Podía fallar pero el viejo truco, al menos ayer, funcionó. Los dichos del presidente Javier Milei el viernes a última hora al cierre de una semana relativamente tensa en los mercados contribuyeron a mejorar el clima entre los inversores con tenencia de deuda argentina. La frase mágica, “nosotros pagamos como sea”, tuvo real eficacia cuando la completó con la eventual disponibilidad de líneas de crédito REPO para garantizar ya no sólo el pago de intereses de los bonos que vencen en enero próximo -que ya estaba asegurado- sino también el capital. En ese punto, los acreedores empezaron a prestar atención.
Preocupados porque el nuevo plan monetario, la fase 2 del ministro de Economía, Luis Caputo, implica gastar la mayor parte de las reservas que compra para intervenir en la brecha cambiaria con el argumento de no emitir más pesos y apagar así definitivamente la maquinita, los bonos de la deuda pública anotaron fuertes bajas durante las últimas semanas. Ese mal humor se disipó ayer, en un contexto internacional que también colaboró. La renuncia de Joe Biden a la carrera presidencial en los Estados Unidos fue bien recibida en el mercado y los activos argentinos dejaron de sufrir.
Los bonos en dólares marcaron alzas que en el caso del AL30 alcanzaron 3,5% mientras que las acciones mejoraron 1,4% en la plazo local y hasta 3,7% aquellas que cotizan en Wall Street.
En esa recuperación, el Gobierno contó con la inestimable y también imprevista ayuda del diputado kirchnerista Sergio Palazzo, quien difundió su inquietud por los movimientos con el oro de las reservas del Banco Central. Sin dar demasiados detalles, el propio Caputo confirmó que se había hecho una operación para maximizar el rendimiento del metal, equivalente a unos USD 4.600 millones, lo que ayudó a reafirmar y brindar mayor credibilidad a las negociaciones por el REPO comentada a la pasada en un reportaje por streaming por el primer mandatario.
De esa manera, el malestar de los acreedores que comenzó con las dudas por la disponibilidad de dólares del Gobierno para afrontar los próximos vencimientos de deuda y que no logró ser despejado con el anuncio de Caputo de que los fondos para el pago de los intereses ya estaban “separados” en una cuenta, empezó a ceder en la medida que se reafirmaron los trascendidos sobre la negociación que, según fuentes oficiales confirmaron a Infobae, involucra un acuerdo con entidades internacionales por USD 2.800 millones.
En ese esquema, aunque ningún vocero oficial lo confirmó, el oro -al menos una parte del total- podría ser el “colateral” de la operación, es decir, la garantía. “Volaron en torno a 2%. El fin de semana se confirmó que se envió el oro del BCRA a Londres. Sumado a ello, Milei dijo en su entrevista que ya tienen los REPO para asegurar los pagos de 2025. Por lo tanto, la operación con el oro tiene todo el sentido del mundo. Los bonos comenzaron con una suba tímida y fueron aumentando hacia el final de la rueda”, sintetizaron la jornada desde el Grupo IEB.
Esa misma mirada sostuvo otro experimentado trader, quien consideró que “cayó muy bien al inversor” la garantía de que se va a pagar la deuda aunque reconoció que no está claro cómo se va a conformar esa operación, si con garantía de nuevos bonos o con el oro. Pero lo cierto es que no importa tanto, el mensaje del Gobierno llegó. “Lo importante es que el inversor recibió la garantía de que se va a pagar”, agregó.
“Lo único que tenemos que garantizar son los intereses. Nosotros ya tenemos armadas las repo para el año que viene, por si nosotros queremos salir al mercado y no conseguimos para ‘rollear’, tenemos la repo para cubrir. Es decir, nosotros pagamos como sea”, fueron los dichos del Presidente que empezaron a marcar, tal vez, el punto de inflexión del mal humor en el mercado.