Cómo sigue el plan de Milei y Caputo si con la “emisión cero” se logra eliminar la brecha cambiaria

Bajo este esquema, sin diferencia en las cotizaciones oficial y paralela, el Banco Central dejaría de acumular reservas. “Se pueden comprar de otra manera”, aseguran en el Gobierno

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Foto de archivo - El ministro de Economía argentino, Luis Caputo, durante una conferencia de prensa en Buenos Aires, Argentina. Ene 10, 2024. REUTERS/Matias Baglietto
Foto de archivo - El ministro de Economía argentino, Luis Caputo, durante una conferencia de prensa en Buenos Aires, Argentina. Ene 10, 2024. REUTERS/Matias Baglietto

El nuevo plan oficial de emisión cero acaba de arrancar y, a pesar de que se descarta que haya habido intervención en el día del debut, el dólar financiero marcó una caída de 8% en promedio lo que preanuncia el efecto que tendrá una vez puesto en práctica el esquema de venta de dólares por parte del Banco Central para absorber los pesos emitidos para comprar esas divisas a los exportadores. La velocidad de la baja es todavía incierta y en el equipo económico se resisten a arriesgar un calendario en ese sentido. Sin embargo, la pregunta que empieza a imponerse es cuál es, en la fase 3 del plan, la del levantamiento de los controles alrededor del dólar, el esquema que regirá en el mercado cambiario.

Puesto de otra manera, el planteo es qué pasará cuando la, asumiendo el eventual éxito de este nuevo mecanismo, la brecha se reduce a 0%. En el plan de emisión cero, sin brecha, el Banco Central deja definitivamente de acumular reservas. “Bajo este esquema, si desaparece la brecha desaparece el cepo. En una economía sin cepo, el Banco Central no acumula reservas”, tradujo a Infobae un funcionario el planteo actual en cabeza del ministro de Economía, Luis Caputo, y el presidente Javier Milei.

En el marco de una nueva perspectiva, la acumulación de reservas dejó de ser prioritaria para el levantamiento del cepo y, en cambio, el foco pasa a los pesos. Ante la falta de dólares, el Gobierno pone el acento en el “sobrante de pesos”

En la práctica, eso implica que en un escenario sin brecha cambiaria, a diferencia de lo ocurrido en los anteriores períodos en los que tampoco había cepo, el Banco Central dejará de emitir para comprar las divisas a los exportadores sino que todo ocurriría “entre privados”.

“Cuando no hay cepo, el BCRA solamente acumula reservas si emite más pesos, pero si esos pesos no son deseados por el mercado, entonces corre riesgo de que disparen desequilibrios”, describió la fuente.

La estrategia de cerrar para siempre la emisión monetaria introduce un nuevo factor de análisis que fue también incluído en la presentación que ayer se difundió del vicepresidente del Banco Central, Vladimir Werning, ante inversores en Nueva York. En esa presentación, donde se describió cómo se están cerrando los “grifos” de emisión monetaria, el funcionario consideró que la emisión por superávit externo es una fuente de oferta monetaria indeseable aunque aclaró, entre paréntesis, que eso en el contexto de control de cambios. A última hora de la jornada, en declaraciones televisivas, el flamante ministro de Desregulación Económica, Federico Sturzenegger, ratificó que aunque implique acumular menos reservas “se va a hacer”, dado que bajar la inflación tiene la prioridad y sugirió que el esquema de emisión cero no será una medida meramente temporal. “Las reservas se pueden comprar en cualquier otro lado. Lo que hay que entender, en todo caso, es el fenómeno de la emisión monetaria. Milei está claramente convencido que ése es motivo de la inflación”, dijo Sturzenegger.

Es en el marco de esa nueva perspectiva que la acumulación de reservas deja de ser prioritaria para el levantamiento del cepo y, en cambio, el foco pasa a los pesos. Ante la falta de dólares, el Gobierno pone el acento en el “sobrante de pesos”. El objetivo, en cualquier caso, es que llegado el caso de la unificación, la presión sobre el dólar y los precios sean lo menor posible y que exista,en tal caso, margen para la absorción del impacto. Un dólar estable y un nivel de inflación por debajo de 3% hacia el cuarto trimestre del año es la foto deseada.

Si bien en el equipo económico admiten abiertamente que el objetivo de bajar la inflación es ahora prioritario, lo que deja en segundo plano la necesidad de acumulación de reservas, aseguran también que en los próximos meses estarán disponibles fuentes adicionales de divisas que permitan, al menos, fortalecer las reservas brutas.

En primer lugar, en el Gobierno mantienen cierta expectativa sobre la recaudación del blanqueo, cuyos ingresos se producirían esencialmente antes de septiembre -cuando llegará el primer reporte del intercambio de información financiera acordada con Estados Unidos-, por la que esperan unos USD 2.000 millones (equivale a una exteriorización aproximada de USD 30.000 millones). Los analistas más optimistas esperan hasta USD 3.000 millones. Vale destacar un dato: según la definición hasta el momento, el pago se integra en dólares.

Por otro lado, tampoco las expectativas en la negociación con el Fondo Monetario están completamente truncadas aunque sí definitivamente acotadas. En cualquier caso, admiten las fuentes oficiales, esos recursos engrosarían las reservas brutas y no serían de libre disponibilidad para intervenir en el mercado cambiario para evitar saltos bruscos como siempre planteó Caputo.

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