Una encuesta entre empresas exportadoras indagó acerca de qué factores son los que impiden que la Argentina despegue en el comercio internacional, del que hoy representa apenas un 0,23% a nivel global. Y la respuesta de los exportadores puso prioridades. Entre las principales causas que dificultan exportar están las trabas que acarrea el cepo cambiario, las complejidades para hacer pagos y cobros en el exterior, incluyendo la liquidación de divisas, y los costos operativos de la logística. Las respuestas de los empresarios dejan en claro además que devaluar no soluciona todo: apenas un 5% de los encuestados dijo necesitar un tipo de cambio más alto para exportar más.
Según los resultados de la Encuesta de Actualidad 2024 realizada por la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA), “los factores regulatorios locales que más perjudican la actividad exportadora son: 1) las dificultades para realizar pagos al exterior, 2) la falta de recupero impositivo, 3) los tipos de cambio múltiples, 4) las obligaciones relacionadas con la liquidación de divisas y 5) las restricciones sobre los pagos de fletes. En los sectores que pagan derechos de exportación, esto se incluyó como tema crítico”.
Esos 5 factores son, según empresas encuestadas de todo el país y de diversos sectores económicos con capacidad exportadora, los que deberían abordarse para que el comercio de la Argentina con el mundo aumente de manera significativa y representaron el 51% de las respuestas. La lista sigue con valores mucho menores: “la reducción de la carga impositiva (14%), la ampliación del acceso al financiamiento (9%), el valor del tipo de cambio (5%), el fortalecimiento del relacionamiento externo (5%), la mejora del sistema logístico (5%), una mayor institucionalidad (4%), el avance en procesos de facilitación del comercio (4%) y las mejoras en la promoción comercial (3%)”.
Tener un dólar más alto, en medio de los múltiples tipos de cambio y las constantes trabas operativas, hoy no significa algo prioritario para exportar más. “Cuando se busca el despegue de las exportaciones, a veces se busca una bala de plata, una medida que va a solucionar todo. Y de inmediato se piensa en subir el tipo de cambio. Pero si el valor del dólar para importar es mayor al que se utiliza para exportar, mi ecuación claramente empeora. Hemos atravesado también eso”, explicó Fernando Landa, presidente de la Cámara de Exportadores.
“Las dificultades operativas generan costos. En algunos productos, por causa de estos costos, no dan los números para exportar”, explicó Landa. Y puso ejemplos: hay impuesto PAIS sobre los fletes de exportación, lo que implica que se paga a un precio del dólar pero se cobra a otro. El equilibrio de esos precios determinará si el exportador gana o pierde.
Algunos costos provocan situaciones insólitas, como lo que ocurre con las tasas portuarias. Landa asegura que hay productores frutihortícolas que para llegar con sus productos a la costa este de EEUU prefieren sacar su mercadería por el océano Pacífico para no utilizar el puerto de Buenos Aires. Esa ruta, mucho más larga, resulta también mucho más barata.
“Para los exportadores de bienes que utilizan servicios logísticos, los dos factores que más perjudican su actividad son el costo de transporte terrestre por carretera (31,2%), el costo portuario (26,7%, destacado especialmente en Puerto de Buenos Aires) y la infraestructura deficiente (19,3%)”, afirmó la Cámara.
La encuesta entre los exportadores muestra, a modo de espejo, que al mismo tiempo que no hay ningún motivo para volcarse a exportar también hay expectativas de que comience una etapa de reformas
La CERA tenía una estimación a principio de año de USD 88.000 millones en exportaciones para 2024. Ahora, ese número cayó a USD 77.000 millones, producto de la caída de los precios internacionales, en particular del litio y las commodities agropecuarias.
Según su encuesta 2024, el 47% de los consultados prevé un aumento en sus exportaciones comparado con 2023, el 31% espera una caída y el 22% cree que no habrá cambios. Los sectores más optimistas son minería, petróleo, gas y algunos segmentos de la agroindustria que prevén recuperarse de la sequía de 2023. En contraste, los sectores menos optimistas para este año son automotriz y bienes industriales.
El informe muestra también, a modo de espejo, que al mismo tiempo que no hay ningún motivo para volcarse a exportar también hay expectativas de que comience una etapa de reformas. “Transcurridos los primeros meses de la nueva administración y teniendo en cuenta las normativas a la vista, el 69% de los exportadores considera que no tiene incentivos suficientes para aumentar inversión, empleo y exportación. Sin embargo, una proporción casi idéntica (69,9%) tiene la expectativa de que los factores que considera más relevantes tendrán inicio de solución en los próximos 12 meses”, concluyó el informe de la encuesta.