Tal como había adelantado Infobae, los últimos días de julio eran una buena oportunidad para comprar un automóvil cero kilómetro por dos razones: los precios que todavía no habían aumentado como ocurriría desde este mes por efecto de la inflación, y la entrada en vigencia de la nueva escala del impuesto interno, el famoso impuesto a los autos de lujo, que rige desde el 1 de agosto y tendrá una vigencia de tres meses.
Las nuevas tablas establecen que la primera escala del impuesto se aplica sobre modelos que superan los $40.500.000, a los que se le suma un 20% nominal (un 25% efectivo), y la segunda escala cae sobre aquellos vehículos que superan los $90 millones, a los que se les aplicará el 35% nominal que termina siendo un 52% efectivo.
Como se puede ver, estos valores mantienen a la mayor cantidad de modelos del mercado actual exceptuados de pagarlo, ya que los modelos de acceso tienen precios menores a 30 millones y los de gama media llegan justo al tope para no pagarlo, aunque son verdaderamente pocos casos. El impuesto, si bien sigue cayendo sobre autos que no son de lujo, ya no afecta a la mayoría de los autos del mercado como ocurrió los últimos tres años.
De todos modos, era razonable que los aumentos volvieran a aparecer en toda la gama de modelos de las principales marcas nuevamente. Durante los últimos meses, en busca de captar al cliente que estaba esperando la mejor oportunidad para hacer valer sus ahorros, pero también motivados por la imperiosa necesidad de levantar las ventas, los incrementos mensuales habían sido prácticamente muy bajos, algunos casi simbólicos, y todavía se podían conseguir grandes descuentos y bonificaciones en las concesionarias.
En la industria sabían que indefectiblemente esa era una situación que debía terminar a medida que pasara el tiempo, porque la inflación todavía existe y por lo tanto los costos se siguen incrementando, tanto para fabricantes como para vendedores. Es como un embudo inevitable al que todos sabían que se terminaría llegando. Con la mejora en las ventas, que en julio estuvieron apenas un 2,8% por debajo de la referencia de 2023, el esfuerzo para ganar clientes logró su objetivo, entonces era previsible que pudieran actualizar las listas de precios con incrementos más reales y acordes a la realidad económica del país, además de recuperar el atraso en los precios que se fue acumulando durante el primer semestre.
Empezó agosto, y como siempre ocurre, quién da el primer paso es tomado como referencia para el resto. En general esa “guía” es Toyota Argentina, que por su condición de liderazgo en el mercado, publica sus listas de precios el primer día hábil. El otro que suele hacerlo apenas cambia el mes es Ford, mientras el resto aparece al día siguiente o en el transcurso de los primeros cinco días hábiles siguientes. En general, el último en dar a conocer sus precios es el grupo Stellantis, y esa estrategia también podría considerarse buena, porque sabiendo que tienen dos productos en la cima de las listas de ventas como el Fiat Cronos y el Peugeot 208, pueden posicionar esos modelos de acuerdo a lo que haga la competencia. Es un tema de tácticas y estrategias.
Toyota publicó efectivamente sus listas de precios de agosto y por primera vez en el año, todos sus modelos han tenido incrementos. Algunos se quedaron en un bajo 2,5% mientras otros fueron hasta el 4,5% que incluye a las pick-up Hilux, que después del aumento de enero, habían quedado congeladas hasta el mes de junio. Desde este mes, la versión de doble cabina más económica de la camioneta de una tonelada que lidera las ventas en el mercado es de $36.064.000 mientras que la más equipada llegó hasta los $68.812.000.
Lo que refleja este aumento de las camionetas es que no pasa por el impuesto interno y sus nuevos topes sino al aumento de los costos de producción y la necesidad de mantener los márgenes de utilidades de los modelos, porque las camionetas, al igual que los furgones, no pagan ese impuesto que sí afecta a los automóviles y los SUV.
La confirmación llegó con Ford, el otro gran vendedor de pick-ups del mercado, que en las listas de agosto ha incrementado los precios de la gama Ranger entre un 4% y un 7,4%, lo que lleva a la versión más accesible a los $37.600.000 y a la de alta gama a superar la barrera de los 70 millones de pesos con un precio de $71.127.000. En los otros modelos, Ford aplicó incrementos superiores, que van desde el 8 al 11% en distintos modelos.
La tercera marca que es referencia en pick-ups es Volkswagen, aunque en julio tuvo su peor mes producto de la inminencia del lanzamiento de la nueva Amarok que ocurrirá la semana próxima, y por lo tanto vio como los clientes decidieron, con toda razón, esperar a agosto para comprar una unidad cero kilómetro.
A pesar de ello, el viernes 2 de agosto publicaron sus listas de precios para el octavo mes del año, en la que no hay incrementos de precios de Amarok, aunque sí los hay en el resto de los modelos, con aumentos que van desde el 3 al 4,5% dependiendo del equipamiento de las versiones. Es posible que el 6 de agosto se conozcan diferentes precios para la Nueva Amarok, aunque esa es una decisión de estrategia de la compañía en función de la aparición de un nuevo modelo y la posición de los competidores. Fue inteligente esperar una semana para el lanzamiento.
Otras dos marcas también publicaron sus listas de precios en estos primeros dos días hábiles de agosto sin esperar la referencia. Tiene que ver con su participación en el mercado y con la apuesta a sostener aumentos bajos para ganar terreno ante una eventual remarcación de los fabricantes que lideran el mercado.
Renault, que en el segmento de pick-ups medianas es quinto sobre seis marcas, ha decidido mantener los precios con pocos cambios y aplicar un aumento menor al 2% para la línea Alaskan. Sin embargo, la decisión de la marca parece haberse mantenido para todo su portafolio, ya que salvo el modelo más equipado de Kangoo que varió un 5%, el resto tuvo un incremento mínimo o nulo entre julio y agosto.
El caso de General Motors es similar. En camionetas, por el poco volumen de unidades que traen de Brasil, ocupa el sexto puesto en ventas, por lo que decidieron aplicar un 2% a toda la gama S-10. Pero la misma decisión se mantuvo para el Chevrolet Onix, el modelo de acceso, y para el popular Chevrolet Tracker, el SUV que ganó la franja en 2023, sobre los que se aplicó un aumento del 3 al 3,5% en general.