Colosos de acero: 3 edificios icónicos de Nueva York y sus réplicas en la arquitectura porteña

Son construcciones que desafían el tiempo y las condiciones del suelo y el viento en Manhattan, la isla más famosa del mundo. En CABA se erigieron obras similares, como posibles imitaciones

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El edificio Flatiron, el más
El edificio Flatiron, el más antiguo de los que se construyeron con un esqueleto de acero. Data de 1902 y está en Nueva York

En materia de avances en construcción, los esqueletos de acero permitieron desafiar el tiempo, el suelo y el clima. Desde hace cerca de 100 años, Nueva York alberga tres de los edificios más icónicos del mundo. No solo son famosos y fotografiados, sino que también fueron escenarios de cientos de películas y anuncios publicitarios.

En 1933, ¿dónde se sentiría más seguro un gorila gigante traído a Nueva York desde una isla remota que escapa de sus captores? En la cima del Empire State, por supuesto. Esta pregunta y su respuesta fueron planteadas por Merian Cooper y Ernest Schoedsack, directores de King Kong, la primera película de la saga. El Empire State había sido inaugurado dos años antes, tras 410 días de construcción acelerada, que comenzaron en 1930 luego del anuncio de la obra, en agosto de 1929. La belleza externa de su estilo Art Decó se eleva a más de 443 metros de altura y cuenta con 102 pisos, algo inaudito para ese tiempo.

Esta revolución arquitectónica permitió desafiar las alturas gracias al acero, material que dio forma a una de las siete maravillas del mundo moderno y fue declarada monumento histórico nacional de Estados Unidos en 1986, hace ya 38 años.

El Empire State Building, otra
El Empire State Building, otra icónica edificación que también trascendió por la película King Kong

“El acero tiene cualidades que permiten superar desafíos estructurales gracias a su resistencia y otras características intrínsecas, haciendo que sea insustituible en la construcción”, explicó Carlos Vaccaro, director ejecutivo de la Cámara Argentina del Acero (CAA), a Infobae.

Un año después de la inauguración del emblemático Empire State, en Buenos Aires la Sociedad Anónima Financiera y Comercial (Safico) contrató al ingeniero suizo Walter Moll para levantar un rascacielos en Corrientes al 400, siguiendo las líneas arquitectónicas del gigante neoyorquino. El Edificio Safico, inaugurado en 1934, se destinó inicialmente a viviendas. Su estructura de acero se utilizó en las columnas internas y en sus portentosos ascensores modernistas.

Imagen del edificio Safico en
Imagen del edificio Safico en blanco y negro, cuando se imponía en la Avenida Corrientes por la década del ´40

En su célebre departamento 321, que ocupa los últimos tres pisos, vivió el poeta Pablo Neruda. Sus 25 pisos, que se elevan a 90 metros, hoy albergan agencias de noticias y empresas Pyme.

Génesis

Antes del Empire State, el edificio más alto de Nueva York era el Chrysler, inaugurado en mayo de 1930. De 319 metros de altura y diseñado por el magnate automovilístico Walter P. Chrysler, también sigue los lineamientos del Art Decó y fue construido con 21.000 toneladas de vigas de acero y más de 400.000 remaches.

El edificio Chrysler en Nueva
El edificio Chrysler en Nueva York con diseño inspirado en el automóvil, con adornos de carrocería, guardabarros y águilas que representan la marca

El Chrysler servía como símbolo de poder y su diseño está inspirado en el automóvil, con adornos de carrocería, guardabarros y águilas que representan la marca. Buenos Aires también tuvo su versión, conocida como el Palacio Alcorta, originalmente el “Palacio Chrysler”. Sobre Avenida Figueroa Alcorta al 3300, esta construcción del barrio Palermo Chico se inauguró en 1928 y fue diseñada como una pista circular de prueba de vehículos.

Casi centenario: Palacio Alcorta, originalmente
Casi centenario: Palacio Alcorta, originalmente el “Palacio Chrysler”. Ubicado en Avenida Figueroa Alcorta al 3300

En plancha

Por levantarse en esquinas o en terrenos que obligan a que extremar la imaginación para obtener el máximo rendimiento edilicio surgieron los edificios triangulares o “plancha”, émulos de un verdadero desafío que los arquitectos Daniel Burnham y Frederick Dinkelberg pudieron concretar en Nueva York en 1902 cuando dieron a luz el edificio Flatiron, también llamado Fuller, una construcción histórica de 22 pisos y 86,9 metros de altura en el 175 de la Quinta Avenida.

Para la edificación del Flatiron ubicado en la Gran Manzana neoyorquina se utilizó un sistema de martillo neumático para acelerar y eficientizar el uso del acero

El Flatiron porteño, conocido como el Edificio Somisa, fue diseñado por el arquitecto Mario Roberto Álvarez y se encuentra en Diagonal Sur y Belgrano. Esta construcción, hecha completamente con acero argentino, fue innovadora por utilizar soldaduras en su armado.

El edificio Somisa está en
El edificio Somisa está en la Avenida Julio A. Roca 782 (también llamada Diagonal Sur). Se caracteriza por su estilo "en plancha o triangular"

Características

Los edificios Empire State, Chrysler y Flatiron son emblemáticos en Nueva York por diversas razones, destacando el papel crucial del acero en su construcción y durabilidad. El Empire State utiliza una avanzada estructura de acero revestida en piedra caliza, lo que le permite soportar grandes cargas y resistir vientos fuertes.

El acero inoxidable del Chrysler no sólo mejora su apariencia estética con su brillo característico, sino que también asegura durabilidad. Por su parte, el Flatiron posee un esqueleto estructural 100% de acero, esencial para sostener su peculiar forma y distribuir eficientemente su peso.

El Flatiron tiene 86,9 metros
El Flatiron tiene 86,9 metros de altura y está sobre la Quinta Avenida en Nueva York

El edificio Safico en Buenos Aires guarda similitudes con el Empire State en su uso del acero. Este material se utiliza en las columnas internas y en los ascensores modernistas y refleja una conexión de diseño y estructura, aunque el Safico se destinó inicialmente a viviendas y el Empire State se diseñó como un edificio de oficinas.

El SAFICO, sobre la Avenida
El SAFICO, sobre la Avenida Corrientes al 400, nació como un inmueble de viviendas y con el tiempo se re convirtió en oficinas

El Palacio Alcorta mostró un uso innovador en la arquitectura porteña. La capacidad del acero para soportar cargas pesadas permitió crear espacios interiores amplios y abiertos, adaptados a las necesidades de la época. Esta técnica de construcción rápida y eficiente tuvo un impacto significativo en la arquitectura porteña, al destacar la versatilidad y resistencia del acero.

Actualmente en la construcción ubicada en Palermo hay varios lofts en venta o en alquiler. Las viviendas para la compra venta oscilan entre USD 175.000 y USD 600.000 y hay unidades en locación temporaria que van entre USD 600 y USD 1.800 al mes.

En el Safico hay oficinas que tienen desde 30 a 150 metros cuadrados y según características y ubicación los valores de alquiler van desde USD 8 hasta USD 14 por metro cuadrado.

Técnicas

La construcción del edificio Somisa en Buenos Aires, donde hoy funciona la sede de la Jefatura de Gabinete del Gobierno porteño, hecho completamente en acero argentino, afrontó el desafío de implementar técnicas modernas de construcción con ese material, asegurando estándares de resistencia estructural y seguridad.

Comparado con el Flatiron neoyorquino, el Somisa refleja un diseño estético y estructural similar, demostrando la capacidad de Argentina para desarrollar y utilizar sus propios recursos en la construcción de rascacielos.

Vista noctura en donde se
Vista noctura en donde se impone el remate del edificio Chrysler en la isla más famosa del mundo

El uso del acero en construcciones como el Empire State y el Somisa demostró ser una opción duradera y resistente.

En Argentina hoy el costo para edificar con estructuras de acero promedia entre USD 900 y USD 1.000 por m2.

“El acero resiste compresión y tensión, soportando suelo, techo y paredes. Además, es reciclable infinitamente, amigable con el ambiente y reduce la huella de carbono. Las tecnologías actuales mejoraron eficiencia, rapidez y sustentabilidad, optimizando materiales y reduciendo costos y desperdicios”, concluyó Vaccaro.

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