Cómo afecta la continuidad del cepo cambiario a la recuperación de la actividad económica

Mientras que las pymes alertan por las dificultades para sostener el empleo, las distorsiones en el mercado de divisas están desincentivando la inversión y las exportaciones

La producción industrial cayó 14,8% interanual en mayo (EFE)

La actividad económica continúa deprimida y el cepo resulta un obstáculo para la recuperación. El presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, ya anticiparon que la eliminación de las restricciones cambiarias no se concretaría en corto plazo.

Una de las consecuencias del cepo es que limita el crecimiento genuino en un marco en que la economía no muestra signos claros de recuperación. En este sentido, según las estimaciones de CP Consultora, la actividad económica cayó 9,9% interanual en junio y se ubica 12,3% por debajo de los registros del máximo previo, en agosto de 2023.

Además, según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), las ventas minoristas de las pymes cayeron 21,9% anual en junio, a precios constantes, acumulando un descenso de 17,2% en el primer semestre del año.

La recaudación del IVA, que refleja el desempeño del consumo, bajó 19,5% interanual en junio en términos reales. Y el último dato de la producción industrial del Indec arrojó un desplome de 14,8% en mayo en comparación con igual mes de 2023.

Variación interanual de la actividad económica (CP Consultora)

La recesión ya está generando cierres de empresas: según la Asociación de Empresarios Nacionales para el Desarrollo Argentino, desde diciembre cerraron 10.000 pymes. “Advertimos al Congreso de la Nación y al Gobierno Nacional que este no era el camino para salir de los problemas de la Argentina, no escucharon, y ahora el daño está hecho”, afirmaron desde la organización.

Las que aún sobreviven, según un relevamiento del CEPA y la Confederación de Sindicatos Industriales de la República Argentina (Csira), que nuclea a más de 60.000 empresas, reportan despidos y dificultades para pagar salarios y a proveedores.

Cumplimiento de pagos de salarios y proveedores de las industrias (CEPA)

En el corto plazo, el economista Pablo Moldovan, de CP Consultora, dijo que observan un escenario de estancamiento de la actividad. “No vemos mucho driver de recuperación”, afirmó.

Alan Versalli, economista de Eco Go, aseguró: “Lo que estamos viendo es que la actividad se habría estancado luego de la última fuerte caída en marzo. Por un lado, esto implica que dejamos de caer, pero por el otro, que la recuperación podría ser más lenta de lo previsto. Se ven dos dinámicas contrapuestas: el agro viene creciendo en el marco del avance de la cosecha gruesa, y la economía no-agrícola que se mantiene deprimida”.

En este contexto, y respecto a las limitaciones que generan las restricciones cambiarias para la recuperación económica, la economista Irina Moroni, de Fundación Capital, explicó: “El cepo desincentiva el ingreso de capitales, genera distintos tipos de cambio y evidencia escasez de dólares, afectando a la economía en general y restando potencialidad a la actividad económica. La incertidumbre en torno a cuándo y cómo se sale del cepo y hacia qué esquema cambiario se busca ir son factores que condicionan fundamentalmente la dinámica de la inversión”.

La consultora que fundó Martín Redrado proyecta una caída de la actividad en 2024 del orden del 3,8%, mayor a la que espera el Gobierno y el FMI.

El cepo desincentiva el ingreso de capitales, genera distintos tipos de cambio y evidencia escasez de dólares, afectando a la economía en general (Moroni)

Por su parte, Pedro Martínez Gerber, economista de PxQ, sostuvo: “El cepo opera como un limitante de la inversión, por un lado, porque al no tener certeza si se van a poder girar utilidades y dividendos muchas compañías no quieren enterrar capital en Argentina. A su vez, la brecha cambiaria (consecuencia del cepo) incentiva prácticas poco beneficiosas para el mercado cambiario: promueve que no se liquiden todas las divisas de exportaciones e incentiva la sobrefacturación de importaciones, entre otras cosas”.

“Con cepo es poco probable que el riesgo país se comprima a un nivel ‘normal’ comparado con otros países de la región y, por lo tanto, limita el financiamiento de empresas y Gobierno. Todos estos factores llevan a que la demanda de divisas sea mayor a la oferta y se nos dificulte acumular reservas. Para crecer necesitamos más divisas, con lo cual es poco probable que se reactive el crecimiento de forma sustantiva con cepo. A menos que encuentren una fuente de divisas para financiar el crecimiento”, agregó.

"Para crecer necesitamos más divisas, con lo cual es poco probable que se reactive el crecimiento de forma sustantiva con cepo. A menos que encuentren una fuente de divisas para financiar el crecimiento", dijo Pedro Martínez Gerber, de PxQ (Reuters)

El economista Federico Glustein consideró que el cepo “es un freno en la recuperación porque los productores requieren de dólares para producir ya que parte de los insumos son importados. A su vez, es contrario al espíritu del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) debido a que esta medida apunta a la libre movilidad de capitales y el cepo es contrario a ello”.

En esa línea, Versalli opinó: “Las inversiones que tanto busca el Gobierno con el RIGI se darán únicamente si se tienen mayores precisiones en el ámbito cambiario. Nadie va a traer un dólar al país sin tener precisiones sobre si va a poder remitir utilidades en un futuro”.

Las inversiones que tanto busca el Gobierno con el RIGI se darán únicamente si se tienen mayores precisiones en el ámbito cambiario (Versalli)

Desde otra perspectiva, Moldovan señaló que más que el cepo, lo que afecta la recuperación económica es la percepción de insostenibilidad del esquema cambiario que trae asociado.

Para el especialista influye el hecho de que “el Banco Central no está comprando reservas ni siquiera en la temporada alta de liquidación del agro, y que para adelante el esquema no ofrece muchas garantías de poder acumular dólares y que el tipo de cambio se aprecia todos los meses. De alguna manera esta combinación probablemente esté entorpeciendo la posibilidad de que avance algún proceso de ingreso de capitales”.

Además, destacó que “la economía argentina es una economía que cuando crece, lo hace más empujada por salarios que por inversión. Uno puede pensar que es virtuoso migrar a un proceso donde la inversión tenga una incidencia más fuerte, pero también es raro pensar que eso va a ser un proceso que se va a dar rápido y de un día para el otro”.

Expectativas de los exportadores

Por caso, un relevamiento de la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA) registró que el 69% de los exportadores considera que no tiene incentivos suficientes para aumentar la inversión, el empleo y las ventas al exterior. El cepo es uno de los factores.

El 69% de los exportadores considera que no tiene incentivos suficientes para aumentar la inversión, el empleo y las ventas al exterior (Reuters)

“Las restricciones al movimiento de divisas, movimiento de capital y los tipos de cambio múltiple, está entendido internacionalmente, impactan negativamente en la inversión y en la exportación: el propio FMI en su acta constitutiva prohíbe a sus miembros el uso de estas herramientas y solo las permite transitoriamente bajo circunstancias críticas. Tanto el ministro Sergio Massa en el pasado como Luis Caputo ahora, han solicitado el uso de estas herramientas. Ahora bien, la liquidación de divisas de los exportadores al BCRA, como parte del esquema de restricciones cambiarias, se aplica solamente en Ghana. En Zimbabwe es del 30%, por ejemplo. El resultado es ‘de libros’”, destacó una fuente de la CERA.

Las nuevas precondiciones del Gobierno

Ahora bien, Milei anunció en su cuenta de X una serie de condiciones que deberían producirse en conjunto para salir del cepo: “Terminar con los pasivos remunerados, terminar con los puts y la convergencia de la inflación con la de devaluación en un entorno cercano a cero mensual…”.

Mientras tanto, la inflación en junio fue 4,6% y según el anticipo del proyecto de Presupuesto 2025 enviado al Congreso por el ministro de Economía, el Indice de Precios al Consumidor (IPC) cerraría diciembre con una variación interanual del 130%, lo que implica una tasa mensual del 4% para lo que resta del año. También, Caputo confirmó que el crawling peg del 2% se mantendrá durante todo 2024. Es decir, en el corto plazo no se darían las condiciones mencionadas por el primer mandatario.

“El primer escalón al que le tenemos que apuntar es a que matchee la tasa de inflación con la tasa de devaluación”, dijo el presidente. La pregunta es si están dadas las condiciones para que el índice general de precios sea del 2% en los próximos meses.

Al respecto, un informe de PxQ, del economista Emmanuel Álvarez Agis, analizó cuáles eran las condiciones de la economía en los 6 meses previos a los meses en que la inflación llegó al 2%. El estudio se remontó a diciembre de 2015, cuando la devaluación llevó el IPC de 2% en noviembre a 4,2% en enero de 2016. La inflación recién se ubicó debajo de 2% en agosto de ese año. Cómo se encontraban las principales variables económicas en el período de desaceleración:

  • Tipo de cambio: después de la devaluación y salida del cepo, la paridad oficial funcionó a modo de ancla nominal entre febrero y agosto de 2016, oscilando en torno a $14,8 por dólar, en un esquema de flotación que combinó subas y bajas nominales, lejos de una dinámica de crawling-peg;
  • Reservas Internacionales: el BCRA acumuló divisas y las netas aumentaron de USD 2.800 millones en diciembre de 2015 a USD 11.400 millones en julio de 2016 (295%), lo que permitió a su vez la política cambiaria de flotación antes mencionada;
  • Política Fiscal: acumuló un déficit de 1,7% del PBI durante la primera mitad de 2016, financiado en más de 50% con adelantos transitorios y transferencia de utilidades del BCRA. Es decir, la inflación fue menor al 2% a pesar de la ausencia de un ancla fiscal;
  • Actividad: cayó durante todo el primer semestre y a junio de 2016 la baja anual era de 5,7%; la recuperación comenzó en julio;
  • Política de Ingresos: la morigeración de la nominalidad se dio en un marco de aumento de tarifas y de combustibles. Los aumentos de tarifas se concentraron entre febrero y abril, mientras que los combustibles aumentaron en enero, marzo, abril y mayo, para luego ir a un congelamiento hasta enero de 2017;
  • Salarios: aumentaron a una tasa promedio de 2,7% mensual en los primeros 7 meses del 2016 y luego desaceleraron a un promedio de 1,7 por ciento;
  • Precios mayoristas e inflación minorista núcleo: la inflación mayorista que fue de 8,8% mensual en enero de 2016, bajó hasta la zona de 2,8% para mediados de año y la inflación núcleo desaceleró de 4% mensual a principios de año hasta 1,9% en julio.

Con todo, la quita del cepo será sin previo aviso. “No se puede poner una fecha para la salida del cepo porque inevitablemente los actores van a especular. Eso le va a jugar en contra al país y hará que no podamos salir. Por eso, la decisión es ir haciéndolo como lo estamos haciendo, con un programa fiscal fuerte, con un programa monetario fuerte e ir levantando capas de a poco”, aseguró Caputo el jueves pasado.