Preparar el terreno para un escenario con una inflación más baja y que se acerque rápido al 2% mensual que marca desde enero en crawling peg y mostrar al mercado que tiene de dónde sacar los dólares para pagar los vencimientos hasta enero de 2026, son los dos mensajes principales que el Gobierno bajó al mercado en los últimos días, y que incluso para asegurar esas dos metas correrá de lado en el listado de prioridades otras como el levantamiento del cepo cambiario o el apuro de un acuerdo nuevo con el FMI, un proceso que todavía ni siquiera arrancó de manera formal.
Para eso, el equipo económico aseveró al mercado que está dispuesto a mantener la restricción a la emisión de pesos para que haya menos presión sobre los dólares financieros -o que incluso bajen más- y que, además, la puesta en marcha de las medidas del paquete fiscal agregará oferta sobre los dólares financieros, lo que les pondría un techo para las próximas semanas.
Quienes asistieron a la última reunión del equipo económico con los ejecutivos de Alycs (sociedades de Bolsa autorizadas por la Comisión Nacional de Valores para operar con títulos de renta fija -bonos- y variable -acciones-) se fueron con el mensaje de que el ancla fiscal seguirá vigente, que en julio dejará de mostrar superávit financiero y que en agosto lo retomará; y que la inflación (posiblemente en primer lugar la núcleo o la mayorista) se acercará al 2% mensual que tiene el crawling peg del dólar oficial.
Esas son las características de la fase 2 del plan económico que acompañan al cierre de los grifos de emisión de pesos. Para poder llevarlo adelante cedería otros aspectos, entre otros el de la acumulación de reservas, que terminaron julio con ventas netas y que transita un tercer trimestre con perspectiva de una caída mayor.
Quienes asistieron a la última reunión del equipo económico se fueron con el mensaje de que el ancla fiscal seguirá vigente
Con todo, en el equipo económico creen que hay argumentos para pensar que los dólares paralelos encontraron un techo y que algunos elementos podrían hacerlo bajar más (según algunos operadores del mercado, se planteó un precio de referencia de 1.100 pesos).
Con más personas vendiendo contado con liquidación y MEP (por empresas o individuos que quieran para pagar los anticipos previstos en la moratoria impositiva, por ejemplo), junto con la posibilidad de intervenir con dólares comprados a los exportadores, el Gobierno les dejó claro a los ejecutivos del mercado que sostendrán el esquema cambiario y monetario actual y que no tiene previsto levantar el cepo cambiario hasta tanto no haya alineado la inflación y el crawling peg.
Las dudas que persisten entre los inversores tienen que ver con conocer si la inflación va efectivamente a desplomarse con la velocidad que espera el equipo económico y si la caída de reservas no dejará en una posición de debilidad financiera al Gobierno en lo sucesivo.
Cómo seguirá la Fase 2
Para Fundación Capital, por ejemplo, “el tiempo de acelerar el crawling peg (del 2% al 4%) o de modificar el dólar blend (al 90% oficial / 10% CCL) quedó en el pasado, cuando había una coyuntura financiera más favorable. Hoy, no sólo existe mayor volatilidad, sino que las autoridades ratificaron el ritmo de deslizamiento del tipo de cambio del 2% mensual y el 80/20 del dólar blend”.
Se desaprovechó la oportunidad el 28 de junio de mostrar un sendero secuencial para ir saliendo del cepo, desarmando las restricciones, de menor a mayor (Fundación Capital)
“Además, se desaprovechó la oportunidad el 28 de junio de mostrar un sendero secuencial para ir saliendo del cepo, desarmando las restricciones, de menor a mayor (como ser: parking, FAE en algunas limitaciones particulares, restricción cruzada CCL/MLC, etc) con un cronograma que permita anclar expectativas, además de acotar incertidumbre en referencia a cómo se sale del cepo”, continuó el análisis de la entidad que fundó Martín Redrado.
“En este contexto, se puede actuar del lado de los pesos, adoptando una política monetaria más restrictiva, con tipos de interés positivos en términos reales para que los ahorristas demanden pesos y la exportación no se financie en moneda doméstica, postergando las liquidaciones”, destacó Fundación Capital.
La negociación con el Fondo Monetario Internacional parece haberse enfriado y dejó de ser una prioridad para el equipo económico.
Según se comenta en los despachos oficiales, más allá del ida y vuelta habitual entre Buenos Aires y Washington, las conversaciones formales hacia un acuerdo nuevo no comenzaron aún y no tienen fecha de inicio prevista.
Sobrevuela la pregunta sobre si el Gobierno espera, en realidad, un cambio de autoridades en la Casa Blanca antes de volver a insistir con un apoyo financiero desde el FMI.
Sobrevuela la pregunta sobre si el Gobierno espera, en realidad, un cambio de autoridades en la Casa Blanca antes de volver a insistir con un apoyo financiero desde el FMI
En ese sentido, Fundación Mediterránea consideró sobre un avance concreto con el organismo que “se percibe que el gobierno preferiría esperar a noviembre, cuando se realicen las elecciones en los Estados Unidos”. “La apuesta sería que un eventual triunfo de Trump pueda forzar reglas al interior del FMI, tanto para el límite de acceso a fondos frescos como para el recetario de instrumentos”.
“Sin embargo, con la decisión de intervenir en el mercado cambiario partiendo de una situación de reservas netas negativas, los tiempos se han acelerado, y noviembre puede quedar demasiado lejos. El tema es que un eventual acuerdo con el FMI bajo las condiciones presentes sería asociado con las recientes recomendaciones del staff en materia de política cambiaria, en la vereda opuesta de la que está aplicando el gobierno”, arriesgó ese centro de estudios con sede en Córdoba.
Otros análisis de mercado hacen hincapié en el frente de las reservas. “Hacia adelante, su desempeño debería empeorar, dado que la estacionalidad de las importaciones y exportaciones continuará jugando en contra de la acumulación de dólares. Cabe recordar que, en años con cepo, suele vender reservas en el tercer trimestre. Al haber flexibilizado el acceso al mercado oficial para más de 60% de las importaciones, se agregó mayor presión entre septiembre y noviembre”, estimaron los analistas de Portfolio Personal Inversiones.
“En un contexto que ya no hay flujo excedente para que el BCRA compre, sus ventas serían cada vez mayores si la oferta no aumenta en línea con la demanda”, apuntó PPI.
Y planteó: “La pregunta del millón es por qué el BCRA vuelve más desfavorable para sí mismo la dinámica del mercado oficial. Si bien flexibilizar el acceso de los importadores es una medida apoyada por el FMI, implicaría un riesgo para las reservas netas. ¿Habrá un as bajo la manga que no lo deje en tan incómoda posición?”.
Según se comenta en los despachos oficiales, más allá del ida y vuelta habitual con el FMI, las conversaciones formales hacia un acuerdo nuevo no comenzaron aún y no tienen fecha de inicio prevista
Inviú, en tanto, destacó que el mercado le cree al Gobierno su voluntad de pago de la deuda, pero que “en el proceso de intentar alinear variables como la inflación a la baja y el superávit, se descuidan otros aspectos importantes como la acumulación reservas, el riesgo país y la actividad económica. Es evidente que lograr el equilibrio deseado es un desafío considerable, especialmente en una economía que ha heredado múltiples desequilibrios macroeconómicos”, mencionaron desde esa consultora.
Otra pregunta razonable que se hacen las consultoras, en caso de que algunas cuestiones como la de reservas y control sobre los dólares paralelos se le compliquen al Gobierno, es cómo reaccionaría el equipo económico: con un reajuste de los controles, una marcha atrás o con un intento de avanzar igual por la dirección en que ya transita el plan económico.
“En caso de que la situación se torne más compleja, no creemos que el gobierno se aferre al control de cambios y retrase las desregulaciones y otras medidas promercado. En este escenario pesimista, que no consideramos como el principal, el Gobierno podría buscar una unificación más ‘desordenada’ del mercado cambiario sin muchas otras opciones”, aseguraron desde Inviú. “
A pesar de la desorganización inicial, esta medida sería positiva para la actividad económica y los activos financieros a largo plazo, pero generaría incertidumbre política de corto plazo”, concluyeron los analistas de la entidad financiera.