Los dólares que recibieron los inversores por el pago de los cupones, los reinvirtieron en los mismos instrumentos lo que hizo que recuperaran en la rueda todo el pago efectuado.
Los Bonares, que no operaron el martes por el feriado, recuperaron todo en un día y tuvieron alzas de hasta 4%, tal como fue el caso del AL30D. Los globales, que tuvieron negocios en Nueva York la rueda anterior porque tienen legislación extranjera, sumaron subas de hasta 2,7%. De esta manera cotizaron como si no hubiera existido el pago de intereses, una señal positiva que se puede extender en el tiempo.
Y como corresponde a una rueda lógica, cuando suben los bonos soberanos baja el dólar y esto sucedió en el mercado financiero donde el MEP perdió $9,47 (-0,7%). El contado con liquidación (CCL) siguió el camino opuesto para normalizar su cotización. La brecha entre ambos dólares era inexistente y marcaba la anormalidad del precio del “contado con liqui”. La suba fue $4,14 (+0,3%) a $ 1.390,66. Ahora el canje cuesta 0,9%, que es el precio de enviar o traer dólares del exterior. El canje normal cotizó siempre a 4,5%.
El dólar libre ignoró la oferta de dólares de las grandes manos y como tiene su propio mercado -reducido, por cierto- subió $10 a $1.450 producto de la demanda de aguinaldo y por las vacaciones.
Los bonos en pesos tuvieron una rueda tranquila porque esperaban conocer los resultados de la licitación del Tesoro para tener tasas de interés de referencia. Las que más operaron fueron las LECAP de largo plazo porque esas tasas se acercan a la inflación esperada.
El resultado de la licitación indica que las tasas de interés tienen una ligera suba a largo plazo que no cambia los ánimos. La LECAP que vence el 17 de enero próximo paga 4,50% efectivo mensual y la que vence el 14 de octubre de 2024 y fue la más solicitada, 4,19%. La LECAP más corta, la del 16 de agosto, fue declarada desierta porque no se quisieron convalidar tasas más altas.
Por los bonos atados al dólar (dollar linked) no hubo interesados. Se captaron $407 millones por los que vencen el 15 de diciembre de 2025 y 30 de junio de 2026. Por el que vencía en 2027, directamente no hubo ofertas.
Los plazos extensos de los DL licitados muestran que el Gobierno no quiere dar señales de cuándo desaparecerá el cepo. Que el bono más corto licitado venza a fin del año próximo, es una muestra.
Lo cierto es que el Tesoro captó $4,24 billones que representan $1,05 billones sobre los que necesitaba para cubrir los vencimientos. El excedente se depositará en la cuenta corriente que tienen en Banco Central para restringir la circulación de pesos y bajar el stock de pases que está en $13,3 billones.
Pero hay que aclarar que se rechazaron ofertas por $1,67 billones que hoy buscarán destino. Es más probable que vayan a bonos soberanos que a dólares.
En el Mercado Libre de Cambios (MLC) el volumen de negocios fue de apenas USD 274 millones y el Banco Central compró 20 millones. Las reservas bajaron USD 247 millones por pago de bonos y quedaron en USD 28.098 millones.
Los plazos extensos de los bonos dollar linked licitados muestran que el Gobierno no quiere dar señales de cuándo desaparecerá el cepo
Según el informe de la consultora F2 de Andrés Reschini “el ajuste para los futuros fue, en general, con rojos que alcanzaron hasta -1,76% para el caso de noviembre. De esta manera, todos los contratos que vencen en 2024 vuelven a los valores que registraban antes de la escalada de fines de junio. La curva de tasas implícitas sigue por encima de la curva pesos para la parte más larga, pero las primas siguen siendo bajas, lo que lleva a concluir en que el mercado no asigna grandes chances a un salto en el tipo de cambio”.
El problema sigue centrado en el derrumbe de la soja que registra los precios más bajos de los últimos 4 años. El analista financiero y experto en agronegocios, Salvador Vitelli indicó que “la soja bajó 1,2% y sigue perforando mínimos. El humor de los productores está planchado y siguen preguntándose cual será el valor de equilibrio. El viernes tendremos el informe del USDA (Departamento de Agricultura de Estados Unidos) y no vemos que vaya a tener demasiadas sorpresas. Nosotros tuvimos un 2021 y 2022 muy influenciados por la demanda de China, que hoy no tenemos y explica el exceso de oferta mundial, más allá de lo que suceda con la Argentina. La caída en los márgenes de molienda con bajas en el aceite y la harina comienzan a apretar los números”.
“El panorama no es óptimo hacia adelante. No hay fundamentals que den sostén a los precios. Incluso el maíz se viene pagando bastante firme comparado con la soja. La relación siempre fue que dos toneladas de maíz equivalen a una de soja, pero ahora está en 1,7. El agro deberá acostumbrarse a que esta no es una caída ocasional. Esta campaña empezó a quedar vidriosa y si no fuera por los apalancamientos en pesos que hubo el año pasado y las opciones de financiamiento, más el dólar soja que permitió aminorar los impactos de precios, hubiera sido peor”, agregó.
Hoy en el mercado se verá el impacto de la licitación del Tesoro que mantuvo las tasas sin cambios trascendentes y se aguardará a que mañana se conozca el dato de inflación que se estima entre alrededor de 4,4%.