La convocatoria a las empresas de consumo masivo llegó el lunes, una vez que en los despachos del Ministerio de Economía estaba confirmada el rebote de la inflación de alimentos en los primeros días del mes. Ese repunte, que habría promediado 1,6% en la primera semana de julio según las mediciones privadas disponibles, está mucho más relacionada con la ola de frío y su impacto en los productos estacionales como las frutas y verduras que por los costos de las alimenticias pero el ministro Luis Caputo y sus colaboradores prefieren curarse en salud.
Para los funcionarios, el mensaje de los representantes de las compañías que integran la Copal (Coordinadora de Industrias de Productos Alimenticios) fue tranquilizador: a pesar del recalentamiento del mercado cambiario, ninguna está pensando en subir precios para recomponer márgenes sino que todo el foco está en recuperar ventas. “La rentabilidad puede esperar”, aseguraron en una de las empresas del sector. “Lo principal es recomponer el volumen, entre abril y mayo vimos el piso de la caída para las categorías más esenciales, el mes pasado un leve repunte, es clave sostenerlo”, agregó el ejecutivo.
En ese tren, las empresas plantearon su principal preocupación: la evolución del dólar oficial. A diferencia de otros sectores que reclaman un paso más rápido en la suba del tipo de cambio oficial que sube 2% mensual desde el salto de diciembre, la industria de productos de consumo masivo advierte que un nuevo ajuste del dólar sería un golpe letal para la muy incipiente y lenta recuperación. De ahí que Caputo repitió lo que viene declarando una y otra vez: “No va a haber ninguna devaluación”, les garantizó, al tiempo que les pidió a cambio que acompañen los esfuerzos por mantener bajo el índice de precios. En ese sentido, el ministro les aseguró que el Gobierno está convencido de que el camino es la baja de impuestos más que la suba del dólar para ganar competitividad. Y les confirmó que, aunque no será en agosto como dijo el Presidente, la reducción del impuesto PAIS se implementará en septiembre. Ya para ese mes impactará en las cuentas del Tesoro la recaudación por la reinstalación del impuesto a las Ganancias, lo que dejaría espacio para avanzar en la baja del gravamen sobre el dólar para importar.
“Se mencionó la importancia de bajar impuestos para mejorar la competitividad. En esta línea, se hizo referencia a la baja gradual del impuesto PAIS, prevista para los próximos meses”, puntualizaron fuentes de la COPAL tras el encuentro, quienes agregaron que “se solicitó la exclusión de su alcance para las importaciones de la Industria de Alimentos y Bebidas aunque también se presentaron escenarios posibles que incluyen un esquema gradual. Además, pedimos implementar un mecanismo ágil de devolución y/o compensación de saldos a favor para los casos en los que no se haya accedido al Mercado Libre de Cambios”.
De la reunión, que fue breve, participaron además de Caputo, el secretario coordinador de Producción, Juan Pazo y el secretario de Comercio, Pablo Lavigne con unos 15 CEOs y presidentes de grandes compañías del mercado como Molinos Río de la Plata ,Arcor, Mondelez, Grupo Peñaflor SA, Unilever, Danone, Cabrales, AGD, Mastellone, Las Marías, Nestlé, QuickFood, Compañía de Cervecerías Unidas, y Coca Cola.
En todas esas compañías existe un temor muy similar al que tiene el Gobierno: que un salto del dólar produzca un inevitable aumento de costos que se traslade a precios. Ese escenario abortaría la posibilidad de ir recuperando el nivel de consumo de los últimos años ya que volvería a afectar el poder adquisitivo de los consumidores.
Según algunos de los asistentes, Caputo repitió en el marco de ese encuentro privado, lo mismo que repite en radio y televisión: la recuperación está en marcha. “Desde Economía transmitieron que las condiciones para la recuperación están dadas, pero que es importante la confianza del empresariado para transitar ese camino de acá en adelante”, confiaron.