La inflación sigue dando señales claras de desaceleración, pero el hecho de que los precios avancen a menor ritmo no quiere decir que no sigan aumentando. En ese contexto, los ahorristas e inversores argentinos entienden que dejar el dinero quieto no es una buena decisión.
Con el fin de cuidar el poder adquisitivo y, por qué no, generar alguna ganancia real, miles de ahorristas argentinos se dividen todos los meses entre dos alternativas bien definidas: el dólar o los plazos fijos. ¿Cuál es la mejor? La respuesta varía mes a mes, dependiendo del contexto económico.
Para analizar lo ocurrido particularmente en el mes de julio, es necesario tener en cuenta varios parámetros, como la tasa de interés, la evolución de la cotización del dólar y el momento de operación. Para simplificar la comparación, se tomó en consideración el caso de un ahorrista con $100.000 a su disposición que invirtió el primer día hábil del mes (1° de julio) y cerró su inversión el último día hábil (miércoles 31).
Comenzando por el dólar, los datos históricos de la evolución del tipo de cambio indican que, al comenzar el séptimo mes del año, el dólar libre se vendía en las calles a $1.430. Por lo tanto, con el ahorro de $100 mil el inversor tomado como ejemplo pudo comprar prácticamente USD 70. Al final del mes, el ahorrista se encontró con un valor de $1.370, por lo que obtuvo un retorno de $95.900.
En síntesis, comprando a principio de mes y vendiendo al final de julio, las personas que apostaron al dólar sufrieron una pérdida del 4,1%. A eso se debe sumar, por supuesto, el poder adquisitivo perdido por el avance de la inflación. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) del séptimo mes del año se dará a conocer recién el próximo 14 de agosto.
Claro está, que normalmente los inversores que apuestan por el dólar lo hacen pensando en períodos de inversión más largos, pero a fin de comparar el rendimiento de las diferentes alternativas de inversión, es válido suponer que la venta se realiza en un período de sólo 30 días.
En lo que respecta a los plazos fijos, se debe considerar que a comienzos de mes la tasa de referencia era del 40% y la mayoría de los bancos ofrecían tasas de rendimiento anual por debajo de ese valor. El Banco Nación, por ejemplo, ofrecía a sus clientes una tasa de interés del 37% (confeccionando el plazo fijo por medios electrónicos). Así, si el inversor depositó los $100.000 el primer día hábil de julio, al finalizar el mes obtuvo un retorno de $103.041, conformado por los $100 mil iniciales, más un interés de $3.041. Eso significa que en el transcurso del mes obtuvo un rendimiento de 3%. Habrá que esperar a conocer el dato de inflación para saber si ese porcentaje fue lo suficientemente alto para ganarle al avance de los precios.
Otra alternativa de inversión es el plazo fijo en UVA, una opción que prácticamente garantiza no quedar por debajo de la inflación, dado que el instrumento ofrece un rendimiento equivalente al avance de las Unidades de Valor Adquisitivo. En este caso, las UVA avanzaron de $1.042,74 por unidad el 1° de julio a $1.090,82 el día 31, lo que significa que se valorizaron un 4,80%. Así, si el inversor hubiera elegido esa alternativa, habría obtenido un retorno de $4.800 para sumar a los $100.000 de capital inicial.
En resumen, comparando los tres métodos de inversión, se deduce que la mejor alternativa en julio fue el plazo fijo en UVAs, con un rendimiento total del 4,8%. En segundo lugar aparece el plazo fijo tradicional, con 3% de interés logrado y en el último figura el dólar libre, que no sólo no dejó ganancia a los inversores sino que además les generó pérdida.