Los argentinos duplicaron en los últimos dos meses sus gastos con tarjeta con proveedores del exterior, en el marco del atraso en el precio del dólar oficial, que en lo que va del año sube un 15,4%, contra una inflación acumulada de más del 80%, y la vuelta de los tour de compras en países limítrofes.
Según el Balance Cambiario del BCRA, durante el primer semestre del 2024 se pagaron USD 3.440 millones a través del rubro “viajes, pasajes y otros pagos con tarjeta”. El ingreso por esa misma cuenta fue de USD 1.300 millones, por lo que se registró una salida neta de divisas de USD 2.140 millones.
Con este panorama de paulatino incremento de gastos efectuados por los argentinos en el exterior, después de la devaluación de diciembre de 2023, vale preguntarse cómo conviene pagar las vacaciones o consumos en moneda extranjera y sacar ventaja de la brecha cambiaria.
El dólar turista para consumos con proveedores del exterior se paga este miércoles a $1.554 en el promedio de bancos con una carga tributaria del 60 por ciento. Este valor es hoy unos 194 pesos o un 14,2% más caro que el dólar libre, a 1.360 pesos para la venta, y 21,9% más caro que el dólar MEP, a 1.275 pesos.
Según esta brecha, parecería más ventajoso el cancelar los vencimientos en moneda extranjera de la tarjeta con divisas extraídas de la caja de ahorro en dólares que hacerlo con tarjeta. O bien depositar dólares en efectivo para cubrir las erogaciones a crédito.
No obstante, debido a la eventual devolución del 30% percibido como adelanto del impuesto a las Ganancias para estos consumos, la alternativa del pago tarjeta se vuelve más competitiva. Veamos:
Las percepciones aplicadas al dólar turista encarecen los viajes y gastos con tarjetas en el exterior. Pero sobre estas cargas se podrán pedir las devoluciones correspondientes a partir del 1° de enero de 2025. En este sentido, hay que poner la lupa en la tasa de inflación que inevitablemente redundará en una importante pérdida real al momento del reintegro de lo tributado.
Por ejemplo, si se consume por USD 1.000 en el exterior, se pagan de tarjeta $1.554.000 al vencimiento de este 15 de agosto, de los cuales, un 30% o 291.330 pesos corresponden a impuestos que se les pueden reclamar a la AFIP una vez concluido el período fiscal anual.
Si se supone –en base al Relevamiento de Expectativas de Mercado, REM, del BCRA– una inflación del 24,7% acumulada para los próximos cinco meses –hasta el momento de hacerse efectiva la devolución de los impuestos pagados por adelantado por pagos a proveedores del exterior–, esta representaría a precios presentes el 75,3% de lo pagado seis meses atrás. Por lo tanto, el reintegro de esos 291.330 pesos por el 30% de Ganancias equivaldría a solo 219.371 pesos a precios de hoy.
Si a los $1.554.000 del pago de tarjeta se le descuentan esos $219.371, resulta en el mejor de los casos en un desembolso “real” de $1.334.629 por USD 1.000, es decir un tipo de cambio teórico de $1.334,63 que sigue siendo inferior a los $1.360 del dólar libre, aunque es más caro que el MEP, en los 1.275 pesos.
Por lo tanto, en el presente, la alternativa de pagar los consumos con proveedores en el exterior con dólar MEP es la más económica.
Más flexibilidad para operar MEP
El Banco Central informó la semana pasada sobre nuevos progresos en la liberalización del mercado cambiario. Este avance se enmarca en el proceso de reducción y flexibilización de las regulaciones para acceder al mercado de divisas.
A partir del jueves pasado, las personas que recibieron ayudas estatales durante la pandemia o que tienen subsidios en los servicios públicos pueden comprar dólares en el mercado financiero utilizando las cotizaciones MEP (Mercado Electrónico de Pagos) y “contado con liquidación”.
En ese sentido, las personas que antes estaban restringidas en el acceso a los dólares financieros y que ahora podrán cambiar sus pesos sin inconvenientes son:
- Beneficiarios de subsidios en tarifas de suministro de gas natural y/o energía eléctrica, obtenidos por solicitud o de manera automática, y/o subsidios en tarifas de agua potable.
- Aquellos que cobraron su sueldo a través del programa ATP durante la pandemia, así como los directivos y accionistas de las empresas que recibieron dicho apoyo.
- Personas que recibieron el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) del Estado.
- Personas con créditos a tasa cero hasta la finalización de las cuotas.
- Beneficiarios de Planes Sociales, incluyendo a quienes reciben la Asignación Universal por Hijo (AUH), la Tarjeta Alimentar, Potenciar Trabajo, entre otros.
- Personas que no cuentan con ingresos estables.
- Titulares de tarjetas de crédito que fueron refinanciadas.
- Titulares de Créditos UVA.
- Titulares de cuentas compartidas y cuentas que podrían ser consideradas sospechosas.