En precios máximos del año, el dólar libre hilvanó el viernes la quinta rueda seguida en alza, en un récord de 1.500 pesos, mientras que las paridades del “contado con liquidación” y el MEP también adhirieron a la tendencia, en un rango entre los 1.25 y los 1.535 pesos.
El dólar “blue” ascendió 35 pesos o 2,6% en el día, acumulando en lo que va de julio una suba de 130 pesos o 9,5%, tendencia que parece indicar que va superará a la tasa de inflación por tercer mes consecutivo. En tanto, la brecha cambiaria con el dólar mayorista se amplió al 62,6%, la más alta en siete meses, previo a la devaluación del 13 de diciembre que elevó al tipo de cambio oficial a los 800 pesos.
Aunque en la semana el presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, procuraron dar señales acerca del plan para salir del cepo en el corto plazo, estos argumentos no parecieron convencer al mercad, que aún presume que habrá un nuevo salto devaluatorio antes de la unificación cambiaria.
¿Por qué sube el dólar libre?
1) Habría “cepo” para rato. Aunque se esperaba alguna comunicación oficial acerca de un sendero para desarmar el control de cambios en etapas en el segundo semestre de 2024, la falta de precisiones en la conferencia que brindó el ministro de Economía, Luis Caputo, junto con el presidente del BCRA, Santiago Bausili, el viernes 28 de junio abonó la expectativa de una continuidad del cepo para lo que resta del año.
Al contrario, tanto en la comunicación con la prensa como en el anteproyecto de Presupuesto 2025 enviado al Congreso se ratificó el esquema presente de devaluación de 2% mensual, dólar “blend” para las exportaciones del agro y solo se avanzó en confirmar una quita de 10 puntos para el impuesto PAIS aplicado a importaciones, del 17,5% del presente al 7,5% a partir de septiembre. Esto último ayudaría a reducir la inflación-con importaciones a un tipo de cambio más bajo-, pero podría impulsar la demanda de divisas a manos de importadores, algo que acotaría el margen de compras de reservas para el BCRA.
2) Proyecciones de atraso cambiario. El avance de lineamientos de la Ley de Presupuesto prevé un dólar oficial a $1.016 para fin de año. Dado que no está claro el nivel de descenso de la inflación hacia el cierre de 2024, ello podría implicar un retraso cambiario, tal como ocurrió en diciembre pasado, podría resolverse con un nuevo “salto discreto”, que es lo que hoy se refleja en los precios de los dólares alternativos.
3) Faltan reservas. Los analistas coinciden en que el segundo semestre del año es más árido para las reservas del Banco Central, La estacionalidad del comercio exterior, con una merma en las exportaciones del agro y una demanda creciente de importaciones, obliga al Banco Central a ser vendedor neto de divisas en la plaza cambiaria en lugar de vendedor. Todo ello, con compromisos en dólares que debe cubrir el Gobierno con el exterior por vencimientos de deuda y, en las últimas semanas, importaciones de energía.
Las reservas internacionales se alejaron de los USD 30.000 millones que habían alcanzado a finales de abril, el mes de junio finalizó con saldo vendedor para la entidad monetaria en la laza cambiaria -después de siete meses con saldo positivo- y las reservas netas del Central -descontados depósitos privados y préstamos- son otra vez negativas. Este balance deja claro que hoy no hay dólares de respaldo para ponerle fecha a la eliminación del control de cambios y, de producirse, se daría con una imprevisible volatilidad del dólar.
Los analistas explican que aumenta tensión sobre la dinámica de las reservas en este período más desafiante y también el debate sobre las estrategias camino a la salida del cepo, incluidas las negociaciones con el FMI para alcanzar un nuevo programa. El BCRA acumula en lo que va del julio compras de divisas en el mercado por escasos 184 millones de dólares, frente a ventas por USD 47 millones registradas durante junio pasado.
El presidente del Banco Central, Santiago Bausili, consideró que por estacionalidad, las reservas deberían caer USD 3.000 millones entre julio y septiembre y aumentar USD 1.000 millones entre octubre y diciembre.
Paula Gándara, CIO de Asset Manangment de Adcap Grupo Financiero, explicó que “el mercado está nervioso porque no encuentra un catalizador que lo lleve a otro nivel en el corto plazo. La buena noticia que es la baja de la inflación ya está incorporada a precios. Con la Ley Bases se vio un Gobierno pragmático sentándose a negociar. Entonces desde todos los puntos parece encaminado. ¿Pero qué queda? El cepo. El mercado empieza a tratar de entender cuando salir y siempre aparece una condición nueva que parecería ser más adelante. Con una brecha del 50% la salida del cepo implicaría una devaluación. Entonces empieza a haber apetito por cobertura de devaluación. También estamos perdiendo competitividad por el lado del Tipo de Cambio Real Multilateral. Le falta un catalizador a corto plazo”.
Desde la Consultora 1816 afirmaron que “por motivos obvios, el Gobierno no habla de tiempos para desmantelar los controles cambiarios”, pues “anticipar que la unificación ocurrirá en determinada fecha haría imposible administra el tipo de cambio en el corto plazo””.