En su presentación en la Bolsa de Comercio de ayer, el Presidente reiteró que todavía no están dadas las condiciones para salir del cepo cambiario y que eso ahora depende de terminar de dominar la inflación. Pero además, Javier Milei dejó planteado otro interrogante sobre cómo será el futuro una vez que se liberen las restricciones cambiarias.
“Tenemos que decidir si vamos a un tipo de cambio fijo o si vamos a flotar”, aseguró, dejando así un interrogante que por ahora no tiene una respuesta fácil.
Ir a un tipo de cambio fijo sería posible, siempre dentro del esquema que plantea el Gobierno, a partir de mantener inalterada la cantidad de dinero. Esto va en línea con el concepto de “emisión cero” que caracterizaría esta segunda etapa, tal como la definió el propio mandatario.
La principal dificultad surge por el nivel nulo de reservas netas del Central, que quedó en cero luego del pago a bonistas de anteayer. Por lo tanto, la base monetaria no tendría ningún respaldo en moneda dura, lo cual haría inmediatamente desconfiar de la posibilidad de ir a un esquema de tipo de cambio fijo.
En realidad, la última vez que se adoptó ese sistema fue con la Convertibilidad, en la década de 1990. En aquel momento, para defender el 1 a 1 el Central emitía pesos para comprar dólares y cuando los agentes querían salir del peso, el BCRA recompraba esos pesos y los cambiaba por dólares, es decir, la operación inversa.
Sin embargo, este es solo uno de los modelos posibles de tipo de cambio fijo, en el que las reservas siempre están en condiciones de respaldar la base monetaria.
La posibilidad de ir a un mercado único de cambios, pero con flotación, es otra de las alternativas en danza. Pero claramente es la que más seduce al FMI, tal como se estableció en detalle en el último staff report, cuando se aprobaron las metas del primer trimestre del año.
Allí, los técnicos del FMI indicaban que la Argentina adoptaría un esquema de “competencia de monedas” similar al que existe en otros países de la región como Uruguay y Perú. Esos países tienen baja inflación, estrictas reglas monetarias (especialmente Perú) y en ambos casos la monedas locales flotan.
Sin embargo, tanto Milei como el ministro de Economía, Luis Caputo, no se muestran convencidos de este enfoque. Y reconocen que al menos en las actuales condiciones sería muy difícil ir a un esquema de unificación y liberación de las restricciones, lo que implicaría lo mismo que dejar flotar al dólar.
Milei volvió a señalar en su discurso en la Bolsa porteña lo mismo que había dicho una jornada antes por redes sociales. El objetivo principal ahora es seguir bajando la inflación hasta que se ubique por debajo del ajuste del dólar oficial, que sube 2% mensual.
El planteo es que cuando la inflación se acerque a cero, recién ahí sería posible eliminar el ajuste cambiario mensual y ya dejarlo establecido.
Si bien por ahora todo transcurre en un marco más bien teórico, en algún momento no tan lejano el Gobierno deberá pasar a la acción y resolver qué esquema cambiario elige. Al mismo tiempo, también existen dudas sobre la reacción que podría haber en relación a este planteo. En el último informe, los técnicos del Fondo habían sugerido ir a un camino distinto, al indicar que el tipo de cambio debía tener mayor flexibilidad. Pero es todo lo contrario a la idea que esbozó ayer Milei.