Los economistas liberales Roberto Cachanosky y Ricardo López Murphy cuestionaron con dureza una serie de medidas de política económica implementadas por Javier Milei durante los primeros meses de gestión, aseguraron que “va por el camino equivocado” y lo tildaron de “populista”. Las declaraciones se dieron en el marco de un encuentro organizado por Iniciativa Republicana y Fundación Cívico Republicana, realizado este jueves en el auditorio de la UCEMA.
Durante su intervención, Cachanosky abordó diferentes temas críticos de la política económica actual, comenzando por la política cambiaria. Según el economista, existe un debate sobre el tipo de cambio, más allá de la necesidad de salir del cepo. “Sí, hay que salir, pero el tema es si hay atraso cambiario o no. ¿Qué pasa si salimos del cepo con atraso cambiario?”, planteó.
El especialista explicó que la economía está desequilibrada debido a la implementación de un precio máximo para el dólar oficial, fijado por debajo del nivel de mercado. “Cuando Milei dice ‘le dije a Caputo que lo ponga en $800′, está reconociendo un precio máximo que está por debajo del nivel de mercado. Si la oferta es menor a la demanda, faltan dólares y van a seguir faltando mientras haya un precio máximo”, afirmó Cachanosky. Añadió que no es solo cuestión de devaluar, sino de liberar el mercado de cambios, señalando que la confianza en las medidas actuales es limitada y que se enfrenta un problema de atraso cambiario.
En cuanto al tema fiscal, Cachanosky recordó promesas de campaña que ahora parecen incumplidas. “En la campaña se decía que, antes de levantar el brazo para aumentar un impuesto, se cortarían un brazo. Sin embargo, subieron el impuesto PAIS, aumentaron ganancias y el Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) sube todos los meses, yo diría que nos está faltando un brazo”, ironizó.
Por otro lado, planteó que el superávit fiscal se ha logrado a través de la licuación de gastos mediante la inflación, suspensión de pagos, reducción de gastos y aumento de impuestos. Cachanosky destacó que el impuesto PAIS se ha convertido en uno de los más importantes en la recaudación del Estado y se preguntó si en el actual contexto será posible reducirlo o eliminarlo. “El gran interrogante es si van a poder sacar o bajar el impuesto PAIS en este contexto”, dijo. Según sus cálculos, si este impuesto hubiera permanecido en su nivel original del 7,5%, el resultado fiscal de marzo y abril hubiera mostrado déficit.
En términos monetarios, Cachanosky criticó la emisión monetaria actual, señalando que es contradictoria con las promesas iniciales del gobierno. “Se la pasan diciendo que la inflación era un problema monetario y ahora resulta que con inflación se resuelve el aumento de la base monetaria”, apuntó. Observó que la base monetaria se está expandiendo de manera preocupante, lo que eventualmente impactará en el índice de precios al consumidor. Además, mencionó que el congelamiento de la base monetaria en términos nominales, no reales, podría llevar a una dolarización de facto de la economía. “Hay un problema serio de expansión monetaria que en algún momento va a impactar en el IPC”, alertó.
Finalmente, Cachanosky advirtió sobre las posibles consecuencias de un tipo de cambio artificialmente bajo y el riesgo de un ajuste brusco. “Si aceptamos que partimos en diciembre con tipo de cambio artificialmente bajo, y después a lo largo del tiempo la inflación superó el 2% de devaluación, tenemos flor de problema cambiario del tipo de cambio real. En algún momento se va a tener que corregir y cuando eso pase, van a saltar los precios”, pronosticó. También recordó que las subas de los servicios públicos han sido postergadas, lo que podría agravar aún más la situación inflacionaria. “Vamos a tener un problema importante de salto cambiario e inflacionario. Hay que ver cuál es la reacción de la sociedad, si se banca otro salto inflacionario”, concluyó.
A su turno, el economista y diputado nacional Ricardo López Murphy ofreció un análisis crítico y propositivo sobre los desafíos económicos y políticos que enfrenta Argentina en la actualidad. Comenzó destacando la severidad de la situación al asumir el gobierno en diciembre de 2023, describiendo “una crisis extraordinaria” con reservas negativas de 12.000 millones de dólares y letras de deuda a vencimiento diario en moneda extranjera, una situación sin precedentes en su experiencia.
López Murphy elogió la habilidad del gobierno para contener inicialmente la crisis, aunque subrayó que no fue sin costos a largo plazo. Criticó la falta de un programa integral desde el inicio de la gestión, lo cual, según él, ha sembrado incertidumbre en la sociedad argentina respecto a la viabilidad económica y financiera a corto y largo plazo. López Murphy enfatizó la ausencia de un plan financiero y monetario coherente como elementos cruciales para la gobernabilidad efectiva.
Respecto a los problemas fundamentales del país, identificó tres áreas críticas: la reputación y la confianza internacional, la productividad y la pobreza, y la gobernabilidad. En relación con la reputación, destacó la urgencia de restaurar la confianza en Argentina, severamente afectada por episodios recurrentes de default en su historia financiera reciente.
En cuanto a la productividad, el economista lamentó la caída constante en comparación con otros países, atribuyéndola a un crecimiento desigual entre los distintos sectores económicos. Propuso políticas que promuevan la productividad y reduzcan la pobreza, enfatizando la necesidad de establecer un tipo de cambio sostenible y realista.
En el tema de la gobernabilidad, López Murphy criticó el diseño institucional argentino, que, en su opinión, “dificulta la efectividad del gobierno”. Ante esto, sugirió la necesidad de una mayoría legislativa coherente como requisito fundamental para garantizar un gobierno estable y eficiente.
Propuestas
En términos de políticas específicas, López Murphy planteó diversas propuestas destinadas a abordar los desafíos inmediatos y a largo plazo de Argentina:
En el corto plazo, abogó por la implementación de una ley de administración financiera que garantice la transparencia en el uso de los recursos públicos, con un registro detallado de todos los gastos mensuales y una secuencia lógica de pagos. Asimismo, propuso la necesidad de reestructurar la deuda externa, sustituyéndola por deuda interna y acumulando reservas a través de superávits en cuenta corriente.
En materia de política monetaria, López Murphy recomendó centrarse en la estabilidad de precios y utilizar la emisión monetaria exclusivamente para la compra de divisas extranjeras, respaldada por un tipo de cambio flotante.
Además, recomendó el modelo chileno propuesto por el Presidente Lagos en el año 2000, que establecía la necesidad de mantener un superávit constante como parte de una estrategia fiscal responsable. “Fue él quien inventó la regla con la cual Chile debe tener un superávit a lo largo de su historia del 1% en la tendencia. Milei dice ‘no hay plata’, pero lo cierto es que si la hubiera, la gastaríamos. No hay plata ni habrá. El sector público no puede dejar de tener defensa, seguridad, salud y educación por el sólo hecho de que hay ciclos económicos”, puntualizó.
“Los recursos deben dar forma a los ciclos y el gasto debe crecer con la población y al nivel que sea sostenible con una tributación normal. Lo que sobre, hay que sacarlo. A mí me parecía que era notable la paradoja que teníamos frente a nosotros. Imagínense decirle al FMI que nuestra doctrina es la de Rodrigo Valdés”, agregó.
Mirando hacia el largo plazo, el economista enfatizó la importancia de incrementar la productividad mediante políticas que fomenten la inversión y la participación laboral, como bajar los subsidios a quienes no trabajan y bajar impuestos a quienes están activos en el mercado. Propuso además una reforma educativa integral, que incluya un aumento en el número de días de clases y una reducción de los feriados, con el objetivo de mejorar la calidad educativa y preparar mejor a las futuras generaciones.