Esta semana murió a los 88 años en Buenos Aires Gerardo López Alonso, “periodista económico, analista internacional y cronista de dos siglos”, como lo evocó el portal Convercom.
“Fue periodista, profesor universitario y consultor de la industria editorial y la comunicación empresarial, especializado en análisis y edición de temas internacionales, principalmente desde el punto de vista político y económico”, recordó el periodista, analista de medios y director de Convercom, José Crettaz.
López Alonso fue un cronista de la realidad local e internacional y viajó extensamente por el mundo. Egresado del colegio Carlos Pellegrini, estudio Economía e Ingeniería en la UBA, en 1971 asistió al curso de la Escuela Nacional de Guerra y participó en seminarios de formación en EEUU, Alemania, Francia y Gran Bretaña.
Pasiones
Sus dos grandes pasiones fueron el periodismo y la docencia. Entre 1956 y 1966 trabajó en el histórico diario La Prensa y en 1967 se sumó a la revista Primera Plana, fundada y dirigida por Jacobo Timerman, donde trabajó, entre otros, con figuras como Tomás Eloy Martínez, Ernesto Schoo, Hermenegildo “Menchi” Sábat, Hugo Gambini, Aída Bortnik y Roberto Aizcorbe.
En 1969 cofundó la revista Mercado, de la que fue secretario de Redacción, director y propietario hasta su venta en 1993, cuando dejó de ejercer el periodismo diario para dedicarse a la docencia universitaria y la consultoría.
Antes, había dejado huella en varios medios, como la agencia Beta Press, de Madrid,; el diario El Cronista; la revista El Arca. Fue director de la revista de negocios IDEA, editada por el Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina y consultor de los diarios El Territorio (Posadas) y el Siglo XXI (Tucumán), además de crear López Alonso Editores, una editora de revistas institucionales y empresariales.
Su larga y rica trayectoria le permitió volcar su experiencia en el libro “1930-1980: Cincuenta años de Historia Argentina (Una cronología básica)”, donde expuso de manera ordenada y a la vez simple y contextualizada el complejo devenir del país.
Como periodista, y en especial entre 1983 y 1993, la mejor época de la revista Mercado, viajó por todo el mundo: América, el oeste y el este europeos, cruzando varias veces en uno y otro sentido el Muro de Berlín, recorrió el Magreb, la entonces Unión Soviética, incluida Siberia, China, Japón, la India, África.
Medio Oriente
Además, anduvo mucho por Medio Oriente (Siria, Yemen, Israel, el Líbano, Jordania, entre otros lugares), donde forjó un conocimiento de primera mano de esa zona tan conflictiva, que se refleja en una columna casi premonitoria publicada hace casi diez años, el lunes 25 de agosto de 2014, en Infobae. De ella reproducimos el inicio, casi profético respecto de los acontecimientos que se están sucediendo en este 2024 en Medio Oriente y, en particular, en Israel y la Franja de Gaza.
Reproducimos aquí los párrafos iniciales e incluimos el vínculo digital a aquel análisis, titulado “Las ojivas letales de Hamas”, de quien fue, como lo recordó Crettaz, “un cronista de dos siglos”.
“Hamas puso fin, unilateralmente, a la tregua acordada con Israel. ¿El argumento? Que el gobierno de Benjamín Netanyahu no había aceptado (en el mínimo lapso de dos días) ninguna de las exigencias planteadas por la organización que controla la Franja de Gaza. En otras palabras, Hamas entiende una tregua, en las que ambas partes pueden exponer sus aspiraciones, como una forma de extorsión: si no cumplís, te vuelvo a atacar, cosa que hizo de inmediato y tuvo la previsible respuesta israelí”.
“Los ataques de Israel en la Franja de Gaza conmueven al mundo. Nadie puede permanecer indiferente ante esta agresión, ni dejar de interrogarse si no habrá otros modos menos letales de resolver un conflicto que, como sabemos todos, lleva muchos años sin solución”.
“Este breve comentario intenta mostrar que quienes formulen esa pregunta tienen razón, pero deberían hablar con Hamas, la organización que cuenta con una rama política y otra de combate, las brigadas Ezzedim al-Kassam. En su accionar de los años recientes, Hamas vino recibiendo apoyo de Irán, la teocracia shiita de los ayatollahs, que de un modo u otro ejerce influencia sobre Irak (país caotizado, con mayoría shiita), Siria (donde gobierna una dictadura perteneciente a una rama del shiismo) y naturalmente sobre Hezballah, la guerrilla fundamentalista shiita libanesa que hostiga a Israel por el Norte y cuya ala política tiene fuerte peso en el gobierno de ese país”.
Y en otro párrafo, más adelante, escribió: “Cada vez que Hamas repite ‘no queremos otra cosa sino la desaparición del estado de Israel’ está lanzando una bomba de destrucción masiva que naturalmente no puede quedar sin respuesta. Desde que los seres humanos deambulamos por la Tierra no hubo arma más letal que las palabras (esto no es nuevo, lo dijo mejor Arthur Koestler). Son las palabras las que conducen a las guerras. Y algunas conllevan tal carga de hostilidad y provocación que no dejan lugar para respuestas que no sean también violentas”.