El Gobierno flexibilizó trabas al dólar y busca demostrar al mercado que su plan no es “cepo-dependiente”

El mensaje apunta a acallar las críticas al modelo económico y despejar las dudas respecto a la estrategia de emisión cero, que mella la capacidad de acumular reservas

El ministro de Economía, Luis Caputo, visitó ayer la Exposición Rural de Palermo (Maximiliano Luna)

Con contundente mensaje para el mercado, ratificando que el Gobierno busca la eliminación total del cepo cambiario, el Banco Central anunció a última hora de ayer una serie de cambios a la normativa cambiaria vigente que terminan por flexibilizar las restricciones para importadores, exportadores de servicios y también todos aquellos individuos con condicionamientos para acceder al dólar.

De acuerdo al comunicado de la autoridad monetaria, se dio así “un nuevo paso en el proceso de remover y flexibilizar las regulaciones de acceso al mercado de cambios, que tiene como objetivo final la eliminación total de las restricciones”. La frase no es casual y apunta a contradecir las críticas que recaen sobre el ministro de Economía, Luis Caputo, que aseguran que su plan es “cepo dependiente” y que el funcionario “se enamoró” de las restricciones.

Al mismo tiempo busca despejar la principal duda instalada en el mercado tras el anuncio del plan de emisión cero, que muchos leyeron como el alejamiento de la salida del cepo dada la menor acumulación de reservas. Pero el enfoque del equipo económico es diferente: pone el acento en el flujo de pesos y, tras migrar definitivamente ayer los pasivos remunerados del BCRA al Tesoro, buscó enviar una señal al mercado que la Fase 2 del plan implica acercarse al fin de los controles cambiarios y no alejarse. Esto a pesar de que, al menos por ahora, la primera opción que era obtener fondos frescos para fortalecer reservas y eliminar con ese respaldo las restricciones, no está disponible por el momento.

Con la flexibilización de las normas cambiarias, el Gobierno quiere despejar las dudas instaladas en el mercado tras el anuncio del plan de emisión cero, que muchos leyeron como el alejamiento de la salida del cepo dada la menor acumulación de reservas

Lo concreto es que, según se anunció, el directorio del BCRA decidió acortar los plazos para las empresas que accedan al Mercado Libre de Cambios (MLC) para pagar importaciones, también subir el monto que los exportadores de servicios no están obligados a liquidar en el mercado oficial -hasta ahora de USD 12.000 anuales- y permitir que las personas que habían recibido alguna ayuda por parte del Estado durante la pandemia o que se benefician con subsidios a los consumos de servicios públicos puedan realizar operaciones cambiarias a través de títulos valores en moneda extranjera.

Esas medidas implicarán una mayor exigencia sobre la demanda de divisas del Banco Central pero lo cierto es que en el equipo económico apuestan a los ingresos que puede aportar el blanqueo y, eventualmente, algún organismo multilateral, incluso el propio FMI cuando se alcance el ineludible acuerdo. Nada excepcional pero tal vez suficiente para el nuevo abordaje cambiario y monetario. De hecho, a diferencia de la decisión de intervenir en los mercados paralelos del dólar, estas flexibilizaciones se inscriben en la línea de las exigencias del Fondo Monetario. Al menos Caputo podrá mostrarle esta señal de buena voluntad a la directora del FMI, Kristalina Georgieva, cuando se la cruce en Río de Janeiro en el marco de la reunión de ministros de Finanzas del G-20.

“Es una buena señal, dejen de buscarle la vuelta. Si fue el mejor timing o no, lo sabremos mañana (por hoy) cuando abra el mercado”, apuntó uno de los traders más activos en redes sociales, Leandro Zicarelli.

Caputo podrá mostrarle a la directora del FMI, Kristalina Georgieva, los avances en la eliminación del cepo cuando se encuentren en el G-20

El primer capítulo de las medidas anunciadas ayer está destinado a los importadores. Es el más importante en términos macroeconómicos y también por su impacto en las cuentas del Banco Central. Concretamente, acortó en 30 días los plazos para el pago de una serie de importaciones que originalmente se pagaban a 180 días y luego pasaron a 120 días, lo que redunda en una reducción del costo financiero. Los bienes suntuarios y los autos terminados se abonarán, a partir del 1° de agosto, en un plazo de acceso al MLC a partir de los 90 días en tanto que los productos que hoy se pagan con un esquema de cuatro cuotas por un monto equivalente al 25% del valor a partir del 1º de agosto, tendrán acceso al mercado oficial para pagarse en dos cuotas. Este grupo representa más de la mitad del total de las importaciones.

Esta medida, aseguró la entidad, tiene un doble efecto positivo: contribuye a la reactivación de la economía porque permite a las empresas afrontar menos carga financiera y reduce el traslado a precios del mayor costo asociado a la calendarización vigente, que obligaba a aquellas empresas que no obtenían financiamiento comercial de sus proveedores a pagarles a través del mercado de cambios paralelo. En tanto, los bienes vinculados a la energía se pagan al contado; los productos farmacéuticos, otros bienes relacionados con la atención de la salud, fertilizantes, productos fitosanitarios destinados a su elaboración local, productos de la canasta básica de consumo e importaciones oficializadas por MiPyMEs tienen acceso al MLC a los 30 días desde el registro de ingreso aduanero, términos que se mantendrán.

Entre las decisiones adoptadas ayer por el Central, también se amplió el monto exceptuado de liquidación de las exportaciones de servicios de las personas humanas residentes, que podrán ahora cobrar hasta USD 24.000 por año en sus cuentas locales en dólares. Finalmente, se resolvió también remover las restricciones para acceder a las operaciones de dólar MEP y CCL que tenían individuos por haber recibido ayuda en la pandemia o recibir subsidios actualmente.

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