. La obra fue llevada al cine por el cineaste Leopoldo Torre Nilsson en 1974, con intérpretes como Cipe Lincovsky, Alfredo Alcón, Luisina Brando, Leonor Manso y Marta González. Aquel encuentro casual en Marruecos desencadenó una amistad y un proyecto conjunto y fue el origen del nombre del hotel.
Los alemanes planificaron el proyecto del Petit Hotel de tres pisos, con restaurante-bar en la planta baja y habitaciones temáticas y eventos culturales en los niveles superiores.
La propiedad también ofrece características de estilo neoclásico, su diseño se destaca por las columnas, bóvedas y frontones
Se realizaban exposiciones de arte, ciclos de poesía con proyecciones y cada dos meses se redecoraban las habitaciones con temáticas de artistas invitados. Hasta su cierre hace más de 6 años, se organizaban fiestas Open-Houses, con marcha electrónica y eventos en la terraza.
El Petit Hotel en San José y Estados Unidos es un ejemplo destacado del paisaje urbano, explicó Pablo Gabriel Fernández, un curioso y experto en urbanismo que recorre la ciudad mostrando edificios y casas que forman parte de la rica historia arquitectónica porteña, precisó que caminar y fotografiar construcciones interesantes es parte de su rutina diaria desde hace años. “Su singular fachada con pérgola y su interior bien conservado, a pesar de algunas modificaciones, lo convierten en un referente único. Además, cuenta con protección cautelar que preserva su fachada, permitiendo solo intervenciones internas”, dijo Fernández.
“Registrar nuestro patrimonio arquitectónico es fundamental para conocerlo, valorarlo y, especialmente, preservarlo”, enfatizó.
Miles de estas fachadas son parte de la identidad de la ciudad y deben ser protegidas por ello. Es triste encontrarlas en mal estado, tapiadas o demolidas.
“Nos falta planificación y una verdadera política de preservación que permita discernir qué propiedades deben ser conservadas por su valor histórico”, sostiene Fernández.
Valor inmobiliario
El actual propietario le compró el inmueble a la pareja de alemanes y ahora decidió venderlo para iniciar otros proyectos personales.
Actualmente se vende en USD 480.000 y está desocupado. “Este valor pondera ubicación, superficie, orientación, antigüedad, tipo, categoría y estado del inmueble. La zona tiene alta conectividad, rodeada por las Avenidas Independencia, 9 de Julio (Metrobus), Entre Ríos y San Juan” detalló Carla Polizio, de Polizio Bienes Raíces.
El último uso fue comercial, en la planta baja operaba una empresa de servicios de imprenta digital y en cada piso se desplegaban sus despachos/oficinas.
Las intervenciones en el inmueble no alteraron su estructura, principalmente se realizaron mejoras en los baños, algunos con pisos de granito y otros cerámicos más artefactos sanitarios de época. La cocina se reformó con muebles bajo mesada y alacenas en fibropaneles y mesada de acero con grifería monocomando.
Dispone de 9 ambientes, incluyendo 8 dormitorios con baño privado, sótano, ascensor, cocina y una terraza balcón con columnas y pérgola.
El Petit Hotel se compone de dos unidades funcionales interconectados en un lote de 128,93 m2 en esquina, y cuenta con un ascensor que comunica desde la planta paja del local hasta la terraza en el último piso.
Polizio describió que “al abrir la puerta de la Unidad Funcional 1, ingresamos a un amplio salón en doble altura con grandes ventanales. Además, posee una área de cocina y bar con barra, un baño para discapacitados, tres baños adicionales en el sótano y un amplio depósito. La entrada se encuentra en por la calle Estados Unidos”.
La Unidad Funcional 2 tiene una entrada por San José y se extiende por cuatro pisos, totalizando 343,95 m2.
“Al ingresar por la escalera de mármol hacia el primer piso, encontramos una recepción y cuatro habitaciones/oficinas, tres con baño privado y balcón. La habitación principal es una master suite con balcón en esquina y hogar con tiraje. Subiendo por la escalera de madera o el ascensor, llegamos al segundo piso con tres oficinas en suite con balcón y una sala de archivos con baño”, detalló Polizio.
Este piso también cuenta con un balcón terraza en esquina. En el tercer piso hay una sala comedor, cocina con pasaplatos, baño, sauna, ducha y una terraza con deck y jacuzzi.
Polizio mencionó materiales de alta calidad como pisos de granito, roble y pinotea. “Con techos altos con molduras y arañas de bronce, y el vitral del ascensor, que aportan estilo y elegancia únicos”.
Se trata de un inmueble de gran potencial para uso residencial o comercial, como alojamiento de turistas, residencia estudiantil, academia, centro cultural, oficina, o establecimiento gastronómico, con una rica historia arquitectónica, hotelera y hasta literaria y cinematográfica.