Aunque todavía resta saber qué sucederá hoy, el balance de la semana financiera para el Gobierno dejó algunas señales favorables y otras no tanto. Los anuncios realizados el fin de semana por el ministro de Economía lograron frenar la escalada de los dólares financieros y hacerlos retroceder al menos parcialmente. La otra noticia positiva fue el acuerdo con los bancos para desarmar los puts. La mayoría aceptó y lo que resta sería incluido en las próximas horas.
Además, el próximo lunes se instrumentará la cancelación de los pasivos remunerados del Central. Los bancos pasarán a colocar esa liquidez en un nuevo título emitido por el Tesoro, las Letras Fiscales de Liquidez, cuyas condiciones de emisión fueron dadas a conocer ayer. De esta forma, se elimina la última canilla de emisión monetaria, que era la remuneración de pasivos.
En un contexto negativo en los últimos días para los mercados globales, al menos la reacción del mercado cambiario estuvo dentro de lo esperado. Todos los dólares financieros están operando por debajo de los máximos de la semana pasada.
El contado con liquidación y el MEP operaron ayer con leves alzas y terminaron en levemente por encima de $ 1.320. La intención del equipo económico es que sigan cayendo hasta acercarse a la zona de $ 1.100, lo que achicaría la brecha cambiaria a niveles mínimos.
Se supone que estas medidas acercan la posibilidad de una salida del cepo cambiario, aunque todavía hay un escollo que parece insalvable: el escaso poder de fuego del Central.
Tras los pagos de las últimas dos semanas, las reservas netas volvieron a niveles negativos y esta caída se profundizaría en los próximos meses, ante compromisos ya asumidos por el Gobierno. Entre ellos, figura el anuncio de asegurar el pago en dólares a bonistas de enero próximo, que provocará una merma adicional del stock en poder del Central.
En el mercado muchos se empiezan a preguntar si existe algún plan para que organismos multilaterales o alguna otra institución salgan a prestarle a la Argentina para salir de esta situación tan compleja.
Caputo anunció hace algunas semanas que empezó el tiempo de las tasas reales posltivas, al haber finalizado el proceso de licuación de pasivos del Central. Pero no está claro aún si esos rendimientos positivos para los inversores llegarán de la mano de una baja de tasas o, mucho mejor, por el impacto de una desaceleración más fuerte de la inflación
Mientras tanto, la liberación de restricciones cambiarias solo se hará de manera muy gradual. Se apostará a la política de “emisión cero”, que en la práctica significa que dejará de aumentar la base monetaria amplia. El Presidente considera que se trata de una muy poderosa para bajar fuertemente la inflación en los próximos meses.
Otra de las grandes preguntas que por ahora no tiene respuesta es cómo logrará Caputo ir a tasas positivas para generar más incentivo a los inversores a quedarse en pesos en vez de correr contra el dólar.
Por ahora, la expectativa es que tanto las tasas de la nueva Lefi como de las Lecap permanezcan en los niveles actuales. Y si hay un aumento definido por el Tesoro que sea muy marginal.
En realidad, se está apuntando a rendimientos positivos para seducir a los ahorristas pero que sea por una baja del nivel de inflación.
La apuesta podría salir bien, si se tiene en cuenta que el dato de inflación de este mes mostraría una reducción significativa. Las proyecciones de consultoras indican que podría ubicarse en torno al 4%, pero desde el BCRA arriesgaron que incluso podría estar en niveles de 3,7%.
Hubo dos factores que podrían demorar un poco ese descenso: en julio se registró una prolongada ola polar que impactó sobre todo en los precios de las verduras. Y la suba de los dólares financieros de la primera quincena también habrían tenido su efecto sobre algunos productos, como bienes durables.
Hoy la tasa de Lecap se ubica en 3,3% mensual para el plazo más corto y sigue levemente por debajo de la inflación. Por eso, la evolución semanal de precios pasó a ser un dato clave. En la medida que se confirme la desaceleración caen las chances de un incremento de rendimientos en pesos significativo.